BRASIL: Violencia envuelve a reforma agraria en nuevas tensiones

El asesinato de dos campesinos y el anuncio de hacendados de que formarán milicias armadas de defensa ante la proliferación de las ocupaciones de tierras marcó un aumento de la tensión por cuestiones agrarias en Brasil.

Centenares de soldados ejecutan desde el martes la "Operación Presencia" en Parauapebas, un municipio pobre del norteño estado de Pará, donde dos dirigentes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) fueron asesinados a tiros el 26 de marzo.

Dos hacendados son acusados del crimen, cometido cuando más de 500 familias campesinas dejaban la Hacienda Goiás 2, tras ocuparla por dos semanas.

El MST respondió a la muerte de sus coordinadores locales, Valentín Serra y Onalicio Barros, invadiendo otras dos propiedades cercanas y promoviendo actos ante la sede del tribunal del municipio, protestando contra la impunidad de los asesinos.

Parauapebas, ubicado en una de las zonas de mayor violencia rural en Brasil, es vecino a Eldorado de Carajás, donde el 17 de abril de 1996 la Policía Militar ametralló una manifestación campesina, matando a 19 personas. Los autores de la masacre no fueron juzgados hasta ahora.

El gobierno decidió ocupar el municipio con un batallón del Ejército, ante la posibilidad de enfrentamientos armados, ya que hacendados locales disponen de guardias armados y amenazan con expulsar a los sin tierra.

El clima de tensión se extendió a otras partes del país. En el interior del estado de Sao Paulo, Narciso Clara, presidente de la Asociación Nacional de Productores Rurales, anunció que disponía de 500 hombres armados para defender propiedades amenazadas de invasión en áreas cercanas y lejanas.

Su idea consistió en contratar a empresas de seguridad, como las que prestan servicios a bancos y transportan valores, encargándolas de reclutar y capacitar agentes para combatir a los Sin Tierra, contando con medios de transporte rápidos.

"Es la modernización de los pistoleros, que ahora emplearán aviones y automóviles en lugar de mulas, pero la mentalidad de los hacendados queda igual", ironizó Neuri Rosseto, coordinador de comunicación del MST.

El riesgo radica en que se repita la violencia que tuvo su momento de auge en 1987 y 1988, con la formación de milicias privadas por parte de los terratenientes, organizados en la Unión Democrática Ruralista (UDR).

La propia UDR, presidida ahora por una mujer, Tania Teodoro de Farias, criticó a los hacendados por recurrir a fuerzas paramilitares, y manifestó su preferencia por contar con medidas judiciales para proteger las propiedades.

Pero Clara replicó que "no se puede creer en un diálogo con terroristas".

El MST, por su parte, intensificó la invasión de predios que considera improductivos, en especial en el nororiental estado de Pernambuco. Sus registros apuntan 42 "ocupaciones" este año, 299 campamentos dispersos por el país con 57.301 familias.

Pero "son muchos más, no logramos acompañar la rapidez de las ocupaciones", promovidas por coordinaciones locales del MST, señaló Rosseto.

Ante esa ofensiva, el gobierno rompió el diálogo con el MST, suspendiendo un encuentro fijado para este miércoles en Brasilia. Los Sin Tierra habían invadido sedes gubernamentales en en 10 capitales estaduales el 17 de marzo, para reclamar negociaciones con las autoridades por más crédito para familias asentadas.

El MST adopta formas ilegales de lucha y sus acciones tienen fines electorales, acusó el ministro de Política Agraria, Raúl Jungmann, refiriéndose al apoyo ya declarado del movimiento a canditados opositores en los comicios presidenciales de octubre.

Hay 46 dirigentes del MST que ya recibieron tierras y créditos de la reforma agraria y siguen hablando en nombre de los Sin Tierra, arguyó el ministro.

No hay clima de diálogo ahora, manifestó el presidente del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria, Milton Seligman, y dijo a IPS que "quien se radicaliza genera violencia y se descalifica como interlocutor del gobierno".

"La reforma agraria sigue, pero como algo insertado en el régimen democrático y el Estado de Derecho", concluyó Seligman, subrayando que se están atendiendo muchos de los reclamos del MST. (FIN/IPS/mo/ag/ip/98

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