Una fábrica textil de Turquía contratada por Benetton, la más importante empresa de confección de ropa de Italia, fue acusada de explotación de niños y niñas de incluso nueve años.
Tras esta denuncia, efectuada por el diario Corriere della Sera, Benetton, empresa célebre por sus campañas publicitarias en defensa de causas humanitarias, decidió suspender de inmediato las relaciones con la sociedad turca Bermuda hasta que se aclare la situación.
La fábrica de Bermuda, ubicada en la periferia de Estambul, explota a niños y niñas de entre nueve y 13 años que cosen pantalones y camisas durante extensas jornadas, a cambio de una paga de 80 dólares al mes, según lo publicado por el diario italiano el lunes pasado.
"Se cometieron graves violaciones de precisas disposiciones sobre el respeto a las normas laborales", declaró Benetton, firma con sede en la región del Veneto, en el norte de Italia, y con filiales en todo el mundo.
La investigación realizada por el Corriere della Sera se basa en denuncias del sindicato textil turco, pruebas fotográficas y testimonios recogidos dentro de la fábrica de Bermuda.
El periódico italiano publicó fotografías en las que se ven niños trabajando, uno de los cuales se identificó como Mehmet Kocak, de 11 años.
Las asociaciones de trabajadores textiles de las tres confederaciones sindicales de Italia pidieron una entrevista al presidente de la empresa italiana, Luciano Benetton. Luego, se reunirán con sindicalistas turcos.
La intención no es cerrar una empresa porque emplea menores, sino restablecer la legalidad, impedir que los niños trabajen y dejar sus puestos a adultos, expresaron sindicalistas italianos.
El secretario de la Confederación Italiana Sindical de Trabajadores, Sergio D'Antoni, señaló que las organizaciones están dispuestas a realizar manifestaciones públicas de protestas contra las empresas que permitan la explotación del trabajo infantil.
El ministro del Trabajo, Tiziano Treu, expresó el deseo que la denuncia no sea cierta. En caso contrario, se habrían violado normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y leyes nacionales aceptadas por los propios industriales italianos.
El no gubernamental Centro Nuevo Modelo de Desarrollo lanzó un boicot contra los productos Benetton.
"Trabajo en Benetton hace 15 años porque no he encontrado jamás una sociedad que ofrezca condiciones mejores de trabajo, mayor transparencia y búsqueda de la calidad", dijo el fotógrafo Oliviero Toscani, que con sus campañas publicitarias causó conmoción en todo el mundo.
Toscani se declaró muy afectado por la denuncia y dijo creer en la buena fe de Benetton y en la imposibilidad de controlar toda la cadena productiva en los países pobres, "donde la supervivencia es ya un problema".
"Si esta acusación fuera verdad, yo y mis colaboradores deberíamos renunciar. Somos las últimas personas que podríamos aceptar una situación de este tipo", manifestó.
El fotógrafo recordó que una de sus campañas publicitarias tenía el fin de sensibilizar a la opinión pública mundial sobre la explotación del trabajo infantil.
Más de 1,8 millones de niños y niñas de entre seis y 14 años trabajan en Turquía, según la prensa italiana. Esa cifra, sin embargo, no incluye a los menores que trabajan en la agricultura, en labores domésticas y en las calles.
Diego Rossetti, uno de los más importantes empresarios del calzado italiano, explicó que los problemas que afronta Benetton son muy delicados y no se resuelven solo con controles, pues la explotación del trabajo infantil es mucho más compleja.
"Estoy seguro de que Benetton no sabía del empleo de niños en sus producciones. Cualquier persona que haya viajado por países como Turquía sabe que a los menores no los hacen trabajar en fábrica, sino segregados en sótanos o en sus propias casas", dijo. (FIN/IPS/jp/mj/hd lb/98
