Los niños, esta vez de Ecuador, emergieron otra vez como víctimas de un coctel de miseria y delito, cuando una quincena de menores fueron rescatados hasta ahora en Venezuela de una red de tráfico que los mantenía como virtuales esclavos y los ocupaba en varias actividades en esta capital.
Niños y niñas de entre 4 y 17 años fueron liberados por efectivos policiales en residencias en populosos barrios de Caracas, después que dos de ellas lograron huir de sus explotadores y con apoyo de organizaciones vecinales y parlamentarios alertaron a las autoridades policiales el martes.
Nueve personas adultas, todas de nacionalidad ecuatoriana según la información de la policia, fueron detenidas hasta ahora por el tráfico ilegal de los menores, mientras sus abogados rechazan que pertenezcan a una mafia de explotadores de niños.
Los allanamientos prosiguirán varios días, otra persona está detenida en Quito, y se busca a un policia del que sólo se conoce su apellido, Ramírez, que las denunciantes indicaron que era un apoyo fundamental para encubrir la explotación infantil.
El hecho se produjo 11 meses después de que el consul de Ecuador, Luis Terán, denunciara la existencia de una supuesta red de traficantes de menores para forzarlos a trabajos domésticos, ventas ambulantes y prostitución, en condicines de esclavos.
La denuncia fue desestimada entonces por la policia y por el oficial Instituto Nacional del Menor (Inam) después de una somera investigación, aduciendo que no se encontraron niños ecuatorianos en la situación denunciada en los dos grandes mercados indicados.
La mayoría de las víctimas pertenece a la comunidad indígena Jatari campesina asentada en las riberas del rio Bamba, a unos 80 kilómetros de Quito, según indicó este jueves Terán a IPS.
El consul se excusó de cualquier otro comentario por un requerimiento en ese sentido de la Policia Técnica Judicial, que mantiene el operativo para rescatar otro número indeterminado de niños y niñas, aún en manos de sus explotadores.
Las niñas y niños rescatados a lo largo de esta semana están ahora bajo custodia del Inam, indicó su presidenta, Nancy Montero, mientras la Embajada de Ecuador colabora en la ubicación de sus familias en su país de origen.
María Marta y María Gladys, las primas que lograron huir el mes pasado y denunciaron el caso tras recibir la acogida solidaria de una familia del vecindario donde estaban recluidas, han suministrado algunas luces sobre como operaba el tráfico.
Fueron traidas a Venezuela hace dos años, cuando contaban 12 y 15 años, a través de los llamados "caminos verdes", después que miembros de la desmantelada red lograron que sus padres se las entregaran bajo falsas promesas.
Entre ellas, contaron, que las familias recibirían unos 130 dólares anuales por el trabajo de sus hijas y que éstas serían instruidas para el trabajo, tendrían buena alimentación, cuidado y "una cama aseada para descansar".
Pero la realidad fue muy otra, después que cruzaron las fronteras de Ecuador y Colombia y llegaron a Caracas. Fueron colocadas como vendedoras de diferentes mercancias en dos grandes mercados, uno de ellos centro del comercio informal y cerrado al comenzar el año.
Allí trabajaban más de 12 horas, a las que se sumaban varias más cuando retornaban al mutante lugar donde dormían, mientras que sus padres nunca habrían recibido la compensación económica prometida.
Al pasar el tiempo tomaron conciencia de la explotación a la qe eran sometidas a cambio de dos empanadas (bollos rellenos de harina de maíz) al día.
El comisario Nerio Réngifo, jefé de la División contra la Delincuencia Organizada, explicó que algunos de los detenidos residen en Venezuela desde hace una década y se presume que estaban trayendo ilegamente niños y niñas desde hace cinco años.
Las denunciantes dijeron que el efectivo Ramírez es presuntamente miembro de la Policia Metropolitana, protegía a la organización e indicaba cuando los explotados debían llegar a los mercados o a realizar otras tareas, sin caer en operativos de control.
El mismo policia se ocupó sin éxito de buscar a las dos primas cuando escaparon y según algunas versiones había recapturado antes a otros menores que intentaron huir de sus explotadores.
Terán denunció en febrero de 1997 que cientos de niños y niñas ecuatorianos eran traidos al país, principalmente a Caracas, "donde son explotados y esclavizados", en hogares, mercados alimentarios y la venta informal, conocida aquí como buhonería.
También aseguró que las víctimas eran forzadas en ocasiones a la prostitución y actividades delictivas, mientras eran escondidos en populosas barriadas pobres.
Pese a la poco efectiva investigación de entonces, testigos en áreas con alta presencia de buhonería dijeron entonces a IPS que niños que pululaban por allí pidiendo limosna o vendiendo diferentes objetos les habían indicado su origen ecuatoriano.
Hace pocos años el desaparecido Diario de Caracas abordó el origen ecuatoriano de menores que aparecían improvisando canciones en diferentes esquinas de la ciudad, en un reportaje sobre el problema de los niños trabajadores.
Un sondeo realizado por el Inam detalla que 72 por ciento de los niños y niñas que trabajan en Venezuela lo hacen en el secto rinformal, y cuatro por ciento realiza actividades ilícitas, como tráfico de drogas, robo o prostitución.
Al menos 28 por ciento de los niños trabajadores tienen menos de 12 años y hay cerca de 11.000 niñas de más de 13 años que son explotadas sexualmente con fines comerciales.
Además, 70 por ciento de los niños trabajadores lo hacen en dobles o triples jornadas, sin descanso, en lo que la presidenta del Inam ha definido como "abierta explotación humana".
En Venezuela, es ilegal el trabajo de menores de 14 años. (FIN/IPS/eg/dam/hd/98