Para la extrema derecha, la Cumbre de los Pueblos de América es una reunión extremista y el gobierno de Chile la considera pretenciosa, mientras sus organizadores la reivindican como un foro de la sociedad civil.
El encuentro promovido fundamentalmente por sindicatos y organizaciones ambientalistas del continente comenzará este miércoles y concluirá el sábado 18, el mismo día que comienza en Santiago la II Cumbre de las Américas.
Los encuentros "paralelos" o alternativos a las citas de gobernantes o conferencias internacionales no son nuevos. Más bien constituyen una constante desde la Cumbre de la Tierra, la reunión mundial sobre ambiente de 1992 en Río de Janeiro.
La presencia en Santiago de los gobernantes de 34 países americanos, con la sola exclusión de Cuba, motivó la reunión previa en esta capital de grupos directamente interesados en las cuestiones que abordará esta II Cumbre de las Américas.
El lanzamiento formal de las negociaciones para crear el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) hacia el 2005 es el asunto que más preocupa a los promotores de la Cumbre de los Pueblos de América.
Poderosas organizaciones sindicales de Estados Unidos y América Latina, afiliadas a la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), se oponen a un acuerdo comercial que deje de lado las normas laborales.
Del mismo modo, grupos ambientalistas canadienses, estadounidenses y latinoamericanos consideran que el libre comercio en el contexto de la globalización y el neoliberalismo es la antítesis del reclamado desarrollo sustentable.
La ORIT, que dice representar a 45 millones de trabajadores, postula una "alianza social continental" en la que sindicatos, ambientalistas y otras expresiones de la sociedad civil se unan en el rechazo a los actuales modelos de integración comercial.
Para el paraguayo Víctor Báez, dirigente de esa organización, se trata de democratizar el proceso iniciado en Miami en 1994 con la I Cumbre de las Américas, caracterizado a su juicio por la exclusión ciudadana y la ausencia de una perspectiva social.
"No queremos que los gobiernos decidan 'por' nosotros, sino que decidan 'con' nosotros", dicen los grupos sindicales, ambientalistas, indígenas, de derechos humanos e incluso parlamentarios vinculados con la Cumbre de los Pueblos de América.
La reunión alternativa tendrá entre sus participantes a los premios Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, de Guatemala, y Adolfo Pérez Esquivel, de Argentina, así como al ex aspirante a la presidencia estadounidense Jesse Jackson.
Unos 300 delegados de todo el continente sesionarán en diez foros, que abarcarán los diversos ámbitos de interés de la conferencia: sindical, ambiental, indígena, ético, parlamentario, derechos humanos, alternativas de integración y desarrollo, género e igualdades, campesinos y educación.
La Cumbre de los Pueblos de América se desarrollará en un hotel en el centro de Santiago, luego de que el gobierno negara a sus organizadores el centro de reuniones del edificio Diego Portales, un gran inmueble en que tiene su sede el Ministerio de Defensa.
Según la periodista María Eugenia Oyarzún, la negativa tradujo la preocupación del gobierno de Eduardo Frei, porque los convocantes del encuentro serían "organismos de fachada" de "grupos terroristas" de Chile y América Latina.
Oyarzún, quien fue embajadora ante la Organización de Estados Americanos del régimen del general Augusto Pinochet (1973-1990) es considerada una vocera oficiosa de los sectores de extrema derecha civiles y militares identificados con el ex dictador.
La periodista sostuvo que tras la "fachada" de la cumbre alternativa "están sandinistas, tupamaros, zapatistas, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), Sendero Luminoso, etcétera", además de "grupos terroristas" chilenos.
"Los organizadores de la 'cumbre paralela' quieren rechazar el imperialismo norteamericano, la economía social de mercado, y anhelan repudiar el ALCA que propicia el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton", escribió Oyarzún en el diario La Tercera.
Las afirmaciones de la periodista fueron desmentidas por los organizadores del foro alternativo, que las calificaron de "injuriosas y delirantes", propiciadoras de una "caza de brujas" y típicas de la intolerancia del período dictatorial.
Coral Pey, coordinadora de la Red Chile por una Iniciativa de los Pueblos, desmintió la supuesta preocupación del gobierno y puntualizó que el canciller José Miguel Insulza recibirá las conclusiones del foro alternativo para hacerlas conocer a la cumbre de gobernantes a través del presidente Frei.
Insulza ratificó ese compromiso y descartó categóricamente que el encuentro tuviera alguna connotación extremistas o terrorista, aunque opinó que su denominación de Cumbre de los Pueblos de América es "pretenciosa".
El gobierno chileno considera que este encuentro de organizaciones no gubernamentales, así como un foro de empresarios que también se celebrará esta semana en Santiago, son manifestaciones de intereses sectoriales.
"Aceptar que la llamada Cumbre de los Pueblos de América es la expresión de la sociedad civil y que el proceso de la II Cumbre de América es 'cupular', como afirman las organizaciones no gubernamentales, sería aceptar que los gobiernos no son representativos", comentó a IPS un funcionario gubernamental. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/98