El gobierno de Canadá pidió disculpas a los 1,5 millones de indígenas del país por décadas de maltrato que incluyeron intentos de eliminar sus culturas y asimilar a nativos y mestizos.
En una ceremonia en el edificio del Parlamento de Canadá, este martes líderes aborígenes y ministros de gobierno se comprometieron a trabajar juntos para sanar los daños contra los pueblos indígenas y su cultura.
Líderes indígenas condenaron al gobierno por un programa que durante 80 años separó a niños de sus familias indígenas y los envió a escuelas residenciales del gobierno donde a menudo fueron objeto de abusos.
Durante el período colonial, las 650 naciones aborígenes de Canadá fueron relegadas a reservas en regiones improductivas y en general aisladas. Las poblaciones de las naciones indígenas se redujeron drásticamente hasta la década de 1940, se perdieron lenguas y las ceremonias tradicionales fueron prohibidas.
La ministra de Asuntos Indígenas, Jane Stewart, leyó una "Declaración de Reconciliación" que reconoció el daño hecho a la población nativa, incluyendo el ahorcamiento de Louis Riel después que liderara una rebelión de indios y mestizos en el oeste de Canadá en 1885.
Stewart, sin embargo, pidió perdón por las políticas asimilacionistas del gobierno.
"Llegó el tiempo de declarar formalmente que los días del paternalismo y la falta de respeto quedaron atrás y que estamos comprometidos a cambiar la naturaleza de la relación entre pueblos aborígenes y no aborígenes en Canadá".
Phil Fontaine, líder de la Asamblea de Primeras Naciones, coalición de grupos aborígenes de todo el país, dijo que la disculpa sienta las bases de una paz duradera entre los nativos y el gobierno de Canadá.
"Esto celebra el comienzo de una nueva era. Es un gran paso en nuestra búsqueda de ser reconocidos como un tipo diferente de gobierno en Canadá", afirmó.
Con la disculpa llegaron 250 millones de dólares para hacer frente a los problemas causados por la política de escuelas residenciales.
Desde la década de 1870 a la de 1960, el gobierno tomó niños de hogares nativos y los internó en escuelas en las que muchos fueron víctimas de agresiones físicas de sacerdotes, monjas y otros religiosos. El dinero se destinará a terapias y capacitación laboral.
Algunos líderes indígenas dijeron que el dinero no resolverá los problemas endémicos del alcoholismo, el racismo y la pobreza que plagan a los aborígenes canadienses.
Los 6.000 millones de dólares que el gobierno gasta cada año en programas para nativos hicieron poco para que los indígenas tengan vivienda, educación y servicios de salud aceptables.
Stewart anunció que el gobierno de Canadá pretende dar a los aborígenes el control del gobierno local en sus tierras de reserva, y brindar programas de salud, educación y capacitación laboral.
Esto "nos permitirá acercanos más a nuestra búsqueda de la equidad y la justicia, al tratar con gobiernos federales y provinciales en un plano de igualdad", dijo Stewart.
Pero Fontaine agregó que las negociaciones deben continuar para lograr ayuda del gobierno para volver a la senda a las tribus nativas, y no todos los líderes indígenas se sienten a gusto con la declaración de reconciliación.
Representantes de indígenas inuit, grupos de mujeres nativas y metis (descendientes de exploradores franceses y tribus nativas) consideran que la disculpa carece de solidez.
Además, criticaron la declaración por no referirse en más detalle a los errores cometidos en perjuicio de sus comunidades, y afirmaron que el dinero involucrado en la recompensa es insuficiente.
Líderes inuit y metis, no incluidos en la Asamblea de Primeras Naciones, también se quejaron de que la última declaración de Stewart no mencionó programas específicos para ellos. (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/lp/pr-hd/ip/98