Con un viraje radical, Venezuela facilitó un acuerdo de grandes productores de petróleo para recortar durante el resto del año la oferta de crudo, lo que animó de inmediato este lunes los precios en el mercado mundial.
El acuerdo supone "el fin de la arrogancia" de las autoridades de Venezuela, afirmó este lunes el experto Al Shereidah, contrario a las críticas lanzadas oficialmente contra la política de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que colaboraron en el hundimiento de los precios.
"Una medida de los actores determinantes es lo que esperaba el mercado y su impacto psicológico se sintitió de inmediato con un aumento del barril de entre un dólar y 1,5 dólares respecto del viernes", comentaron operadores venezolanos este lunes.
Los valores del petróleo cayeron el día 17 a su más bajo nivel en nueve años e iniciaron un repunte al día siguiente, cuando las autoridades venezolanas anunciaron su disposición a participar en un pacto para limitar temporalmente el bombeo de crudo.
"La racionalidad volvió a Venezuela", acotó el especialista Francisco Mieres, del Centro OPEP, con sede en el país, otro crítico de la distancia marcada por las autoridades locales frente a los restante 10 miembros de la organización.
Varios comentaristas coincidieron este lunes en indicar que el viraje venezolano fue impuesto por el presidente Rafael Caldera, quien forzó el "reacercamiento" con las autoridades sauditas durante una gira de nueve días por Europa culminada el domingo.
Los ministros de petróleo de Arabía Saudita, México y Venezuela convinieron el domingo en Ryad en promover un retiro del mercado de entre 1,6 y dos millones de barriles diarios (bpd), en una estrategia que contará con la participación de otros miembros de la OPEP y de productores independientes.
La reunión de dos días en Ryad fue anunciada el miércoles 18 por un diario venezolano, pero ese mismo día el ministro Erwin Arrieta la desmintió con ardor, hasta que el canciller Miguel Angel Burelli la confirmó el sábado en Paris.
En el caso de Venezuela, Arrieta se comprometió a contraer el flujo al mercado en 200.000 bpd desde abril, después que a lo largo del año insistió en que no reduciría ni en un barril su oferta exportadora, llegasen los precios donde llegasen.
"Las últimas dos semanas fueron críticas para la mayoría de los productores y eso activó la necesidad de promover una acción colectiva", comentó este lunes un directivo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Precisó que la menor producción venezolana supondrá una merma de ingresos de unos 600 millones de dólares este año, pero apuntó que por cada dólar que cae el barril de exportación, el país deja de percibir el doble de esa cantidad.
Los tres protagonistas de la iniciativa no lograron sumar a la reunión a Noruega, el segundo exportador petrolero mundial, que junto con México es uno de los grandes productores ajenos a la OPEP que más disposición ha mostrado en otras ocasiones a participar en estrategias conjuntas para estabilizar el mercado.
Los sauditas retirarán del mercado 300.000 bpd y México 100.000 bpd.
En total, con anuncios formales o no, exportadores de la OPEP e independientes resolvieron ya un retiro colectivo de 1,2 millones de bpd, según el comunicado emitido en Ryad el domingo.
Pero la intención es que se sumen otros países para contraer efectivamente la oferta entre 1,6 y dos millones de bpd, de un total de 75 millones en el mercado mundial.
Los sauditas producen en la actualidad 8,8 millones de bpd, Venezuela 3,4 millones y México 3,3 millones. Adicionalmente, Venezuela adquiere en el mercado internacional 400.000 bpd para cumplir con obligaciones con sus clientes.
Hasta ahora se desconocen los entretelones de un acuerdo que tiene el ingrediente adicional de superar el grave disenso entre Caracas y Ryad desde que se aceleró el deslizamiento de los precios del petróleo en enero.
Los sauditas acusaron a Venezuela de ser la mayor responsable de la caída de las cotizaciones del crudo por su abierta rebeldía a acatar las cuotas de producción de la OPEP, que en noviembre se fijaron para este semestre en un total de 27,5 millones de bpd.
La cuota asignada a Venezuela fue de 2,58 millones de bpd.
Arrieta y el presidente de PDVSA, Luis Giusti, acusaron por su parte a los sauditas de imponer su ley dentro de la OPEP, de incumplir también su cuota y de estar socavando los precios con la oferta de descuentos a sus clientes.
Ese último elemento fue el que permitió a los sauditas reconquistar en febrero el primer lugar entre los abastecedores del mayor consumidor petrolero del mundo, Estados Unidos, un sitial del que lo había desplazado Venezuela en 1997.
No se detalló aún si el acuerdo de retiro ordenado del mercado se acompañó de acuerdos colaterales como la eliminación de prácticas de descuento o el abandono del mercado ocasional, donde actúan los sauditas y otros exportadores del Golfo Pérsico (Arábigo) y no Venezuela.
El cambio de actitud pública de Venezuela comenzó el miércoles 18, cuando Arrieta y Giusti dijeron, el primero en Caracas y el segundo en Bruselas, que el país estaría dispuesto a una reducción de su oferta, si formaba parte de un acuerdo concertado entre países OPEP y no OPEP.
Pero Arrieta subrayó que la reducción de la oferta por un tiempo no significa que el país pase a aceptar nuevamente el sistema de cuotas de la OPEP.
La sobreoferta de crudo provocó entre octubre y el 18 de este mes una reducción promedio del precio del barril venezolano de 33 por ciento, y de dos puntos menos para los grandes crudos que determinan el mercado mundial (FIN/IPS/eg/ff/if/98
