El gobierno de Ecuador suspendió hoy la subasta de acciones de la empresa telefónica del Estado (Emetel), por ausencia de las cinco firmas que habían manifestado interés en la compra.
La suspensión de la subasta del 35 por ciento de las acciones de Emetel, decidida este miércoles por el Consejo Nacional de Modernización (CONAM), es el tropiezo más grave del proceso "modernizador" emprendido por este monopolio estatal bajo la gestión del presidente Sixto Durán Ballén (1992-96).
La ausencia de los representantes de las cinco empresas extranjeras interesadas en comprar las acciones de Emetel "ha provocado un grave daño al país, una vergüenza", dijo Rodrigo Paz, presidente del CONAM.
"No existe pretexto para justificar esta falta de respeto, pues todas las empresas compradoras tuvieron la información necesaria con mucho tiempo de anticipación", arguyó Paz ante la prensa presente en el hotel Oro Verde de Quito, donde la subasta sería trasmitida en directo por radio y televisión.
Horas antes, Paz había señalado que la subasta sería "un éxito".
Según el presidente del CONAM, a último minuto las empresas calificadas para la compra de la telefónica anunciaron su retiro, pues "consideraron que el precio era muy elevado".
"Bien pudieron hacer sus observaciones con tiempo de anticipación y evitar todo este problema", dijo Paz, un exitoso empresario y accionista de uno de los mayores bancos del país.
La subasta culminaría un proceso largo y conflictivo que se inició con Durán Ballén, pasó por la administración de Abdalá Bucaram, destituido en febrero y, al parecer se extenderá al próximo gobierno, ya que Fabián Alarcón abandonará la presidencia en agosto de 1998..
Antes de la subasta, Emetel fue dividida en dos firmas, Andinatel y Pacifictel, las cuales brindarán sus servicios en distintas regiones del país (una en la sierra y otra en la costa).
Esta escisión, que concluyó el viernes pasado, fue adoptada como una estrategia para evitar la monopolización del sector de las telecomunicaciones y facilitar su expansión, según Raúl Gangotena, director del CONAM.
Seis consorcios extranjeros fueron calificados para entrar en la subasta, pero a principios de mes Telefónica de México (Telmex) anunció su retiro argumentando la crisis bursátil de los países asiáticos, que habría repercutido en el mercado mexicano.
GTE de Estados Unidos, Telefónica de España, STET de Italia, Bezeq de Israel y British Telecom de Inglaterra son las otras empresas que participarían en la subasta de este miércoles.
Telefónica y STET eran las candidatas con mayor posibilidad de llevarse el paquete accionario, ya que hasta este martes sus competidoras no habían concretado alianzas con empresas locales.
La venta de Emetel, programada en un principio para finales de 1996, se retrasó primero por la oposición de los trabajadores del sector al proyecto de privatización, luego por denuncias de corrupción que acusaban a funcionarios de la empresa, y por falta de transparencia en la calificación de las empresas competidoras.
El último problema, que aún es motivo de debate, se produjo cuando se anunció oficialmente el precio base de la empresa, que asciende a 1.824 millones de dólares.
Esa cotización, realizada por la consultora venezolana Gerasín, es inferior en 912 millones de dólares a la presentada hace un año.
Los ejecutivos del CONAM defienden el último precio, mientras que los directivos de Emetel, la vicepresidenta Rosalía Arteaga y antiguos funcionarios del ente estatal consideran que la cotización mínimo debería situarse en 3.000 millones de dólares.
"Si en la época de Bucaram la empresa había sido valorada en 2.736 millones de dólares y se argumentó que estaba subvaluada, ¿cómo es posible que se pretenda vender por un precio menor?", se preguntó Roberto Shu, ex consultor del CONAM.
"Ahora pueden estar felices los que se opusieron a la modernización", concluyó Paz. (FIN/IPS/mg/dg/if/97
