Ni siquiera los fuertes disturbios que sacudieron Nigeria tras la muerte del líder opositor Moshood Abiola hicieron despegar los precios del petróleo, mostrando que para los países productores éste es un tiempo de resignación.
Venezuela, que mantenía esperanzas de apuntalar sus ingresos con un precio para su barril exportado por encima de 13 dólares, ya decidió estimar como promedio para todo el año un valor entre 12 y 12,50 dólares, dijo el ministro de Energía, Erwin Arrieta.
La última semana, el barril de petróleo venezolano se cotizó a 9,55 dólares, cifra 4,40 dólares por debajo de los valores de enero, 7,52 bajo el nivel de octubre de 1997 y apenas la mitad de los buenos momentos de 1996.
Para lo que va de año, el precio apenas llega a 11,15 dólares como promedio, aunque los planificadores venezolanos confían en la recuperación a medida que se acerque la temporada de frío en los grandes mercados consumidores del Norte.
El fenómeno les afecta a todos. La Cesta Opep (canasta de siete crudos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, que cuenta 11 miembros) se cotizó esta semana a 11,55 dólares, después de que en 1996, por primera vez desde la Guerra del Golfo de 1991, alcanzó su meta histórica de 21 dólares.
Los exportadores del Mar del Norte venden su crudo Brent a 11,60 dólares, y el marcador estadounidente West Texas Intermediate, menos denso y de mayor calidad, alcanzó apenas 13,96 dólares por el barril de 159 litros.
Los socios de la OPEP y exportadores no-OPEP entre los que destacaron México y Noruega, han retirado del mercado desde marzo 2,5 millones de barriles diarios, para mantener la oferta mundial diaria por debajo de 74 millones de barriles.
Frente a una demanda mundial de 74,4 millones de barriles, la oferta presentada en la semana que concluye, como en la precedente, fue un millón de barriles menos, pero a pesar de ello los precios se mantuvieron deprimidos.
Hace una semana, la Cesta Opep se cotizaba a 11,75 dólares, el Brent a 11,78, el West Texas a 14,54 y el petróleo de Venezuela, único socio latinoamericano de la OPEP, en 9,76 dólares por barril.
El mercado, todavía insensible a las reducciones pactadas entre los exportadores, dio una nueva muestra de dureza al sostener la tendencia a la baja de los precios con el estallido de violencia esta semana en Nigeria, un país que produce sobre los dos millones debarriles diarios.
"Reducir producción puede detener la caída en los precios, pero no produce incrementos inmediatos importantes. Apenas una crisis grave en el Medio Oriente, por ejemplo, haría saltar hoy los precios cuatro o cinco dólares", opinó el experto petrolero venezolano Nelson Vásquez.
Las reducciones además demoran más que días, en ocasiones varias semanas, en poder instrumentarse, recordó otro experto, Alberto Quirós. Más aún en un productor como Venezuela, que extrae el crudo utilizando varios miles de pozos.
Pero la "dureza" del mercado parece dada, funamentalmente, por niveles sin precedentes en los inventarios acumulados en los países industriales, 2.600 millones de barriles según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) divulgado el jueves.
Estas existencias representan petróleo disponible para 35 días de operaciones si no se comprase ni un sólo barril nuevo, y alcanzó ese nivel subiendo dos millones de barriles diarios en los meses de mayo y junio, dijo la AIE.
Los consumidores, protegidos por esos inventarios, pueden mirar con escepticismo los esfuerzos por concretar una reducción en la oferta exportable, de 2,6 millones de barriles diarios, durante lo que resta del año en relación con el primer semestre.
Para los exportadores queda la resignación y la espera por el impacto de su reducción de oferta, de la absorción del excedente de crudo en circulación, la merma en los inventarios, la llegada del frío y la recuperación de la economía internacional. (FIN/IPS/jz/mj/en if/98
