Un alto porcentaje de antibióticos y plaguicidas en frutas, verduras y carnes fue detectado en dos estudios del Instituto de Salud Pública (ISP) de Chile.
En una de las dos investigaciones, el ISP analizó 155 muestras de carne cruda y 150 de cecinas, encontrando que 67 por ciento de las primeras y 55 por ciento de las segundas contenían stafilococus aureus, una bacteria capaz de producir intoxicaciones alimentarias.
El estudio también detectó la presencia del antibiótico clostridium en 85 por ciento de los productos analizados, mientras que en 72 por ciento se encontraron microorganismos aerobios mesófilos, que apresuran la descomposición.
Otro informe del ISP dice que se encontraron residuos de plaguicidas en 93,5 por ciento de 168 muestras de uvas estudiadas y en 62,9 por ciento de 69 tomates.
En la mayoría de esas muestras se detectaron tres o cuatro plaguicidas en el mismo producto, entre ellos el captan y el benomyl, así como un insecticida altamente tóxico llamado metavidofos, todos sospechosos de ser cancerígenos.
Los informes fueron dados a conocer por el diputado Guido Girardi, que criticó el carácter confidencial que las autoridades de salud habrían otorgado a esos estudios.
Según Girardi, en Argentina existe una gran cantidad de carne de cerdo chileno retenida porque contendría una alta dosis de un antibiótico llamado Sulfa.
Sólo unos días antes, el 23 de este mes, el Ministerio de Salud y el de Agricultura habían llamado a la población a abstenerse de consumir hígado de vacuno y productos derivados, como paté (pasta molida) y colados (sopas) para bebés.
La exhortación fue motivado por la detección de clenbuterol en carne de res, un compuesto prohibido en 1997 y usado por ganaderos inescrupulosos para engordar sus animales. (FIN/Consumers International-IPS/98)
