Un escándalo provocó en Italia la denuncia de que 300.000 niños y niñas son obligados en el país a trabajar como verdaderos esclavos, lanzada por el líder sindical Sergio Cofferati.
Cofferati, que se halla en India, aseguró el martes que esos niños son sometidos a jornadas de trabajo de más de 12 horas por una paga ínfima y en pésimas condiciones ambientales.
Tras el grito de alarma del sindicalista, este jueves fue habilitado un número telefónico especial para denunciar los casos de explotación laboral de menores de edad.
Los sindicatos también pidieron al parlamento la formación de una comisión investigadora de los hechos denunciados.
Más de 250 millones de niños y niñas entre 10 y 14 años trabajan como esclavos en el mundo, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentado hace tres meses en Oslo.
Sesenta por ciento del total trabajan en Asia, 30 en Africa y los demás en el resto del mundo, incluido el Norte industrializado. Unos 80 millones se desempeñan en condiciones de riesgo de salud.
En Haití se cuentan más de 25 por ciento de los niños esclavos de América Latina, y la lista sigue con Guatemala (16,2 por ciento), Brasil, República Dominicana y Bolivia, de acuerdo con los informes internacionales.
El caso de la esclavitud infantil en Italia ya había sido abordado a fines de 1997 por las tres confederaciones sindicales del país.
El jefe del gobierno de centro izquierda, Romano Prodi, se comprometió el 17 de diciembre a proponer en la próxima conferencia mundial de la OIT, que se realizará en junio en Ginebra, una nueva y más incisiva convención contra el trabajo de los menores.
La ministra de Asuntos Sociales, Livia Turco, afirmó este jueves que Italia no necesita nueva legislación contra el trabajo infantil, sino aplicar con mayor rigor las normas de tutela de los menores.
Turco exhortó a las agencias gubernamentales a aumentar las acciones de inspección e invitó a los sindicatos y los empresarios a colaborar en la lucha contra el trabajo ilegal, "que esconde la explotación de los niños".
Una conocida empresaria, Marina Salomón, formuló un llamamiento a boicotear a las compañías que explotan a los niños y niñas.
El trabajo de menores se presenta especialmente en el sur del país, la zona de mayor desempleo, y en empresas textiles.
Un niño esclavo identificado como Michele, de 13 años y residente en Palermo, la capital de Sicilia, informó que trabaja junto con otros 10 menores de edad en un local subterráneo cosiendo camisas.
Michele trabaja desde los ocho años 12 horas diarias, por unos 60 dólares a la semana, menos de un tercio de lo que gana un obrero textil del sector formal.
El desempleo afecta a 25 por ciento de la población económicamente activa de Sicilia, frente a un promedio nacional de 12,8 por ciento.
Desde India, un país en que abunda la explotación laboral de niños y niñas, Cofferati propuso una campaña internacional contra esa práctica.
El 17 de marzo partirá de Manila una marcha mundial contra el trabajo infantil, para recorrer en seis meses todos los continentes.
Los participantes en la marcha, que es promovida por más de 400 organizaciones no gubernamentales y sindicales de 85 países, plantearán la necesidad de acabar con el trabajo de menores de 14 años. (FIN/IPS/jp/ff/lb hd/98)