TRABAJO: El nuevo director de la OIT proviene del Sur

La conducción de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) corresponderá por primera vez en la historia de la institución a un representante de los países en desarrollo, el chileno Juan Somavía, elegido hoy nuevo director general para el período 1999-2004.

El diplomático y académico sudamericano superó por 44 votos a 12 a la filipina María Nieves Roldán-Confesor, en la elección realizada por los 56 miembros del Consejo de Administración, el órgano tripartito (gobiernos, obreros y empresarios) que gobierna la OIT.

Somavía estimó que la presencia de la primera persona de un país en vías de desarrollo en la dirección de la OIT se reflejará en "la sensibilidad con la cual mirar hacia los países del Tercer Mundo".

La pertenencia al hemisferio sur favorece "la comprensión de la dimensión multicultural que es indispensable poseer", dijo.

La dirección de la OIT requiere tener presente que "vivimos en un mundo plural, diferenciado, donde un mismo problema no se resuelve necesariamente de la misma manera". Con ese enunciado Somavía justificó su intención de reconstruir el consenso tripartito con que se gobierna a la OIT.

Eso significa, precisó, que los tres sectores definirán en conjunto los cinco o seis lineamientos y objetivos fundamentales en el terreno social.

La candidatura de Somavía, nacida de una iniciativa del sector de los trabajadores y propuesta de manera formal por el gobierno de Chile, contó con el apoyo inmediato del bloque de países de América Latina y el Caribe, y en los tramos finales, con el respaldo del Departamento de Estado estadounidense.

Pero la diferencia de votos obtenida por el diplomático chileno reflejó el consenso alcanzado por su figura entre todos los sectores y todas las regiones representados en el máximo organismo de la OIT.

Somavía, de 57 años, asumirá las nuevas funciones el 4 de marzo de 1999, cuando ya se espera que la OIT haya superado el debate de los temas críticos que ocupan en este momento a su Consejo de Administración.

De todos modos, Somavía adelantó que comparte la idea del director general saliente, el belga Michel Hansenne, de que la OIT emita una declaración de principios relativa a los derechos fundamentales relacionados con el mundo laboral.

El texto de declaración propuesto ratificaría los principios definidos en los siete convenios fundamentales de la OIT relativos a derechos humanos básicos.

Pero algunas delegaciones, en especial gubernamentales, expresaron temores de que la declaración implique una convalidación de la cláusula social, como se denominó a una iniciativa que pretendía condicionar el comercio internacional al cumplimiento de determinadas normas laborales.

La conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), realizada en Singapur en diciembre de 1996, descartó la introducción de la cláusula social en las negociaciones multilaterales sobre comercio.

En cambio, la conferencia de la OMC reconoció, como reclamaban delegaciones de países en desarrollo, que la vigencia de las normas laborales corresponde a la jurisdicción de la OIT.

La posición definitiva de la OIT sobre la declaración de los derechos fundamentales será adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo, que se reunirá en junio próximo en Ginebra.

En relación con los debates de los temas sociales, Somavía previno que "todo tiene que estar bajo la éjida de la OIT, una casa que tiene sus tradiciones, sus convenciones y sus valores".

Pero en contraposición, "tenemos que ver la manera moderna como todo eso se expresa en el mundo de hoy, colocando de vuelta al ser humano en el centro de las cosas", afirmó.

"No hay que olvidar que no hay inversiones estables en sociedades inestables y de que no hay eficiencia económica perdurable sin eficiencia social", declaró.

Somavía, investigador social y académico de larga trayectoria en América Latina, alcanzó renombre internacional cuando presidió el comité preparatorio de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, realizada en Copenhague en 1995.

En la actualidad se desempeña como presidente del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y como embajador de Chile ante la ONU en Nueva York. (FIN/IPS/pc/ag/lb/98

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