/BOLETIN-DD HH/ COSTA RICA: Explotación sexual de niños comienza en el hogar

La familia es el punto de partida desde el que miles de niños y niñas de Costa Rica caen en las redes de los proxenetas, según una investigación conjunta de la Universidad de Costa Rica y Unicef.

La ruta iniciada en el hogar continúa con una pareja violenta y abusiva, vecindarios donde se realiza el comercio sexual con menores de edad y, en cuarto lugar, la presencia de explotadores que buscan niños y niñas pobres para introducirlos en el negocio, explica el informe.

El trabajo, realizado en forma de encuesta a 121 menores de 16 años que sufren explotación sexual comercial, 80 por ciento de ellos mujeres, determinó que todos esos menores se encuentran en situación de pobreza, con familias numerosas donde la mayoría no alcanzó la edad adulta.

Cecilia Claramunt, sicóloga que condujo la investigación denominada "Explotación sexual en Costa Rica: análisis de la ruta crítica de niños, niñas y adolescentes hacia la prostitución", dijo que las familias que "expulsan" a los menores a la calle tienen en la violencia un denominador común.

La violencia doméstica se manifiesta en agresiones a la madre a manos del padre o padrastro, el incesto, el abuso sexual contra hermanos o hermanas por parte del padre, castigos físicos y problemas de drogas de uno o ambos progenitores.

La miseria golpea a la totalidad de los casos estudiados. Los niños entrevistados carecen de un modelo de familia aceptable porque más de 50 por ciento de ellos no saben quién es su padre biológico o nunca ha tenido relación con él.

La figura materna corresponde en la mayoría de los casos a mujeres agredidas que se dedican a oficios como la atención de su hogar, labores domésticas, la venta ambulante o conserjería. Quince por ciento de las madres de los menores estudiados tienen problemas de alcoholismo y 10 por ciento de drogadicción.

Ochenta por ciento de los entrevistados declararon haber sido víctimas de abuso sexual antes de los 12 años y 56 por ciento experimentó abuso sexual incestuoso.

Claramunt explicó que si bien la familia es el punto de partida hacia las redes de proxenetas, no es el único factor. También figuran la existencia en Costa Rica de un "ambiente comercial" y la historia de vida de cada una de las muchachas y muchachos.

El ambiente comercial contribuye pues existe una fuerte demanda, tanto de clientes costarricenses como turistas.

La explotación social y comercial de niños resulta también un negocio rentable para intermediarios identificados con claridad, como los propios proxenetas, taxistas, dueños de bares y propietarios de hoteles.

En cuanto a la historia personal, la investigación detectó factores que hace vulnerables a los menores a la influencia del ambiente, entre ellos, el hecho de ser mujer, la violencia sexual previa, fugas, estancia en la calle, negligencia paterna, alto consumo de drogas y madres víctimas de múltiples agresiones.

Estos abusos a veces ni siquiera son detectados como tales por los niños y niñas, como por ejemplo, la convivencia en pareja entre una niña de 10 años y un hombre de 40 años.

La vida en pareja, que muchos procuran para obtener un vínculo afectivo, se convierte en todos los casos en una continuación de la historia de violencia y de carencia de afecto de la familia.

Sesenta por ciento de los entrevistados declaró que consume alcohol y "crack" diariamente o con frecuencia.

Claramunt explicó que los jóvenes recurren a un mecanismo de disociación para enfrentar su realidad, que consiste más o menos en decir "no me duele lo que estoy pasando", pero que, cuando eso no es suficiente, acuden a las drogas.

La sicóloga dijo que las cifras de muchachos con problemas de depresión acompañada de ideas suicidas son muy altas. Más de 50 por ciento de los entrevistados siente deseos de morir todos los días. Noventa por ciento sufre pesadillas y de un sentimiento de tristeza general.

"Ellos no ven una salida, no ven opciones, ni en el Estado ni en la familia", agregó la experta.

Una de las soluciones que se plantean es evitar que el abuso sexual previo siga siendo, como hasta ahora, totalmente impune, dijo Claramunt.

"Que se cumpla con los compromisos firmados y no se tolere el abuso de los menores, entre ellos el sexual", aconsejó, además de fortalecer los programas contra violencia doméstica.

Finalmente, aseguró, Costa Rica debe revisar sus políticas sociales, porque estos jóvenes buscan salidas pero no las encuentran.

Rodolfo Osorio, representante para Costa Rica de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), dijo que es necesario convencer a la población del país de que el abuso sexual de niños y niñas es inaceptable.

Osorio se refirió a una encuesta hecha entre adultos según la cual solo 16 por ciento de los entrevistados opinó que el abuso sexual de niños y niñas debe solucionarse castigando la demanda. (FIN/IPS/mso/mj/hd/98

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