La carrera misilística en el sur de Asia favoreció indirectamente a la salud, con el uso en India de materiales livianos de fibra para piezas ortopédicas, implantes coronarios, aparatos para sordos y dializadores.
La fibra, hecha inicialmente para conos de misiles, es versátil, resistente al calor y de muy bajo peso, dijo Abdul Kalam, arquitecto del programa de este tipo de armas en India.
Kalam dirige la Organización de Investigación y Desarrollo de Defensa (DRDO), con laboratorios en todo el país, 10 de los cuales se especializan en ciencias biológicas y las necesidades de soldados que trabajan en ambientes extremos como alturas, desiertos, en el aeroespacio y bajo el agua.
Pero Kalam, una eminencia nacional, cree que la alta inversión hecha en estos laboratorios, que tienen grandes presupuestos secretos, debe ponerse a servicio de la salud.
Desde hace tres años, la DRDO forma parte de la Sociedad de Tecnología Biomédica, un consorcio que incluye al Departamento de Ciencia y Tecnología, los ministerios de Desarrollo Rural y Bienestar Social y varias instituciones médicas.
El objetivo de la Sociedad es crear productos en India que lleguen a la gente común a precios accesibles.
Hasta ahora se produjo un marcapasos que cuesta un tercio del precio de los modelos importados, un aparato de detección de cáncer llamado "citoscan" y un sistema de pruebas del estrés cardíaco que puede ser utilizado en pequeñas localidades y centros de salud comunitarios.
Las tecnologías de estos sistemas han sido transferidas a la industria local para la producción, mientras en preparación hay un laboratorio completo para rayos láser para tratamientos de la visión.
El éxito de la Sociedad ha sido tanto que hay planes para establecer redes con universidades médicas, laboratorios civiles, industrias y organizaciones sociales que trabajan con discapacitados y gente de bajos recursos.
Uno de los laboratorios de DRDO, el Centro de Estudios de la Nieve y Avalanchas, ubicado a varios metros por encima del nivel del mar en Himachal Pradesh, produjo una cura para el congelamiento, un riesgo que corren soldados indios en posiciones a 6.000 o más metros de altura.
Cuando recientemente los médicos recomendaron la amputación de los miembros congelados de un soldado atrapado en una avalancha, la SASE decidió aplicar una medicina hecha con la pulpa de una tuna espinosa llamada aloe vera.
Aunque se necesitaron 47 días, los miembros del soldado se salvaron como por milagro. La DRDO planifica ahora distribuir la medicina, desarrollada por uno de sus científicos, el doctor B.B. Sarkar.
"Esta experiencia no enseñó sobre el tremendo potencial de los sistemas indios de curación con hierbas", dijo Kalam.
Según Kalam, India puede enfrentar los muchos problemas que padece en el sector de la salud con un enfoque unificado que tenga en cuenta las capacidades nacionales.
Muchas de las tecnologías en uso han sido concidionadas para funcionar en óptimas condiciones en climas de otros países, y podrían no ser eficaces en India, "pero tienen un potencial tremendo" y pueden ser adaptadas, aseguró Kalam. (FIN/IPS/tra-en/rdr/lp/sc he/98