Protagonistas del más candente conflicto fronterizo en América Latina, las cancillerías de Perú y Ecuador buscan con cautela una solución diplomática y definitiva, pero los gobiernos de ambos países parecen incapaces de resistir la presión armamentista de sus respectivas cúpulas militares.
Ambos países han concretado, o anunciado, compras de modernas flotas de aviones de combate y, según la prensa internacional, efectúan o negocian adquisiciones más discretas pero igualmente bélicas: misiles, canones y pertrechos.
Aunque no hay un plazo para que los gobiernos de Ecuador y Perú logren un acuerdo pacífico, la semana próxima se reanudarán las conversaciones de Brasilia, en la que ambos negocian bajo el dosel diplomático de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, garantes del Protocolo de Paz de 1942.
Ese acuerdo fue firmado en Rio de Janeiro tras una guerra ganada por el ejército peruano pero no consiguió ninguno de sus tres objetivos, "Paz, amistad y límites".
Ecuador, aludiendo a errores de nomenclatura geográfica, desconoce los límites allí consignados y ambos países han protagonizado desde entonces tres guerras de relativa intensidad y múltiples choques armados en la frontera.
La última de las "guerritas", en 1995, se desarrolló en un pantanoso paraje selvático y estuvo a punto de desembocar en una guerra total, pero la intervención de los cuatro países garantes consiguió sentar a los contendientes en una mesa de negociaciones, en Brasilia.
Para impedir provocaciones o incidentes que quiebren las reglas de la paz conseguida en Itamaratí, los garantes crearon la Misión de Observadores Militares para Ecuador y Perú (MOMEP), que supervisa desde el aire la tranquilidad de la frontera.
El coordinador de la MOMEP, el general brasileño Luiz Seldón, presidió esta semana en Quito una reunión a la que asistieron representantes de las fuerzas armadas de Ecuador y Perú, al cabo de la cual se congratuló "por el avance del espíritu de paz".
El canciller ecuatoriano José Ayala Lasso resaltó el papel de la MOMEP en la frontera de su país y tambien expresó su esperanza de un entendimiento "lo más rápido posible".
El entendimiento diplomático es dificultado por algunos factores de tensión adicionales al diferendo limítrofe en sí, pero que aparentemente son fruto de conflicto entre ambos países, como denuncias de torturas y desapariciones de peruanos en territorio ecuatoriano.
El día 4, el canciller Ayala desestimó el anuncio formulado por una organizacion no gubernamental de Lima, el Consejo Por la Paz, sobre la próxima presentación de una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica, sobre el caso de 16 peruanos presuntamente desaparecidos en Ecuador.
Más recientes, e igualmente inoportuna con las conversaciones de paz, es la denuncia de pescadores peruanos formulada la semana pasada por los ataques armados de supuestos piratas ecuatorianos contra sus embarcaciones.
En este marco de negociaciones se producen los anuncios de compras o de negociaciones de adquisición de armas surgidas en ambos países.
Perú anunció hace algunas semanas la compra de una flota de MIG- 29, tal vez los más poderosos aviones de combate en manos de un país latinoamericano, adquisición que provocó alarma y protestas ecuatorianas contra el "armamentismo peruano".
La semana pasada los mandos militares de Ecuador revelaron que negociaban la compra de 50 aviones de combate estadounidenses F- 16, tan mortíferos y prestigiosos (pero más caros) que los MIG-29 adquiridos por Perú.
En Lima se repitieron las críticas y acusaciones de armamentismo, pero ahora formuladas contra Ecuador, aludiendo a la imposibilidad moral del gobierno de Estados Unidos de autorizar la venta de los F-16 a Quito en su calidad de garante del Protocolo de Rio de Janeiro.
En Washington, el Departamento de Estado aclaró que no autorizaría a la empresa estadounidense fabricante de los F-16 vender sus aparatos a Ecuador ni Perú.
El diplomático peruano Hugo de Zela expresó después de la aclaración del Departamento de Estado del país norteamericano que el anuncio del general ecuatoriano Paco Moncayo sobre la compra de los F-16 era un "balón de ensayo".
"El veto de Washington a la venta de los F-16 a Ecuador estaba calculado, pero el anuncio tiene el proposíto de abrir paso a negociaciones de compra de una flota de cazabombarderos de otra procedencia, probablemente K-FIR israelíes", opinó.
Ecuador tiene actualmente aviones K-FIR y "Mirage" israelíes, adquiridos en los años 70, pero ahora le interesarían, según de Zela, aparatos de combate de última generación. (FIN/IPS/al/dg/ip/97
