MEXICO: Asesinato de Colosio, cuatro años y casi nada está claro

Cuatro años cumplidos hoy de pesquisas sobre el homicidio de Luis Colosio, candidato a la presidencia de México en 1994, fueron infructuosos. La mayoría de la población cree que el crimen se planeó desde el gobierno y que nunca se resolverá.

Cumpliendo el rito de la fecha, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) recordó a Colosio con ceremonias y guardias de honor frente a su tumba y su monumento, se realizaron mesas redonadas y los políticos de todos los signos demandaron el esclarecimiento del crimen.

Un encuesta realizada por el diario Reforma en 32 ciudades de México señala que nueve de cada 10 ciudadanos sostiene que el gobierno de Ernesto Zedillo, que asumió en diciembre de 1994, tuvo poco o nada de éxito en las investigaciones.

En otra encuesta, del diario El Universal, se indica que 81,8 por ciento de la población opina que el caso no se resolverá, 92 por ciento considera principal involucrado al ex presidente Carlos Salinas (1988-1994) y 81,6 por ciento identifica como autores intelectuales al ex mandatario, el gobierno y el PRI.

Según El Universal, 94,5 por ciento de los entrevistados cree que lo único que han hecho los cuatro procuradores, cuatro fiscales e inmumerables agentes que se ocuparon del caso fue ocultar y enredar las pesquisas.

La tarde del 23 de marzo de 1994, Colosio, entonces candidato presidencial del PRI, recibió dos balazos cuando caminaba entre cientos de sus seguidores en la ciudad de Tijuana, en el norte.

El presunto autor material de los disparos, Mario Aburto, un mecánico de 24 años y escasa educación, permanece detenido.

Las declaraciones de Aburto, que se suman a las de 1.222 testigos, 47.000 hojas de expedientes y múltiples pruebas periciales y reconstrucciones del crimen no han sido suficientes para descubrir quiénes habrían ordenado el asesinato.

Las hipótesis son las mismas desde el principio: el homicidio fue planeado exclusivamente por Aburto y no existe otro autor intelectual, el crimen fue ordenado por narcotraficantes y Colosio murió víctima de un complot político.

El caso se ha rodeado de infinidad de suspicacias, pues cerca de una docena de agentes y civiles vinculados de alguna forma con el crimen fueron asesinados en circunstancias aún no aclaradas.

"Espero un milagro", dijo el padre el ex candidato, Luis Colosio, al ser interrogado por periodistas sobre la marcha de las investigaciones.

Diputados de diversos partidos políticos demandaron los últimos días a las autoridades llamar a declarar sobre el caso a Zedillo, quien se desempeñaba como jefe de campaña de Colosio, cuando fue asesinado, y luego lo sucedió en la candidatura presidencial.

Si se quiere establecer el entorno político que rodeó al crimen, es imprescindible que Zedillo comparezca, recomendaron.

Desde que ocurrió el crimen, investigadores independientes afirmaron que el ex presidente Salinas estaba involucrado de alguna forma.

Las versiones llegaron a tener tal fuerza que en 1996, en un acto sin precedentes en la historia de México, el ya ex mandatario debió responder ante una fiscal más de 300 preguntas sobre el caso.

Filtraciones de esa comparecencia indican que Salinas, que vive fuera de México desde febrero de 1995, declaró que las acusaciones en su contra son absolutamente falsas y que una de las principales víctimas políticas del crimen fue precisamente él.

Nadie está excluido de las investigaciones, declaró la semana pasada por enésima vez el fiscal especial para el caso Colosio, Luis González, luego de asegurar que su trabajo sí ha dado frutos, pues logró precisar las hipótesis.

Con el paso de los años, la figura de Colosio, que fue exaltada al nivel de héroe, ha ido desapareciendo progresivamente del discurso de los políticos del PRI y del propio presidente Zedillo, que en 1995 prometió que no descansaría hasta aclarar el crimen de su amigo.

A raíz de la muerte de Colosio, más de 39 calles de la capital mexicana fueron bautizadas con su nombre, así como inumerables escuelas. Además, hay varias estatuas y un plaza especial construida en su honor en el lugar donde fue asesinado.

La Fundación Colosio, organismo de investigaciones políticas vinculado al PRI, señaló en un comunicado que "conocer la verdad sobre el crimen del 23 de marzo de 1994 es imperativo para hacer justicia y lograr que en futuro se afirme el estado de derecho y la vida política civilizada. (FIN/IPS/dc/mj/ip/98

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