/CIUDADES DEL MERCOSUR/BRASIL: En Brasilia primera experiencia de universidad abierta

Está funcionando en esta capital la primera experiencia en Brasil de universidad abierta, donde es posible cursar estudios superiores sin concurrir todos los días a las aulas.

La Universidad Abierta del Distrito Federal (UNAB) es autónoma, pero está unida a la Secretaría de Educación del gobierno de Brasilia, y tiene convenios con la Coordinación de Perfeccionamiento de la Enseñanza Superior, del Instituto de Ciencia y Tecnología.

Tiene también convenios de consultoría y formación técnica del personal con la embajada de España y la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

La estructura de la UNAB es muy pequeña, apenas siete funcionarios. Los profesores son contratados a término. Los cursos son gratuitos y dirigidos a residentes del Distrito Federal de Brasilia.

Durante los nueve meses que duran los cursos, los alumnos estudian los materiales y realizan tareas en sus casas. En caso de dudas, pueden comunicarse por teléfono o fax con sus profesores, llamados tutores, en horarios predeterminados.

Los primeros cursos de la nueva universidad -de perfeccionamiento en física, química, matemáticas y biología- fueron dictados de marzo a diciembre de 1997, y participaron 114 alumnos.

Se distribuyeron materiales didácticos, y se realizaron encuentros y seminarios cada 15 días, en locales de otras universidades y de la Fundación Educacional.

Este año, la UNAB ofrece otros 12 cursos, de actualización, perfeccionamiento y especialización em matemáticas, biología, física y química.

La UNAB se propone también dictar cursos para formar profesores, una especialización que se exige para desempeñarse como docente, pero que pocas universidades realizan.

La ley de creación de la nueva universidad fue votada en 1992, pero el proyecto comenzó a ser implementado tres años después, durante la gestión del actual gobernador, Cristovam Buarque.

Según la asesora Helena Dimitrios Cristvahov, la UNAB democratiza el acceso a la ensñenza universitaria. "Las perspectivas son muchas", comentó.

En opinión de un consultor de la universidad, Aloyson Pinto, "los resultados están siendo muy positivos". (FIN/IPS/dv/98) NNZCZC IPS061 MVD042 BB XA EE XJ XX QN SERVESP .DEVAMVD LA

/CIUDADES DEL MERCOSUR/ ARGENTINA: Agricultura y ciudades en riesgo por inundaciones

por Marcela Valente

BUENOS AIRES, 3 may (IPS) La expectativa de una producción agrícola récord dió paso en Argentina a la desesperanza ante inundaciones que causaron la pérdida de cosechas, ganado y obras de infraestructura por uno por ciento del producto interno bruto.

En tanto, son numerosos los poblados invadidos por las aguas, y varias las ciudades del norte de este país que siguen en riesgo.

Las aguas cubrieron unos ocho millones de hectáreas en el noreste, junto a los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, que se desbordaron por efecto de intensas precipitaciones, y más de 120.000 personas de escasos recursos debieron abandonar la zona.

Miles de familias que trabajaban en la pesca, el pastoreo, la albañilería y otros oficios, ahora no sólo se quedaron sin trabajo sino que corren el riesgo de no poder volver a sus hogares, debido a las inundaciones.

Algunos evacuados se resisten a abandonar precarias casillas de chapa con pocos muebles apilados. Con el agua hasta las rodillas, esperan que socorristas y bomberos les acerquen alimentos o ropa seca.

Pero los días pasan y las enfermedades comienzan a afectar sobre todo a niños y ancianos. Cuadros de diarrea, alergias, problemas dermatológicos y bronquiales son las afeciones más frecuentes.

El Ministerio de Economía admitió que las pérdidas materiales podrían llegar a los 3.000 millones de dólares -uno por ciento del producto- debido a la muerte de reses y a la destrucción de cosechas, puentes, caminos, silos, granjas, depósitos y todo tipo de maquinaria.

Las autoridades también anunciaron la caída de la recaudación tributaria y una disminución de exportaciones. Las inundaciones provocaron la pérdida de 400 millones de dólares en producción exportable, y el hecho acentuará el déficit que el sector externo arrastra desde 1997.

A su vez, el gasto público aumentará, para paliar los efectos del desastre. El presidente Carlos Menem advirtió el martes que los ministros deberán disponer de "todos los recursos necesarios" para atender a los damnificados.

Desde mediados de mes ya se destinaron 45 millones de dólares en ayuda.

El panorama es desolador. Hay 11 muertos, de los cuales cuatro eran voluntarios que participaban del salvataje de personas aisladas y fueron llevados por la corriente del río al volcar su bote luego de chocar con un tractor varado en medio del torrente.

Centenares de animales muertos flotan sobre las que hasta hace poco eran tierras de pastoreo, provocando además la contaminación de los ríos. Son cientos de miles de cabezas que en algunas poblaciones rurales representan 90 por ciento del total del ganado existente.

Los animales que logran sobrevivir van en manada en busca de algún islote, pero los expertos son pesimistas. Calculan que muchas reses morirán por infecciones, hambre y estrés y las que logren superar el trance no darán la calidad esperada de carne y leche.

La industria láctea perdió hasta ahora 16,5 millones de dólares no sólo por la muerte de animales, sino porque unas 2.900 granjas lecheras quedaron también bajo el agua.

De los 1,5 millones de toneladas esperadas de algodón sólo se salvaron 900.000, y los agricultores prefieron no cerrar todavía su balance. También se perdió la mitad de la cosecha de tabaco y 30 por ciento de la producción aguardada de arroz.

El gobierno había anunciado para este año una cosecha récord. Se esperaba una producción agrícola de más de 61 millones de toneladas, 13 por ciento más que en 1997.

La euforia era aún mayor debido a los altos rendimientos. El área sembrada se redujo ocho por ciento respecto del año último, pero el uso de agroquímicos, tecnología moderna y semillas mejoradas aumentó el rendimiento por hectárea.

Miles de productores pequeños y medianos, que se habían endeudado para la campaña agrícola, perdieron las cosechas y acumulan deudas por las que no podrán responder.

Los bancos oficiales bajaron la presión sobre los deudores y comenzaron a otorgar nuevos créditos, con un año de gracia y tasa de interés inferior a la del mercado.

Las inundaciones amenazan superar las de 1983, consideradas hasta ahora las peores del siglo.

Desde entonces, hubo proyectos de obras públicas para detener la fuerza de las aguas, pero no todos fueron ejecutados. Incluso, el gobierno fue responsabilizado en los últimos días de no usar un préstamo del Banco Mundial para construir barreras y otras obras de prevención de innundaciones.

Las gobernaciones provinciales se defienden de las acusaciones de los afectados argumentando que las lluvias fueron excepcionales y que tuvieron origen en el fenómeno climático de El Niño, que aumentó las precipitaciones en el sur de Brasil, donde nacen los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, y en el litoral noreste argentino.

Pero el Instituto Nacional de Teconología Agropecuaria, dependiente del Ministerio de Economía, señaló a través de su portavoz que desde septiembre de 1997 advertía el riesgo de fuertes precipitaciones. Su alerta no fue escuchado. (FIN/IPS/mv/ff/en/98

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