El Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC) envió una carta a todas las industrias de Brasil, donde se les pregunta si están dispuestas o no a utilizar alimentos transgénicos en la composición de sus productos.
La iniciativa fue el primer resultado de la campaña nacional sobre calidad de los alimentos, lanzada por el Foro Nacional de Entidades Civiles de Defensa del Consumidor que se reunió en junio en Sao Paulo, al cual asistieron cerca de 40 organizaciones de todo el país.
En esta notificación, IDEC denuncia además que en este país se están introduciendo alimentos genéticamente modificados de forma ilegal, como ocurre en Río Grande del Sur con la soja RRS elaborada por la transnacional Monsanto, que mediante ingeniería genética ha transformado en resistente a una herbicida.
En la edición de este mes de Consumidor S.A., la revista de IDEC, se señala que en las plantaciones de soja de esta compañía los agricultores pueden usar a voluntad la herbicida porque no afectará al producto.
Sin embargo, los consumidores podrían verse afectados por los residuos del veneno que quedan en el alimento, agrega la publicación.
IDEC informa que esas semillas de soja, así como el maíz BT, genéticamente modificado por la Novartis, otra gigante del ramo de alimentos, ya están siendo probadas en Brasil, y ambas empresas ya solicitaron autorización para cultivarlas a escala comercial, una vez que finalicen los experimentos.
El documento de IDEC solicita información a las industrias para saber si están dispuestas a utilizar ingredientes genéticamente modificados y les pregunta cuáles son los productos que reciben soja en su composición y cuáles son las medidas que la empresa adoptará en caso de que Brasil importe soja transgénica de Estados Unidos o de Argentina.
El tema de los alimentos sometidos a procedimientos de ingeniería genética fue una de las más importantes materias debatidas durante el IV Encuentro de las Entidades de Defensa del Consumidor realizado en Sao Paulo en junio, responsable de la creación del Foro Nacional citado. (FIN/Consumers International- IPS/98
