El centro histórico de la capital de Perú se convertirá en una gran galería de arte con la instalación de 30 "Gigantografías", reproducciones de hasta 100 metros cuadrados de obras de pintores nacionales, en una propuesta para renovar la ciudad sin perder identidad cultural.
La iniciativa, denominada "Museo de la Ciudad", se enmarca en el programa del Concejo Municipal Metropolitano de Lima, de siete millones de habitantes, para sacar del deterioro y la marginalidad a su área más antigua y tradicional.
La administración municipal reubicó en otras zonas a los vendedores callejeros, que se habían apoderado de sus estrechas calles, reglamentó el ingreso de vehículos de transporte público y se lanzó al rescate y recuperación de los tradicionales balcones de madera de sus edificios.
Ahora se propone convertir a las principales avenidas y calles del centro en una galería de arte dinámica y multitudinaria. Las gigantescas reproducciones se instalarán en octubre próximo, mes de la Procesión del Señor de los Milagros, a la que asisten más de medio millón de personas.
Entre los pintores seleccionados se encuentran José Sabogal, Ricardo Grau, Camino Brendt y el mulato Pancho Fierro, nacido en 1803, autor de una serie de estampas de personajes de la Lima virreynal y de los albores de la República.
Patricia Díaz Velarde, directora ejecutiva del Programa Municipal de Recuperación del Centro Histórico, quien tiene a su cargo el proyecto "Museo en la Ciudad", manifestó que los cuadros han sido elegidos cuidadosamente, buscando perspectivas adecuadas.
"La idea surgió al darnos cuenta de que existen amplios muros laterales de edificios que estaban abandonados y llenos de polvo. Decidimos darle un nuevo rostro", afirmó.
Para esto se emplea un material plastificado especial que protege los colores, permitiendo una limpieza constante. El cuidado de cada uno de los cuadros será encomendado a empresas privadas que acepten convertirse en sus "padrinos".
Para medir la reacción del público, ya han sido colocadas cuatro de las "gigantografías". Los transeúntes consultados por los medios de prensa responden con entusiasmo aprobatorio.
"Da gusto mirarlas, la ciudad será mas vistosa", "de noche se ven más bonitos los cuadros, tan iluminados", "estoy cansada de ver pintarrajeo en las paredes", son algunos de los comentarios más frecuentes.
Pero entre los expertos, en cambio, hay discrepancias sobre el "Museo de la Ciudad".
Entre los que defendieron la propuesta se encuentra el arquitecto paisajista Gino Soracco, "porque permite aprovechar espacios neutros del escenario urbano para darle tratamiento pictórico y mejorar el ornnato".
El ecologista Santiago Antunez también aplaudió el plan "porque crea una galería pictórica al aire libre", y destaca que "contribuirá a crear y sostener una identidad nacional" y la socióloga René Castro comentó que iniciativas similares se han puesto en práctica en algunas ciudades europeas.
"Los cuadros darán una propuesta visual nueva, cromática, que complementará el perfil geométrico de los edificios sin el trasfondo lucrativo de los grandes paneles publicitarios", aseguró Castro.
Luis cabello, decano de la Facultad de Arquitetura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería aprobó, en principio, la idea de "difundir ante el pueblo peruano los valores de la pintura nacional".
Pero "no hay que perder de vista la necesaria correspondencia entre cada una de las 'gigantografías' y el entorno urbano en el que serán ubicadas", tomando "en cuenta la ubicación, volumen y perspectivas de cada espacio elegido", advirtió.
El arquitecto César Díaz González, ex secretario de Desarrollo Urbano del Consejo Municipal Metropolitano, aplaudió los esfuerzos de recuperación del centro histórico de la ciudad, pero manifestó su desacuerdo con la colocación de los gigantescas reproducciones, porque "alterarán la estética urbana».
Y el pintor Valerio Chávez expresó su preocupación porque los cuadros elegidos no representarán la evolución de la pintura, "pues los burócratas municipales optarán probablemente por pintores consagrados del siglo pasado, anacrónicos ahora". (FIN/IPS/al/ag/cr/98
