El vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, prometió hoy en esta ciudad de Japón mayor "flexibilidad" en las negociaciones sobre cambio climático, las cuales avanzan con lentitud en medio de fuertes divisiones entre los países participantes.
Para que el acuerdo de Kioto tenga "metas realistas, mecanismos de mercado y participación significativa de países en desarrollo clave" es necesario demostrar una actitud más abierta, dijo Gore a los negociadores estadounidenses.
Algunos celebraron la oferta, pero destacaron que Washington reiteró las mismas condiciones planteadas antes.
Estados Unidos llegó a Kioto buscando la estabilización de las emisiones de gases con efecto invernadero, responsables del recalentamiento del planeta, en los niveles de 1990 entre el 2008 y el 2012, aunque informaciones de la semana pasada indicaron que respaldaría metas diferenciadas para los países industrializados.
"Kioto no es Rio", dijo Fabio Feldmann, secretario de medio ambiente del gobierno de Sao Paulo en Brasil, contrastando el ritmo de tortuga de la conferencia sobre cambio climático que se celebra desde el 1 y hasta el 10 de este mes y con el dinamismo que en junio de 1992 marcó la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro.
Feldmann puntualizó que no se refiere a los activistas defensores del medio ambietne, sino a los casi 160 gobiernos que enviaron representantes a las negociaciones sobre cambio climático.
Feldmann dijo que echa de menos el tipo de compromiso con el medio ambiente que caracterizó la llamada Cumbre de la Tierra de junio de 1992, a la cual las actuales conversaciones deben su origen.
La conferencia de Rio aprobó la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual ha sido ratificada por 168 países y la Unión Europea.
La evaluación del funcionario se relaciona a las prolongadas discusiones diplomáticas sobre cronogramas vinculantes y metas para reducir las emisiones de gases que atrapan el calor en la atmósfera, a niveles de 1990 en el 2000.
En medio de las discusiones de los gobiernos, Feldmann afirma que encuentra "muy raro" que las preocupaciones económicas se pongan por encima del compromiso para hacer frente al recalentamiento planetario causado por los gases invernadero.
Hasta ahora, los diplomáticos han pasado una semana "jugando con el planeta", dijo Adam Markham, director de la campaña de cambio climático del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), poco antes que Gore y ministros de Medio Ambiente de todo el mundo descendieran en Kioto para la segunda etapa de negociaciones.
"Conceptos como diferenciación, sumideros e implementación conjunta son utilizados como pretextos para evitar la reducción de las emisiones", aseguró Markham.
Otra organización no gubernamental (ONG), el Fondo Ambiental de Defensa, urgió a Gore, autor del libro "Earth in Balance" (La Tierra en equilibrio) que le ganó la imagen de protagonista de un medio ambiente limpio, a "romper el estancamiento de las negociaciones".
Junto a WWF y Greenpeace, Amigos de la Tierra hizo un llamado a las naciones industrializadas a combatir los impactos adversos del cambio climático reduciendo 20 por ciento las emisiones de dióxido de carbono, uno de los principales gases invernadero, por debajo de los niveles de 1990 en el 2005.
Los tres grupos son los pilares de la Red de Acción Climática (CAN), que abarca a 64 países de Europa, América del Norte y Asia.
Desde la primera conferencia de las partes de la convención sobre cambio climático, realizada en Berlín en 1995, CAN emergió como un grupo influyente con sus propios expertos especializados en temas complejos con el cambio climático.
Con financiación de gobiernos donantes, fundaciones y algunas ONG, la red llevó a sus activistas del mundo en desarrollo a "seguir de cerca las conversaciones sobre calentamiento mundial y a interactuar con los representantes de los gobiernos", dijo Bill Hare, experto en clima de Greenpeace. (FIN/IPS/tra-en/raj/js/lp/en-ip/97
