La economía de América Latina registrará un crecimiento cercano al 5,1 por ciento al concluir 1997, tras eludir con éxito el impacto de la crisis asiática, se aseguró hoy en la capital chilena, durante un encuentro regional sobre integración financiera.
"Con el correr del tiempo la crisis asiática se está volviendo más asiática y menos global", comentó el economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el venezolano Ricardo Hausmann, al destacar que según pronósticos del organismo el crecimiento en 1998 también rondará el cinco por ciento.
Hausmann precisó que el producto interno bruto (PIB) de la región registró un impacto de menos de medio punto a raíz de la inestabilidad financiera que durante todo noviembre afectó a los países del sudeste asiático, con repercusiones en los principales mercados del mundo.
También recalcó que "América Latina ha podido crecer sin que Brasil lo haga".
El tema fue abordado en Santiago durante una conferencia del BID sobre "Integración y armonización en los mercados financieros de las Américas", preámbulo para la reunión de ministros de Economía del continente, que se realiza este martes y miércoles en esta ciudad.
La reunión de ministros, a su vez, es preparatoria para la Cumbre de Presidentes de las Américas, convocada para abril de 1998 en Chile.
Desde un comienzo, los encuentros financieros de Santiago se orientaron hacia el análisis de la crisis asiática y sus efectos sobre las economías de la región, y el balance ha sido positivo.
El presidente del BID, el uruguayo Enrique Iglesias, inauguró la conferencia de este lunes haciendo notar cómo las economías de la región están ahora mucho mejor preparadas para enfrentar una crisis que en 1994, cuando se sientieron con fuerza los efectos de la crisis mexicana.
Iglesias sugiere que ante situaciones de inestabilidad los países cuentan con mecanismos de defensa y reaccionan a tiempo.
Por su parte, el ministro de Hacienda chileno, Eduardo Aninat, consideró que uno de los aspectos más interesantes de la reunión es el intercambio de opiniones sobre la crisis asiática, y la comprobación de que la región la ha resistido.
"La economía latinoamericana se encuentra mucho más firme para resistir los embates que comienzan a llegar", dijo Aninat, quien expresó confianza porque las naciones asiáticas afectadas puedan superar el traspié.
Sin embargo, el ministro chileno reconoció que "nadie puede decir que esas turbulencias no nos van a afectar en el futuro".
Ese también es el tono de un documento del BID que circuló en el marco de la conferencia, según el cual las economías de la región demuestran mayor fortaleza, pese a lo cual se recomienda encarecidamente no caer en la euforia.
La consolidación de reformas macroeconómicas, de modificaciones estructrales laborales y tributarias, y la mejora de la educación, son aspectos en los cuales se debe avanzar para evitar un estancamiento, según el documento.
Pese a la tasa de crecimiento positiva si se la compara con el 3,2 por ciento del año anterior, y a estimaciones de que habrá una inflación promedio de 9,5 por ciento, la región "aún no puede celebrar éxito económico", añadió el BID.
El tema del efecto "asiático", la necesidad de contar con mecanismos de defensa contra este tipo de inestabilidades, y la delicada situación de la economía brasileña, la más grande de la región, son temas que rondan al encuentro de ministros de 34 países convocado para este martes.
La agenda formal del encuentro, entretanto, aborda un tema muy relacionado con estos acontecimientos, como es la integración de los mercados financieros.
Según se ha adelantado en la capital chilena, Canadá y Estados Unidos lanzarán propuestas para avanzar hacia una liberalización del sector financiero, pero se prevé que no habrá mucha disposición de los países del sur del continente para proceder en reformas de ese tipo.
La crisis asitática, que tuvo un efecto moderado sobre el PIB, provoca un notorio aumento de la cautela por parte de los ministros de Economía. (FIN/IPS/if/lac/ag/if/97
