La segunda cumbre Asia-Europa iniciada hoy en esta capital debe recordar la necesidad de respetar los derechos laborales y democráticos que pueden construir las bases sociales de la recuperación económica del sudeste asiático, según líderes sindicales.
Uniones de trabajadores como la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), el Congreso de Sindicatos Británico (TUC), el Congreso Asia-Europa de Sindicatos, y líderes de los trabajadores de Asia se reunieron con autoridades de Bran Bretaña.
Al menos 50 por ciento de los fondos entregados a los países del sudeste de Asia en crisis económica deberían ser gastados en aliviar los costos sociales del desequilibrio financiero, reclamaron los sindicalistas durante la reunión.
La pérdida de empleos y los despidos temporarios, que alcanzan millones, combinados con la creciente inflación en la región llevó a la creciente marginalización de los trabajadores, se planteó en una conferencia de organizaciones no gubernamentales (ONG) en Londres.
El derecho a la sindicalización y a la negociación colectiva, la libertad de la esclavitud y el trabajo servil, el fin de la explotación y las formas peligrosas del trabajo infantil, la ausencia de discriminación de género, raza, color, religión, posición política y origen étnico o nacional son parte de los reclamos.
Una reunión del Foro del Pueblo Asia-Europa concluyó con un documento denominado "La Visión del Pueblo", en el cual se presentan las reivindicaciones.
El Foro del Pueblo afirma que las llamadas Normas Laborales Básicas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), deberían ser incorporadas a los acuerdos comerciales y de inversión firmados en ASEM II.
A estas normas se oponen muchos países en desarrollo, según los cuales serán utilizadas por países occidentales para profundizar medidas proteccionistas.
"Si hay que desarrollar códigos de conducta, sería importante que se elaboren en colaboración con países en desarrollo y que los códigos se adecúen a la legislación nacional (del país en desarrollo) y no se obligue al país a cambiar radicalmente su legislación", dijo Jean-Paul Fajhau, de la OIT.
En Estados Unidos, la presión pública logró que hasta 85 por ciento de las grandes empresas tengan ahora "códigos de conducta" que definen la forma de hacer negocios y sus posiciones éticas. Algunas empresas británicas han seguido ese ejemplo.
"En algunos casos estos códigos han sido muy efectivos, pero son voluntarios. La ley de Gran Bretaña no puede forzar su cumplimiento porque su sitio de aplicación está fuera de la jurisdicción de ese país", dijo Paddy Feeny, del Departamento para el Desarrollo Internacional de la nación europea.
Según Jessica Woodroffe, del Movimiento Mundial de Desarrollo, una ONG británica, dijo que tiene sentido económico para los gobiernos asiáticos tener en cuenta no sólo la creciente inversión extranjera en sus países, sino también la calidad de estas inversiones.
La cumbre de ASEM, que se reúne este viernes y sábado, elabora un Plan de Acción de Promoción de la Inversión que considerará formas de incrementar la inversión al sudeste de Asia. (FIN/IPS/tra-en/aw/dds/rj/lp/lb ip/98