El nuevo Partido Democrático de Japón, integrado por cuatro fuerzas opositoras, surge tras una seguidilla de escándalos de corrupción y críticas del exterior por la falta de acción ante la recesión que se avecina en este país asiático.
El anuncio de la formación de la nueva fuerza opositora generó poco optimismo en un electorado malhumorado, aunque fue hecho por Naoto Kan, un político muy popular en Japón.
Kan sostiene que la enfermedad que afecta a Japón está tan enraizada que se necesita que una revisión general del pesado sistema político para reaccionar con rapidez frente a las necesidades de un mundo cambiante.
Por tanto, el programa político del Partido Democrático pondrá en primer lugar los intereses del ciudadano común, en lugar de proteger a grupos de interés, como suele suceder con los demás partidos.
"El Partido Liberal Democrático (PLD) en el poder no es un partido político porque no tiene visión y sólo sigue las políticas planteadas por los burócratas", declaró Kan a la prensa la semana pasada.
"Nuestro partido trabajará por otra cosa. Los burócratas tendrán que hacer lo que la gente quiere", añadió Kan, quien sostiene que Japón se encuentra en la misma encrucijada que padeció Estados Unidos antes de la Gran Depresión de 1929.
Japón fue arrastrado al mal camino por un sistema burocrático "fallido" pero poderoso, caracterizado por la intriga, la corrupción y la negativa a adaptarse al cambio, aseguró Kan. Otras voces también atacaron a los burócratas por engañar a los políticos sobre los problemas estructurales del país.
Aunque el mensaje del Partido Democrático es popular, el malhumorado electorado hasta ahora sólo reveló un moderado interés en el nuevo grupo.
Analistas políticos sostienen que ello es señal de que los electores creen que, con el sistema político actual, las reformas nunca se llevarán a cabo.
El taxista Hiroshi Sasa es uno de estos electores. "Me interesa el nuevo partido político que nos promete un cambio. Pero tendremos que esperar antes de hacernos demasiadas esperanzas", dijo.
La cautela del pueblo ante cualquier promesa de cambio no es inesperada.
Después de todo, el país se encamina hacia la recesión y el desempleo alcanzó 3,6 por ciento en febrero, el porcentaje más alto en 45 años.
Bajo presión del exterior, el primer ministro Ryutaro Hashimoto reveló un plan el día 9 para estimular la economía mediante el recorte de 30.000 millones de dólares del impuesto a la renta.
Los medios de comunicación denunciaron una cadena de escándalos de corrupción que involucró a políticos y jerarcas del Ministerio de Economía por recibir sobornos de bancos y empresas.
El Parlamento solicitó a Hashimoto que asuma la responsabilidad por la corrupción en el Ministerio de Economía y renuncie a su cargo.
El último sondeo de opinión realizado por el canal de televisión pública NHK revela que la tasa de aprobación del PLD cayó de 80 por ciento el año pasado a 35 por ciento en la actualidad.
Pero analistas señalan que la cifra aún se encuentra por encima del apoyo de entre 24 y 28 por ciento que recibe el Partido Democrático. Muchos estiman que el partido en proceso de formación no será un gran problema para el PLD en las elecciones para la Cámara Alta, en julio.
El propio Kan reconoce que el Partido Democrático se enfrenta a una lucha cuesta arriba debido al creciente descreimiento del público hacia la política.
Pero el político independiente de 51 años, cuya popularidad se remontó hace dos años al dirigir la investigación sobre la responsabilidad del sistema de salud en el uso en hospitales de productos sanguíneos contaminados con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), se declara optimista.
"El corto plazo parece malo (para el Partido Democrático). Pero quizá en unos cinco años tendremos nuestra oportunidad", dijo Kan a la prensa extranjera.
"El Partido Democrático podría ser una fuerza importante dentro de unos años. En el contexto actual, la idea de una política para la gente es muy atractiva", opinó el analista político Shiota Ushio.
Ushio incluso asegura que el nuevo partido tendrá mejor resultado que el esperado en las elecciones de julio, en parte por la reputación de oposición a los burócratas que tiene Kan.
Pero la gran tarea de Kan será mantener la unidad de su partido, cuyos integrantes integran una mezcla volátil de desertores del PLD, habituados a representar grupos con fines de lucro, y políticos de partidos más pequeños que dependen del apoyo de sindicatos y organizaciones no gubernamentales. (FIN/IPS/tra-en/sk/cb/aq-lp/ip/98