(Arte y Cultura) CUBA: ¿Hacia un "boom" de la literatura nacional?

Los escritores cubanos reciben importantes premios, los libros penetran los más cerrados circuitos literarios del mundo hispano, y la literatura hecha en la isla o por autores exiliados de ella parece estar de moda.

Para algunos, la crisis económica que se prolonga desde hace ocho años, lejos de afectar esta expresión cultural la benefició, y podría ser una de las principales causas de lo que parece ser el inicio de un "boom" de la literatura nacional.

"Sea cierto o no que se trata de un 'boom', lo incuestionable es que la creación literaria cubana está viviendo un momento de auge que se corresponde a una potencialidad que al fin se ha encauzado", dijo a IPS el narrador Leonardo Padura.

Para el autor de la novela policiaca "Máscaras", ganadora del premio español Café Gijón 1995, las causas pueden ser varias y pasan por la casi paralización de la industria editorial, que obligó a los autores "a buscar nuevas fronteras para su producción artística".

No pocos en la isla estiman que también se constata una fascinación por la singularidad política del país, que es hoy la única sociedad socialista que aún subsiste en el mundo occidental.

"Esto aporta, por un lado, una rara distinción a la realidad cubana y, por otro, un cierto morbo a la crítica que a ella se le pueda realizar desde la literatura", asegura el escritor, de 44 años.

Padura, un filólogo que ejerció la crítica literaria y el periodismo antes de incursionar en la novela, es uno de los protagonistas de ese auge que "desborda los márgenes estrechos en los que se movió por casi tres décadas la literatura cubana".

Su caso reúne los elementos esenciales que distinguen en la actualidad al llamado "boom": inscripto en el catálogo de la editorial española Tusquets, premiado en el extranjero y en Cuba y traducido a varios idiomas.

"Máscaras" forma parte de una tetralogía que usa la historia policíaca como pretexto para hacer un retrato de la sociedad cubana. En este caso, el asesinato de un travesti es utilizado para penetrar en la marginalidad homosexual de un país machista.

Padura tiene publicados varios ensayos sobre la obra de Alejo Carpentier, la novela "Fiebre de Caballo", el libro de cuentos "Según pasan los años", el de reportaje "El viaje más largo" y el de entrevistas "Los rostros de la salsa".

"Desde que José María Heredia escribiera sus primeros poemas, allá en los inicios del siglo XIX, la creación literaria de la isla mostró una vocación de trascendencia internacional que pocos países de las proporciones geográficas y poblacionales de Cuba han podido sostener", asegura.

Heredia es considerado el creador de una literatura con definiciones y rasgos propios, en momentos en que la nación cubana empezaba a germinar en el seno de las antiguas colonias de España.

En ese siglo, figuras como el novelista Cirilo Villaverde, el poeta Julián del Casals y el ensayista, narrador y poeta José Martí fueron conocidos fuera de la isla e influyeron, incluso, en autores de lengua hispana fuera de Cuba.

Ya en el siglo XX nombres como Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, José Lezama Lima, Eliseo Diego o Virgilio Piñera fueron dejando una estela de penetración internacional que, según Padura, "hizo de la literatura cubana una de las más conocidas de cuantas se escriben en el idioma español".

"Sin embargo, en las últimas dos décadas, luego de la muerte de varios de esos grandes maestros de la narrativa, la poesía y el teatro cubano, dio la impresión de que el país se quedaba sin grandes figuras", aseguró.

Incluso, la muerte casi coincidente de dos poetas como Dulce María Loynaz y Gastón Baquero y el novelista José Soler Puig parecían cerrar un ciclo para esta manifestación artística, que definitivamente perdía sus más altos exponentes.

"Cierto es que autores cuya creación se desarrollaba dentro y fuera de la isla mantenían una cierta presencia en el concierto literario internacional", dijo Padura.

Entre los más conocidos mencionó, en el exilio, a Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy y Reynaldo Arenas, y en la isla, a Miguel Barnet, Pablo Armando Fernández o Antón Arrufat, presentes en catálogos de importantes editoriales de lengua española como Planeta, Alfaguara, Tusquets y Seix Barral.

"Pero faltaba una cierta densidad, necesaria para cualquier proceso artístico", comentó.

Al despuntar la década del 90 comienza a observarse una tímida, sostenida y ya luego irrefrenable presencia de los nuevos autores cubanos en los circuitos literarios internacionales.

Padura estima que "quizás la evidencia más visible de este afianzamiento la literatura cubana" en el extranjero "esté en su casi cotidiana presencia en las listas de ganadores de los más notables concursos literarios de la lengua".

En esta relación habría que señalar los premios Cervantes otorgados en esta década a dos escritores tan distantes como Dulce María Loynaz, poeta que murió en Cuba el pasado año, y Guillermo Cabrera Infante.

No podría faltar el Juan Rulfo, otorgado a mediados de esta década, en México, a Eliseo Diego, uno de los grandes poetas cubanos, pero representante de una generación que tuvo su máximo esplendor en los años 50.

Pero junto a los reconocidos de siempre, un grupo de importantes creadores de la generación de Padura, y hasta más jóvenes, han empezado a acumular premios muy reconocidos dentro de las letras hispanoamericans.

Además del Cervantes de Cabrera Infante, el mes de abril trajo las noticias de victoria en dos grandes concursos como el Premio Alfaguara y el Azorín de los escritores Eliseo Alberto y Daína Chaviano, los tres radicados fuera de la isla.

Seis cuentistas "del patio" fueron premiados en "el concurso de relatos más fuerte del idioma", el Juan Rulfo de Radio Francia Internacional, entre ellos Senel Paz por el cuento que serviría de inspiración a la película Fresa y Chocolate, única producción cubana nominada al Oscar.

"En Italia, una novela del cubano-uruguayo Daniel Chavarría, galardón Planeta-Mortiz de 1993, ha vendido más de 10.000 ejemplares", ejemplica Padura.

Pero esta búsqueda de literatura con tema cubano puede ser una espada de doble filo.

Según el escritor, premios como la mención del Planeta otorgada en España a "Te di la vida entera", de Zoé Valdés, lanzan al estrellato una obra de escasa calidad literaria sólo porque son críticas de la sistema imperante en Cuba. (FIN/IPS/da/mj/cr/98

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