El Banco Mundial, principal inversor del mundo en proyectos forestales en países en desarrollo, se dispone a revisar su política forestal y muchos activistas temen que comience a financiar operaciones en bosques tropicales.
El presidente del Banco, James Wolfensohn, se reunirá este viernes con importantes empresarios madereros y grupos ambientalistas selectos para planear el curso futuro de la institución como promotora de una explotación forestal sustentable o "de bajo impacto".
El problema, señalan los críticos, es que el Banco excluyó de las conversaciones a analistas que cuestionan la factibilidad de la explotación sustentable, ignora enfoques alternativos y pasa por alto las consecuencias nocivas de sus políticas e inversiones en los bosques del mundo.
Están en juego los últimos bosques primarios o de antiguo crecimiento de nuestro planeta, que albergan árboles centenarios jamás tocados por los humanos.
Los bosques primarios son considerados los "pulmones" de la Tierra y podrían albergar numerosas especies aún no descubiertas, entre ellas plantas con potencial medicinal.
Sólo cerca de 20 por ciento de esos bosques permanecen intactos, principalmente en la cuenca del Amazonas, en la costa nororiental de Canadá y en Siberia.
Casi la mitad de los bosques de antiguo crecimiento que restan están en grave peligro de destrucción, entre ellos los ubicados en Gabón, Africa occidental, y en la isla surasiática de Borneo, según ambientalistas.
"El Banco impulsa el concepto de explotación sustentable por las empresas transnacionales pero aún no presentó pruebas de que tal cosa pueda existir en los bosques tropicales primarios", señaló Randall Hayes, presidente de la Red de Acción por los Bosques Tropicales (RAN).
Es improbable que la opinión de Hayes sea tenida en cuenta en la reunión del viernes, dado que RAN y otros grupos que desafían la noción de explotación maderera sustentable fueron excluidos.
También fueron relegados ambientalistas e indígenas de países y comunidades forestales que están en mayor riesgo debido a la sobreexplotación.
Los únicos participantes de países en desarrollo que asistirán a la reunión son empresarios madereros, entre ellos Mohammed "Bob" Hasan, socio del presidente indonesio Alí Suharto y director de Apkindo, una compañía maderera acusada de numerosas agresiones al medio ambiente y los derechos humanos.
Entre otros participantes se cuenta David McDowell, director de la Unión Mundial de Conservación, con sede en Suiza, que posee filiales en varios países en desarrollo, informó una portavoz del Banco, quien admitió que "hubiera sido mejor tener un grupo de base realmente popular".
El Banco también emprendió una revisión de su política forestal adoptada en 1991, bajo intensa presión de grupos ambientalistas.
Funcionarios del Banco insisten en que el encuentro del viernes no estará relacionado con la revisión, pero varios analistas señalaron que la agenda estará dominada por discusiones sobre las medidas que la institución debería tomar para mejorar la administración forestal.
La política adoptada en 1991 prohíbe la financiación directa de proyectos de explotación forestal en bosques tropicales primarios, limita los préstamos forestales del Banco a los gobiernos comprometidos con la conservación y enfatiza la protección del ambiente y las comunidades indígenas.
Altos funcionarios del Banco despertaron sospechas de que la prohibición de la financiación de explotación de bosques tropicales sería levantada al sugerir que se otorgarían "permisos".
"En lugar de revisar su política forestal para conceder nuevos préstamos, el Banco debería revisar su propia cartera de préstamos" y utilizar su poder de financiación para "promover la producción de papel a partir de desechos agrícolas y no de madera", sugirió Hayes.
"Se trata de una opción visionaria y audaz que el Banco Mundial nunca consideró", y sin embargo es exactamente el tipo de opción que debería escoger como importante agencia de desarrollo, lamentó.
Korinna Horta, economista ambiental del Fondo de Defensa del Ambiente, dijo a IPS que "no hay financiación suficiente para proyectos alternativos del Banco".
"La mayoría de las causas de la pérdida de bosques son externas a los bosques mismos, y las grandes inversiones del Banco contribuyen a la deforestación", concluyó. (FIN/IPS/tra- en/aa/ml/en/98