Las elecciones presidenciales de Serbia, anuladas por la escasez de votantes, arrojaron como resultado, de todos modos, una victoria para el ultranacionalista y neofascista Vojislav Seselj.
El líder del Partido Radical Serbio (SRS), de 43 años, obtuvo la semana última la mayoría de los votos emitidos a modo de desafío a una profunda frustración nacional y un boicot organizado por la oposición.
La Comisión Electoral Republicana confirmó que Seselj recibió 49,18 por ciento de los sufragios, mientras el candidato del partido de gobierno, Zoran Lilic, obtuvo 48,02 por ciento.
Sin embargo, concurrieron a votar apenas 48,5 por ciento de los ciudadanos habilitados, mientras la Constitución exige una concurrencia mínima de 50 por ciento.
Las cifras fueron confirmadas por el gobernante Partido Socialista de Yugoslavia, encabezado por Slobodan Milosevic, ex presidente de Serbia y actual presidente de la Federación Yugoslava, que comprende a Serbia y Montenegro.
El resultado de los comicios revela una clara simpatía por la extrema derecha en un importante sector del electorado serbio.
Seselj, líder de una unidad paramilitar en las guerras de Croacia y Bosnia-Herzegovina, no oculta su cálida relación con el neofascista ruso Vladimir Zhirinovsky y el francés Jean Marie Le Pen, líder del xenófobo Frente Nacional.
"La gente sucumbió ante su retórica sobre 'la igualdad de los estómagos vacíos' y sus promesas de limpiar al país de delincuentes", escribió Dejan Djordjevic, un periodista de Belgrado.
"Tales promesas cayeron en campo fértil", observó Aleksandar Tijanic, director del periódico Gradjanin, de Belgrado. "Seselj es una creación de los socialistas. Ellos lo consideraban un lagarto, pero resultó ser un cocodrilo", agregó.
Serbia atraviesa hoy su peor crisis económica en muchos años. La tasa de desempleo asciende a 26 por ciento, según cifras oficiales.
El país aún sufre algunas sanciones aplicadas por haber fomentado la guerra en Bosnia-Herzegovina, que le traban el acceso a fuentes internacionales de financiación.
Mientras tanto, el círculo cercano a Milosevic y una elite de empresarios especializados en eludir las sanciones crearon una clase de gran riqueza (a la que se ha dado en denominar "el cinco por ciento de arriba") y un tercio de la población debe subsistir con menos de 30 dólares al mes.
"Cada vez que ellos (los socialistas) querían hacer o decir algo pero no se atrevían, Seselj lo hacía o decía por ellos", afirmó Stojan Cerovic, columnista del semanario independiente Vreme.
"Lo utilizaron con mayor o menor grado de autonomía, pero creían que les iba a obedecer. Ahora, la creación superó al creador y se convirtió en un monstruo", añadió.
Milosevic nunca reconoció que el país se hallaba en guerra o que mantenía tropas en Croacia o Bosnia-Herzegovina, aunque la ayuda que otorgó a los insurgentes croatas y serbios de Bosnia no podía ocultarse.
Sin embargo, entre los serbios comunes, en especial los más de 700.000 refugiados de Croacia y Bosnia que ahora viven en Serbia, persiste la amarga sensación de haber perdido una guerra.
"Las promesas de Seselj de recuperar la gloria de los serbios, conseguir la venganza militar por todas las batallas perdidas y reivindicar todo su sufrimiento suena como música a sus oídos. Eso les brinda una irresistible ilusión de poder, fuerza, grandeza e importancia", señala Tijanic.
En su campaña, Seselj prometió que las fronteras de Serbia atravesarían Karlovac, Karlobag y Virovitica, pueblos dentro de la vecina Croacia y otrora incluidos por los radicales serbios en la soñada "Gran Serbia", constituida por el territorio de otros estados.
Seselj también prometió expulsar a croatas, musulmanes y albaneses étnicos de Serbia, un país de 9,5 millones de habitantes de los cuales sólo 65 por ciento son serbios.
"Pueden irse a sus patrias. Los serbios fueron obligados a abandonar sus hogares, así que los croatas, musulmanes y albaneses también pueden marcharse", dijo Seselj.
Este líder nacido en Sarajevo obtuvo su título de abogado en la Universidad de Sarajevo, en 1978, y luego finalizó su doctorado en 1982 con una tesis de profético título, "La sustancia política del militarismo y el fascismo".
Alto y excedido de peso, conocido por su grosería y su agresividad en el relacionamiento con rivales políticos, el comportamiento de Seselj resulta familiar a algunos. "Su campaña y estilo se parecen a los de Adolfo Hitler o Benito Mussolini", observó Nenad Petrovic, historiador de Belgrado.
"Su fuerza surge de los soldados desmovilizados de la guerra que se perdió y de los pobres urbanos. Ellos le brindan el mismo respaldo que la gente le otorgó a fascistas italianos y nazis alemanes antes de la segunda guerra mundial", añadió.
El embajador de Estados Unidos, Robert Gelbard, que se reunió con Milosevic el lunes, calificó a Seselj de "fascista" en una conferencia de prensa que brindó en Belgrado.
"No creo que pudiéramos trabajar con el señor Seselj si ganara las elecciones. Es antidemócrata. Creo que es fascista. En lo que a mí concierne, Seselj representa la polarización, el retraso, la oscuridad", sentenció Gelbard.
Seselj se opone al acercamiento con Croacia, a la entrega de presuntos criminales de guerra para su juzgamiento y a cualquier arreglo con la mayoría étnica albanesa de la provincia de Kosovo, sur de Serbia, que pretende la autonomía.
El líder promete una política de enfrentamiento con los países industrializados. "La victoria del Partido Radical eliminaría toda posibilidad de arrodillarse ante cualquier fuerza occidental. Serbia no será sirvienta de nadie", declaró a la prensa luego de votar el domingo.
Los problemas de Milosevic radican en que su partido perdió la mayoría en el parlamento de Serbia el 21 de septiembre y que el partido de Seselj duplicó la cantidad de sus legisladores.
La capacidad del presidente federal para mantener el poder puede depender solo de su habilidad para alcanzar éxitos en materia económica y asegurar la conformidad serbia con los acuerdos de paz de Dayton en el exterior.
Seselj no tiene intención de ayudar a Milosevic. El genio de la botella, ahora liberado, no será obligado a volver a ella. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/ml-aq-mj/ip/97