CHILE-PERU: Acuerdo comercial, un paso adelante

Luego de tres años y 14 rondas de conversaciones, Perú y Chile arribaron a un acuerdo que significa un paso adelante en la definición de la compleja red peruana de convenios comerciales internacionales.

El acuerdo con Chile es el compromiso más concreto asumido hasta ahora por Perú, tras varios años de dudas sobre su participación en la Comunidad Andina, resolver a través de dicho bloque sus futuras relaciones con el Mercosur y ya con un pie en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Es probable que cuando se encuentren en la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que comenzará el lunes 18 en Ginebra, el ministro de Comercio, Industria e Integración de Perú, Gustavo Caillaux, y el canciller chileno Miguel Insulza, decidan la fecha en la que se firmará el convenio.

El acuerdo regirá desde el 1 de julio próximo, cuando serán desgravadas 2.500 partidas, casi 60 por ciento del total, y el resto se desgravará progresivamente en 18 años, hasta alcanzar un arancel cero total.

"Pensamos que, como consecuencia de las desgravaciones que comenzaran desde julio próximo, las exportaciones peruanas a Chile se podrán duplicar en dos años, para alcanzar los 250 millones de dólares", comentó Caillaux.

Las autoridades chilenas esperan, por su parte, que el convenio eleve las exportaciones a Perú en 40 por ciento en los próximos dos años, sumando más de 400 millones de dólares.

Sin embargo, no están totalmente tranquilas las aguas, pues dos importantes sectores empresariales chilenos -cemento y textil- consideran que Perú ha recibido excesivas ventajas, en tanto que otros hubieran preferido que el nivel inicial de apertura fuera más alto.

También en Perú hay cierto recelo en algunos sectores por la asociación con un país de mayor desarrollo exportador, pese a que el presidente Alberto Fujimori desmontó el esquema proteccionista creado por el régimen militar (1968-80) y los dos gobiernos populistas posteriores.

Perú tiene un arancel general de 15 por ciento, en tanto que el de Chile asciende a 11 por ciento, aunque algunas partidas del comercio bilateral entre ambas naciones tenían ya acuerdos parciales.

La balanza actual es desfavorable para Perú, pues exportó a Chile por 132 millones de dólares, pero importó por más de 290 millones.

En los términos del comercio actual, se calcula que en las inmediatas desgravaciones recíprocas que se aplicarán desde julio para las 2.500 partidas mencionadas, Perú obtendrá la desgravación de unos 80 millones de dólares y concederá a Chile cerca de 70 millones.

Los empresarios del sector textil de Perú, el más dinámico de la exportación manufacturera, no ocultan su entusiasmo.

En tanto, los empresarios chilenos de cemento dicen que los yacimientos peruanos de caliza están muy cerca de las plantas de procesamiento y al lado de los puertos de embarque, por lo que cuando se produzca la reducción arancelaria arribarán al mercado chileno a menor costo que la producción local.

Para amortiguar el impacto, sólo las variedades de cemento "clinker" y "blanco" serán desgravadas de inmediato, en tanto que el "portland" pagará en el primer año la mitad del arancel, 5,5 por ciento.

En el segundo año, Perú podrá exportar 240.000 toneladas a 2,25 por ciento y 280.000 toneladas con arancel cero hasta el año 2003. A partir de este año se eliminará la cuota de exportación de cemento peruano, que podrá ingresar al mercado chileno sin límites ni aranceles.

Según fuentes del Ministerio de Comercio, Industria e Integración de Perú, en las negociaciones obtuvo similar trato para su cemento que el concedido por Chile a los productores mexicanos, a quienes los exportadores peruanos tratarán de desplazar del mercado chileno.

Caillaux precisó que en el sector textil hay 12 partidas relacionadas a hilados de algodón, tres de los cuales (los de mayor incidencia) serán desgravados de inmediato y los otros nueve en un plazo de tres años.

Fuentes gubernamentales señalan que los algodoneros peruanos se proponen competir en el mercado chileno con las fibras de Bolivia, Argentina y Estados Unidos.

Algunos industriales chilenos del ramo de confecciones se quejaron de que los tejidos entrarán en desgravación inmediata, en tanto que las confecciones verán eliminados sus aranceles en ocho años.

Eduardo Farah, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias de Perú, replicó señalando que cuando se desgraven los hilados peruanos, los industriales del ramo de confecciones y textiles de Chile se beneficiarán por el menor costo de uno de sus insumos más importantes.

Los empresarios textiles peruanos no parecen temer la competencia de sus colegas chilenos.

"Les puedo asegurar que en la primera misión comercial que se mande a Chile irán más de 60 empresarios de confecciones, para probar que somos competitivos y no tememos confrontar con los países limítrofes", expresó el primer vicepresidente de Perú, Ricardo Márquez, un fuerte empresario textil.

Márquez, quien también preside la Comisión de Promoción de Exportaciones, comentó: "si exportamos textiles a Estados Unidos, Japón y Europa, no hay razón para no exportar a los países vecinos".

En un reciente simposio sobre el futuro del algodón peruano, Márquez informó que el sector textil es responsable del 30 por ciento de las exportaciones no tradicionales de Perú, y crece 25 por ciento anual.

"En 1997, el total de las exportaciones de textiles y confecciones peruanas ascendió a 604 millones, cifra superior en 40 por ciento a la de 1996", dijo Márquez, quien añadió que este año se espera que la exportación de confecciones despegue y sobrepase los 300 millones. (FIN/IPS/al/ag/if/98

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