AUSTRALIA: Aborígenes se enfrentan con compañía minera por uranio

El proyectado aumento de las operaciones de extracción de uranio en el Parque Nacional Kakadu, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, promete causar el mayor conflicto ambiental en la historia de Australia.

Los aborígenes mirrar, dueños tradicionales de la zona, se aliaron con organizaciones ambientalistas y antinucleares contra la poderosa Energy Resources Australia (ERA), una de las compañías mineras más grandes del país.

ERA ya cuenta con instalaciones en Kakadu. Se trata de la mina y planta procesadora de uranio Ranger, también ubicada en tierras reivindicadas por los mirrar. La empresa pretende continuar sus operaciones en el parque hasta el 2027 y extraer mineral en la cercana zona de Jabiluka.

Peter Garrett, presidente de la Fundación Australiana de Conservación, dijo que la apertura de la mina de Jabiluka sería desastroso para Kakadu, pues "arrojará al menos 20 millones de toneladas de desechos radioactivos en el ecosistema y significará la aprobación de unas 20 minas de uranio ya propuestas".

"El pueblo australiano se va a despertar un día y tendrá un mundo de minas de uranio en el ícono ambiental más importante del país", agregó Garret.

La mayor parte de la producción mundial de uranio, común en Australia, se usa como combustible de reactores nucleares e insumo de armas. La extracción comercial de este mineral en el país se remonta a fines de los años 40.

A pesar de las enormes reservas de este mineral en el país, la oposición de la población logró limitar a dos las minas en funcionamiento. Solo extraen uranio la mina de en Roxby Downs, donde también se produce oro y cobre, en el norte de Australia del Sur, y la Ranger, a 20 kilómetros del depósito de Jabiluka.

La situación cambió en 1996, cuando un gobierno de coalición conservador llegó al poder, decidido a aumentar las operaciones de extracción de uranio.

El jefe ejecutivo de ERA, Phillip Shirvington, dice que su empresa sigue adelante con el proyecto de Jabiluka en base a un acuerdo alcanzado en 1982 por la compañía minera Pancontinental con los aborígenes, dueños tradicionales de la tierra.

Pancontinental le vendió el proyecto y los acuerdos a ERA por 125 millones de dólares australianos (77,5 millones de dólares estadounidenses).

Shirvington dijo que la mina de Jabiluka contiene el depósito de uranio sin explotar más grande de Australia, con un valor potencial de exportación de 3.800 millones de dólares australianos (2.350 millones de dólares estadounidenses) durante los 20 años de vida útil prevista.

El uranio australiano se exporta a plantas nucleares en Europa, Estados Unidos y Asia.

"Continuamos con la mina porque hemos pasado por todos los procesos legales y ambientales requeridos", dijo Shirvington, quien aseguró que Jabiluka no dañará al parque ni en lo biológico ni en lo cultural, y que generará regalías que se destinarán a la salud, educación y viviendas de los mirrar.

Los mirrar, un pequeño clan de 27 adultos y numerosos niños, obtuvieron el título de propiedad de la tierra bajo la Ley de 1982 de la provincia Territorio del Norte sobre Derechos de los Aborígenes a la Tierra.

Los indígenas sostienen que el acuerdo con Paracontinental fue firmado bajo coacción, y que no tienen interés en las regalías de la mina.

"Durante veinte años hemos escuchado estas extraordinarias versiones sobre cómo los aborígenes se beneficiarían con la minería", dijo Jacqui Katona, funcionaria ejecutiva de la Corporación Aborigen Gundjehmi, una organización comunitaria gobernada por los mirrar.

"Pero la realidad es que los aborígenes aún están viviendo en condiciones de subdesarrollo", agregó.

"No hay acceso al empleo ni a la educación. Las condiciones de salud son tan malas como en cualquier comunidad del mundo en desarrollo. No hubo ningún beneficio a partir de la extracción de uranio en Ranger, y una nueva mina en Jabiluka sólo empeorará la situación", dijo Katona.

Tras lanzar una serie de acciones judiciales contra ERA, los mirrar organizaron en marzo un bloqueo del sitio propuesto para la mina en Jabiluka, tratando de influir en la opinión pública en el año previo a las elecciones nacionales que se realizarán a inicios de 1999.

Hasta ahora, el bloqueo ha atraído a cientos de ambientalistas y manifestantes antinucleares de todo el país. Más de 250 personas fueron arrestadas en numerosas manifestaciones desde que se inició el bloqueo.

Entre los detenidos figura Yvonne Margarula, la actual propietaria mirrar por tradición, detenida en mayo por "invasión de propiedad" a pesar de que estaba dentro de su propia tierra.

El principal atractivo de la campaña es la ubicación de la mina en el Parque Nacional Kakadu.

Este parque es una de las 17 zonas australianas patrimonio de la humanidad, entre las 469 áreas declaradas como tales por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), que recibieron esa clasificación por su doble valor natural y cultural.

El parque nacional Kakadu, el más grande de Australia, contiene algunos de los humedales de mayor diversidad ecológica en el país. Un tercio de las especies australianas de pájaros viven en Kakadu, así como incontables especies de peces, reptiles y anfibios, y una cuarta parte de los mamíferos terrestres.

El área también tiene una enorme importancia cultural. La población aborigen, incluyendo a los mirrar, vive allí hace 40.000 años, y el parque contiene algunos de los más antiguos y mejor conservados sitios aborígenes arqueológicos y sagrados.

A pesar de su ubicación remota, a 250 kilómetros de Darwin, la capital del Territorio del Norte, Kakadu es también un importante destino turístico, que atrae a unos 300.000 visitantes por año.

Como respaldo a sus reclamos, los ambientalistas citan problemas que acarrearon las operaciones de la mina Ranger durante 17 años, como la emisión constante de agua radioactiva de estanques de contención.

Una delegación de mirrar asistió a una reunión de la Unesco en París para presionar para que la Oficina de Patrimonio de la Humanidad incluyera a Kakadu en su lista de áreas protegidas en las que la minería representa una amenaza.

"La Unesco entiende que hay problemas en la gestión de un sitio que es patrimonio de la humanidad y tiene una mina de uranio en el medio", dijo Katona, quien participó en la reunión.

Una delegación de alto nivel de la Oficina de Patrimonio de la Humanidad visitará Australia este año para investigar el caso, agregó.

"El aumento de la extracción de uranio en un sitio que es patrimonio de la humanidad indica que el gobierno no está tomando con seriedad sus responsabilidades bajo la convención de patrimonio de la humanidad", dijo Katona. (FIN/IPS/tra-en/an/di- mj/ap/en/98

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