COMUNIDAD ANDINA: Guayaquil, el avance sin traumas

La cumbre de Guayaquil va a consagrar un momento de avance sin traumas en la Comunidad Andina (CA), que permitirá a los gobernantes asumir nuevos objetivos en la integración, después de años agitados por crisis internas.

La brisa de la marítima ciudad ecuatoriana de Guayaquil representará la cara opuesta de lo que fue el clima en la histórica ciudad boliviana de Sucre, cuando el presidente peruano Alberto Fujimori no fue invitado a la IX Cumbre, después que había anunciado su salida no consumada del bloque.

Desde la cita del 22 y 23 de abril de 1997 en Sucre hasta la que los días 4 y 5 sostendrán los gobernantes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela en Guayaquil, se cosieron las heridas de la crisis, se renovó la institucionalidad del bloque y se dieron pasos embrionarios hacia el mercado común andino.

Por primera vez desde la agitada cumbre de diciembre de 1991, en la ciudad colombiana de Cartagena, que dio inicio al cisma con Perú por divergencias sobre el arancel externo común -superado finalmente en julio de 1997-, los presidentes llegan a una cita sin grandes fisuras sobre la mesa o escondidas en el armario.

En Guayaquil, como ya sucedió en Sucre, estará presente el presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, quien desde 1995 es sumado a los foros políticos de la CA. El bloque y la nación interoceánica negocian una relación económica especial.

El mayor obstáculo radica en que es un año de "recambio". En Guayaquil se estrenará en las lides andinas el presidente de Bolivia, Hugo Banzer, y se despedirán Fabián Alarcón (Ecuador), Rafael Caldera (Venezuela) y Ernesto Samper (Colombia).

Pero según indican en las cancillerías y organizaciones empresariales de la subregión, los desajustes que puedan provocar los cambios políticos serán compensados por la existencia desde el segundo semestre de 1997 de la Secretaría General, con peso político para impulsar los objetivos que se definan en Guayaquil.

El gran sinsabor desde Sucre para la CA fue la zigzagueante negociación con el Marcado Común del Sur (Mercosur), formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que terminó por plasmarse en un Acuerdo Marco, que será firmado el día 16 en Buenos Aires.

Ese Acuerdo reconduce las negociaciones para fijarle dos fases y un plazo final de 20 meses para el inicio de una zona de libre comercio entre los dos bloques sudamericanos.

La agenda de Guayaquil no incluye como punto específico la negociación con el Mercosur, en un claro mensaje hacia adentro y hacia afuera de que "el tema ancla" no será esa negociación sino la fortalecimiento del propio bloque, el manejo de nuevos objetivos y un abanico de relaciones externas.

La agenda del encuentro presidencial, que será precedido el viernes 3 por reuniones de los cancilleres y ministros de Comercio del bloque, incluye una evaluación de la situación del proceso de integración como su primer punto.

El segundo aspecto es el de la construcción de un mercado común andino, que incluye el perfeccionamiento de la unidad aduanera que opera entre todos los socios menos Perú, la apertura del comercio de servicios y la integración física y fronteriza.

Además, el avance hacia el mercado común requerirá la armonización de políticas macroeconómicas, punto sobre el que los jefes de Estado fijarán nuevos objetivos después que a principios de marzo los ministros de Finanzas perfilaron como la primera gran meta la reducción a un dígito de la inflación andina.

Cifras de la Secretaria General de la CA, con sede en Lima, indican que la inflación promedio de los cinco países en 1997 fue de 19,5 por ciento, impulsada por los altos índices de precios de Venezuela (38 por ciento) y Ecuador (30 por ciento).

Un elemento nuevo incluido en el punto del mercado común es el de la integración socio-laboral. La intención, es comenzar a abordar ideas para liberalizar el mercado y las fronteras para los 104 millones de habitantes de la subregión, dijo a IPS el secretario general de la CA, el venezolano Sebastián Alegrett.

La Política Exterior Común y las relaciones externas del bloque es el tercer punto de la agenda de Guayaquil, que incluye además de la negociación con el Mercosur, los crecientes vínculos con la Unión Europea y las discusiones para acuerdos de apertura con la anglohablante Comunidad del Caribe y América Central.

El cuarto punto de la agenda de la X Cumbre es el fortalecimiento institucional del Sistema Andino de Integración, al que dio vida formal la cumbre anterior y donde la Secretaría General incluyó una propuesta que algunos califican de revolucionaria en los esquemas de integración.

Se trata de promover un financiamiento autónomo del sistema de organizaciones e instancias que llevan adelante una integración que incluye un tribunal subregional, un parlamento o un programa ambiental, aparte de foros laborales y empresariales.

La idea consiste en sustituir las cuotas aportadas por los gobiernos por un tributo andino al comercio intrasubregional, que en 1997 se colocó en 5.800 millones de dólares y representaría en torno a dos o tres milésimas de importaciones o exportaciones.

La participación ciudadana en los proyectos comunitarios es otro punto específico de la agenda presidencial, que responde también a una iniciativa del secretario general, mediante la cual se busca acercar la integración a la sociedad que busca beneficiar, con el soporte de redes de comunicación.

La cumbre de Guayaquil se ocupará también de comenzar a preparar la conmemoración de los 30 años de la firma del Acuerdo de Cartagena, que dio vida al pacto de integración el 26 de mayo de 1969, y que adquirió una segunda vida bajo esquemas de apertura neoliberal 20 años después. (FIN/IPS/eg/ag/if/98

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