/BOLETIN-DD HH/ INDONESIA: Activistas temen violencia contra comunidad china

La crisis económica y política de Indonesia renovó el temor a una posible ola de violencia contra la minoría de origen chino, a la que el gobierno podría utilizar como chivo expiatorio, según activistas.

Las versiones sobre el control que ejerce la comunidad china en la riqueza del país quizá sean exageradas, pero hay indicios de que el régimen autoritario del presidente Alí Suharto tiene la intención de culpar a los chinos-indonesios por la crisis económica, afirmaron organizaciones no gubernamentales.

Un informe de las organizaciones Red de Acción para Timor Oriental, Intercambio Mundial y Justicia para Todos, las tres con sede en Estados Unidos, afirma que las fuerzas armadas indonesias quizá sean responsables por la reciente ola de ataques contra comercios de la comunidad china.

"Varios militares, entre ellos el teniente general Prabowo (yerno de Suharto), parecen fomentar el sentimiento antichino, presumiblemente para distraer la atención de la gente de la riqueza mucho mayor de la familia Suharto", sostiene el informe.

Algunos de los disturbios ocurridos desde que se desató la crisis económica "parecen haber sido orquestados por los militares", añadió el equipo redactor del informe, que visitó Jakarta y Timor Oriental del 3 al 13 de marzo.

"En un país con un sistema militar y de espionaje tan generalizado, es casi imposible que miles de personas protagonicen disturbios durante horas sin que haya cierta complicidad oficial", continúa el informe.

Los manifestantes sólo atacaron bienes inmuebles y no dañaron físicamente a integrantes de la comunidad china.

La crisis financiera del sudeste asiático, comenzada en julio, determinó la pérdida de 70 por ciento del valor de la moneda nacional, la rupia, desde principios de 1997. Desde entonces, varios grupos, entre ellos organizaciones musulmanas de derecha, culparon a la comunidad china por su poderío económico.

El informe asegura que los chino-indonesios, que representan cuatro por ciento de la población de 200 millones, "no ocupan, como grupo, un determinado espacio profesional".

No obstante, la comunidad china puede ser un blanco a mano de la ira popular en un momento en que los precios de los productos básicos, entre ellos la leche, los huevos y el aceite vegetal, se duplicaron y hasta triplicaron en los últimos meses.

Jaffar Siddiq, abogado indonesio especializado en derechos humanos, advirtió que Suharto parece dispuesto a enfrentar a la mayoría musulmana contra la comunidad china para apuntalar su dictadura, vigente desde hace 33 años.

"Suharto está habituado a sacar de la manga la carta musulmana", dijo Siddiq.

"En 1965, cuando Suharto tomó el poder, pudo eliminar al Partido Comunista (PKI) mediante la movilización del elemento islámico", explicó. Al menos medio millón de personas, incluso miles de miembros del PKI, murieron en el resultante baño de sangre, estimaron grupos de derechos humanos.

Siddiq arguyó que algunos líderes musulmanes, entre ellos Amien Rais, principal figura islámica de la oposición, apoyaron en los últimos meses las declaraciones cada vez más nacionalistas y antioccidentales de Suharto.

"Suharto utiliza la retórica del nacionalismo para inclinar las manifestaciones de descontento contra el imperialismo" y halla blancos convenientes no sólo en la población de origen chino sino en los bancos e instituciones occidentales como el Fondo Monetario Internacional, sostuvo.

Jeff Ballinger, director de Prensa para el Cambio, organización estadounidense que supervisa la situación laboral en Indonesia, señaló que las fuerzas armadas de ese país emplean un tono populista y culpan a elementos "foráneos" por los problemas.

"Por ejemplo, critican a los jefes coreanos de las fábricas que explotan a los obreros", añadió.

La utilización de la comunidad china como chivo expiatorio por los problemas del país no tiene fundamento, señaló el informe.

Algunos chino-indonesios, entre ellos el ministro de Comercio Bob Hasan y el empresario James Riady, son acaudalados, pero los verdaderos "dueños de la riqueza en Indonesia son la familia Suharto, los militares y el selecto grupo de amigos chinos y no chinos de los Suharto", asegura el informe.

Sin embargo, el pueblo sigue sin saber a quién culpar por sus problemas. El ánimo en Indonesia tras la caída de la rupia está caldeado, como lo demuestran manifestaciones públicas sin precedentes contra el régimen del "Nuevo Orden" de Suharto y la exigencia de que el gobierno explique el aumento de la pobreza.

"Faltan alimentos, pero esta vez los pobres no tienen nada que empeñar ni vender para saciar el hambre de sus hijos hambrientos", señaló el sacerdote Sandyawan Sumardi, director ejecutivo del Instituto Social de Jakarta, en una reunión realizada en Java Occidental en marzo.

"Las actuales condiciones forzaron a muchos padres a mandar a sus hijos a buscar su propia comida. Muchos de ellos vienen a vernos y nos preguntan qué está pasando en su país", agregó.

Más de 16 millones de trabajadores industriales perdieron su empleo desde el pasado noviembre, incluidos 4,6 millones de obreros de la construcción y casi tres millones en las industrias de la vestimenta y el calzado.

"Casi todos los activistas con los que hablamos sospechan que las empresan utilizan la crisis económica como una excusa conveniente para despedir trabajadores", afirmó el equipo estadounidense. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq-ml/if hd/98

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