Más de 12.000 liberianos refugiados en Ghana deberán abandonar el país antes de fin de año o bien solicitar la ciudadanía o la residencia como inmigrantes.
El ultimátum, anunciado por el presidente de la Oficina de Refugiados de Ghana, N. Blavo, precisó que los liberianos refugiados en el campamento de Buduburam, a unos 35 kilómetros de Accra, deben sumarse a la repatriación en curso a cargo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"Si deciden quedarse en Ghana (después de diciembre), está bien, lo pueden hacer, pero no en el campamento", advirtió Blavo.
"Nosotros, como gobierno de Ghana, cumplimos con la obligación asumida con la comunidad internacional para que la repatriación de los refugiados aquí fuera voluntaria. No estamos expulsando a nadie", añadió.
"Quiero que sepan que nadie puede vivir como refugiado para siempre. Pero si deciden quedarse, deben estar preparados para integrarse a la sociedad de Ghana, como ciudadanos naturalizados o como extranjeros", dijo Blavo a los refugiados la semana pasada.
Blavo puntualizó que los liberianos que no vuelvan a su país antes del 31 de diciembre tendrán que cumplir con los requisitos de las leyes de inmigración ghanesas y hacerse responsables de su alojamiento.
La declaración de Blavo fue posterior a una reunión el día 22 entre ACNUR y la Oficina de Refugiados, el organismo que, junto a la agencia de la Organización de las Naciones Unidas y otras, trabaja con los refugiados en el país de Africa occidental.
La reunión tuvo lugar debido a las reiteradas versiones que indicaban el retorno a Ghana de refugiados que habían sido repatriados sin que se les permitiera llevar sus pertenencias a su país.
"Setenta kilogramos es el peso permitido por cada refugiado repatriado. Están prohibidos artículos como camas, sillas, refrigeradores y roperos", se lee en una circular de la oficina de ACNUR.
Sin sus pertenencias, la mayoría de los refugiados liberianos dicen que tendrán dificultades para recomenzar sus vidas en Liberia.
Chrisynthus Achie, representante de ACNUR, explicó que su agencia no tiene los medios para que los refugiados puedan llevarse sus pertenencias porque su presupuesto se redujo 50 por ciento.
"Sólo ayudaremos a los estudiantes patrocinados por ACNUR para que completen sus estudios después de la fecha límite de diciembre", aclaró.
Sin embargo, Achie añadió que ningún refugiado será repatriado por la fuerza a Liberia el 31 de diciembre.
Desde que la repatriación voluntaria de los refugiados comenzó hace casi dos años, sólo unos 3.000 de los 15.000 exiliados volvieron a su país en forma voluntaria, explicó.
El embajador de Liberia ante Ghana, Elwood Greaves, pidió a los refugiados, sobre todo a los profesionales, que vuelvan a su país y ayuden a reconstruirlo.
"Necesitamos a todos los liberianos para que ayuden en el proceso de reconstrucción. No entiendo por qué algunos profesionales están perdiendo su tiempo aquí cuando el país los necesita más", declaró Greaves.
Algunos refugiados dijeron a IPS que el cierre del campamento de Buduburam es injusto y opuesto a los acuerdos internacionales. "Esto equivale a un desalojo", aseguró un refugiado.
A principios de año, ACNUR anunció un paquete de 40 millones de dólares para la repatriación y el reasentamiento de 480.000 refugiados liberianos y 750.000 desplazados en su país.
Desde enero, unos 8.000 refugiados, entre ellos los 3.000 de Ghana, fueron repatriados a Liberia desde otros países de Africa occidental. Unos 450.000 refugiados liberianos se encuentran en las vecinas Costa de Marfil y Guinea, según ACNUR.
En 1996 terminó en Liberia la cruenta guerra civil que en ocho años mató a más de 200.000 personas, destruyó la economía y desplazó dentro y fuera del país a más de la mitad de la población anterior a la guerra, de unos 2,5 millones de habitantes. (FIN/IPS/tra-en/jc/mn/pm/aq-ml/pr/98
