AFGANISTAN: ONU condiciona ayuda a libertad para las mujeres

Las agencias de la ONU que operan en Afganistán advirtieron a Kabul que dejarán de prestar su ayuda si el gobierno del movimiento fundamentalista islámico Talibán no elimina las normas que restringen la libertad de movimiento de las mujeres e impiden la educación de las niñas.

"Enviamos un mensaje claro y fuerte que expresa la posición en común de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)", declaró Carol Bellamy, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), al volver del país de Asia central.

Bellamy, la primera mujer de alto rango en reunirse con autoridades de Talibán, dijo que fue enviada a Afganistán para preparar la labor de un equipo de negociación de la ONU que llegará a Kabul este lunes.

La funcionaria informó que en Kabul planteó la posición de la ONU sobre las condiciones mínimas para trabajar en el país. El gobierno de Talibán debe respetar los privilegios e inmunidades del personal del foro mundial y retirar las restricciones a la libertad de movimiento de las mujeres.

Bellamy, quien se reunió con Mohammed Rabbani, presidente del Shura Supremo de Talibán, informó que los altos funcionarios afganos le solicitaron comprensión hacia sus costumbres y recalcaron que no se les pueden imponer ideas occidentales.

"Les dije que estaba en representación de la ONU y que no defendía la adopción de un modelo occidental o cualquier otro", dijo Bellamy a IPS. "El mensaje de la ONU no fue un mensaje de Occidente".

La directora de Unicef dijo a las autoridades de Talibán que no conocía a ningún país, incluso entre los estados islámicos, en el cual el gobierno negara el acceso de las niñas a la educación.

Los cambios radicales anunciados por el gobierno conservador y musulmán de Kabul que restringen la libertad de movimiento de las mujeres fueron atribuidos erróneamente a las enseñanzas del Corán y la religión islámica.

Bellamy explicó que Unicef y otras agencias, entre ellas la Organización para la Alimentación y la Agricultura, el Programa Mundial de Alimentos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, siguen brindando ayuda humanitaria en el país, aunque Unicef suspendió su programa de asistencia educativa.

El programa se "reanudará si Talibán se decide a incluir la participación de las niñas en las escuelas", añadió. En la actualidad, Unicef lleva a cabo un programa de 12 millones de dólares en Afganistán.

Bellamy añadió que a la ONU también le preocupa un edicto que permite trabajar a las musulmanas extranjeras sólo si están acompañadas por sus cónyuges o un familiar hombre.

El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, tras su visita a Afganistán la semana pasada, señaló que el gobierno de Talibán le había asegurado que permitirá que médicas afganas brinden asistencia a mujeres y niñas.

Richardson añadió que Kabul también permitirá que la ONU contrate a afganas para proporcionar ayuda humanitaria a mujeres y niñas.

Talibán también accedió a "discutir la forma de flexibilizar las restricciones sobre las empleadas extranjeras de la ONU". Una mujer dirige una de las oficinas de Unicef en Jalalabad.

Unicef trabaja con varias mujeres afganas, pero las normas del Talibán no les permiten compartir la misma oficina que los hombres.

Richardson añadió que las autoridades de Talibán le dijeron que están a favor de aumentar las oportunidades educativas de las mujeres en el ámbito de la enseñanza superior. El gobierno solicitó asistencia internacional con este fin.

El embajador dijo a la prensa que el presidente estadounidense Bill Clinton lo había enviado para "impulsar la causa de la paz en Afganistán". "Vi con mis propios ojos la destrucción y tragedia humana que causaron 20 años de guerra. Lo que el pueblo afgano necesita más es la paz".

En lo político, Afganistán llegó a un punto sin retorno.

En noviembre, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, visiblemente frustrado por la intensificación de la guerra civil en el país, declaró que "es cada vez más difícil justificar la continuidad de las gestiones por la paz de la ONU y sus costos, debido a la ausencia de señales positivas" a una solución pacífica del conflicto librado desde principios de la década.

El conflicto afgano "parece ser una tragedia de proporciones épicas sin fin", dijo Annan.

En un informe dirigido al Consejo de Seguridad, Annan dijo que un arreglo pacífico en Afganistán "sigue siendo esquivo", a pesar de las "gestiones incansables" de la ONU para lograr la paz entre los bandos en pugna.

"Líderes y jefes militares, impulsados por ambiciones egoístas y sed de poder, traicionan sistemática y continuamente" el ansia de paz del pueblo, dijo en uno de los informes más pesimistas sobre la situación de Afganistán.

Annan también culpó por la situación a la comunidad internacional que "sólo demostró un interés limitado en adoptar medidas tangibles para desalentar a los bandos afganos y sus partidarios en el exterior de continuar con sus metas belicosas".

El secretario general culpó implícitamente a varios gobiernos, dentro y fuera de la región, que se niegan a utilizar su peso político para ayudar a resolver el problema.

De los 185 estados miembros de la ONU, sólo Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos y Pakistán reconocen a Talibán como gobierno legítimo de Afganistán. (FIN/IPS/tra-en/td/aq-lp/hd ip/98

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