El presidente Eduardo Frei, anfitrión de la II Cumbre de las Américas, afirmó que a Chile ya no le preocupa el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), pues concentra su interés en el acuerdo hemisférico del ALCA.
El mandatario puntualizó la posición de su gobierno en una reunión con corresponsales extranjeros en vísperas de la llegada a Santiago del presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quien comienza este jueves una visita oficial de 48 horas a Chile.
Clinton prolongará su estadía en esta capital hasta el domingo y será así, en rigor, el primer gobernante en llegar a la II Cumbre de las Américas, que se celebrará este fin de semana con la participación de 34 jefes de gobierno.
La llegada de Clinton pondrá tempranamente a prueba los dispositivos de seguridad de la cumbre, reforzados en esta caso por un centenar de agentes de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) que están en Chile hace tres días.
La comitiva del mandatario estadounidense, 800 personas de las cuales unas 150 son periodistas, es la más numerosa entre las delegaciones gubernamentales a esta reunión continental, de la cual está excluida Cuba.
El trayecto de prioridades desde el TLC al ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) marca los cambios de escenario entre esta cumbre y la primera, celebrada en Miami en diciembre de 1994.
Allí, Clinton, el primer ministro de Canadá, Jean Chretién, y el presidente de México, Ernesto Zedillo, invitaron a Frei a adherirse al TLC, establecido por los tres países norteamericanos desde 1993.
El TLC será prácticamente ignorado en la agenda de conversaciones de los presidentes de Chile y Estados Unidos, quienes firmarán acuerdos sobre varios asuntos, incluyendo materias económicas.
Frei señaló que ya no preocupa a Chile la imposibilidad de que Clinton cuente con la autoridad de la "vía rápida" para negociar acuerdos comerciales sin que el Congreso pueda efectuarles luego modificaciones parciales. "Lo que nos interesa ahora es el ALCA", subrayó el presidente chileno.
El gobierno de Chile realizó intensas y costosas presiones en Washington durante 1995 para aproyar la solicitud de vía rápida planteada por Clinton al Congreso, ya que la prioridad de Frei era en esos años el ingreso al TLC.
La Casa Blanca sufrió una derrota en el Congreso en 1995 cuando fue rechazada la solicitud de la autoridad de la vía rápida y el revés se repitió en 1997, cuando Clinton debió retirar el pedido ante la inminencia de una nueva negativa.
En su segunda cumbre, los gobernantes de América aprobarán un plan de acción que incluye el lanzamiento formal de las negociaciones para crear el ALCA a partir del 2005, mediante la progresiva liberación del intercambio comercial.
Clinton necesitará la vía rápida para poder insertar a Estados Unidos en el proceso de creación del ALCA sin que el Congreso pueda modificar los acuerdos comerciales, sino simplemente limitarse a aprobarlos o rechazarlos.
Las dificultades para la obtención de esa potestad congelarcon virtualmente la expansión del TLC, en contraste con el dinamismo de otros acuerdos regionales de comercio del continente, como el Mercado Común del Sur (Mercosur).
En su entrevista colectiva con los corresponsales de la prensa extranjera, Frei elogió la evolución del Mercosur, creado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al cual Chile se ligó como miembro asociado desde octubre de 1996.
Es probable que Frei y Clinton suscriban antes de la cumbre un compromiso mutuo de liberación del comercio, como una señal de confianza en el ALCA, además de firmar acuerdos en otras áreas, como ambiente, prevención de catástrofes y educación.
Se anunció igualmente la formalización de un convenio para que la agencia de combate a la droga del gobierno estadounidense (DEA) instale una oficina permanente en el puerto chileno de Iquique, 1.200 kilómetros al norte de Santiago.
Esta iniciativa se inscribirá en la política de promover una "alianza continental antidrogas" de la Casa Blanca, que procura compromisos multilaterales en el continente para enfrentar el fenómeno del narcotráfico.
"No creemos en las certificaciones unilaterales" señaló Frei, expresando así su respaldo a la sustitución del procedimiento que aplica cada año el Departamento de Estado estadounidense para calificar la conducta de los demás gobiernos en materia de combate contra el narcotráfico.
En la II Cumbre de las Américas deben echarse las bases para un nuevo mecanismo multilateral de certificación para los países en la lucha contra la producción y el tráfico de drogas ilícitas. (FIN/IPS/ggr/mj/ip if/98