Estados Unidos advirtió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que sus relaciones se verán afectadas si el foro mundial se rehúsa a modificar la escala de aportes financieros de cada país miembro y que lo sitúa como el principal contribuyente.
"Caería en una omisión si no digo con claridad que la falta de una revisión de la escala ocasionaría un serio daño a la relación entre Washington y la ONU", dijo a sus pares el embajador de Estados Unidos ante la organización, Bill Richardson.
"Creo que todos en este recinto están de acuerdo en que eso sería perjudicial y triste para el futuro de la ONU, de Estados Unidos y de la comunidad internacional", agregó Richardson. Su objetivo, sostuvo, es evitar que eso ocurra.
Washington argumenta que países como Alemania, China, Japón y los países de rápido crecimiento del sudeste de Asia podrían afrontar una contribución mayor.
Estados Unidos ha procurado en los últimos años una reducción tanto de sus contribuciones como de su abultada deuda vencida de 1.200 millones de dólares. Esa suma equivale al presupuesto regular de un año entero de la ONU, del que aporta 25 por ciento.
Además, el país norteamericano brinda 30 por ciento del presupuesto de operaciones de mantenimiento de paz de la organización, que varía año a año.
Washington aspira a reducir su cuota a 22 por ciento del presupuesto regular para 1998 y a 20 por ciento para el 2000, así como a 25 por ciento la correspondiente a operaciones de paz.
La mayoría de los estados miembros, entre los que figuran la mayoría de las 132 naciones en desarrollo, pagan la cuota mínima, 0,01 por ciento del presupuesto regular. Estados Unidos paga 312 millones de dólares al año, Japón, 166,6 millones de dólares, y Alemania, 96,5 millones de dólares.
Japón contribuye con 15,6 por ciento del presupuesto regular, Alemania, con 9,1 por ciento, Francia, con 6,4 por ciento, Gran Bretaña, con 5,3 por ciento, Italia, con 5,2 por ciento, y Canadá, con 3,1 por ciento.
Richardson observó que su país "cree con mucha fuerza" que la ONU debe acabar con "su insalubre sobredependencia de una nación" y adoptar "una nueva escala de aportes para estados miembros que refleje de forma adecuada las modernas realidades económicas".
Estados Unidos debe a la ONU más de 1.200 millones de dólares cuyo plazo venció. El Congreso del país pone como condición para el saldo de la deuda la reestructura de la organización. En total, la deuda asciende a 2.400 millones de dólares.
Muchos diplomáticos atribuyen a esta deuda la crisis financiera que enfrenta la ONU.
El embajador de Tanzania y presidente del Grupo de los 77 que reúne a 132 países en desarrollo, Daudi Mwakwago, dijo en nombre del bloque que el principio cardinal del financiamiento de los gastos de la organización debe continuar siendo la "capacidad de pago".
"Este principio es tanto democrático como equitativo. Una desviación podría tener graves consecuencias para la ONU", agregó Mwakwago.
Tanto el Grupo de los 77 como China atribuyen de forma directa las dificultades financieras del foro mundial al no pago de deudas y contribuciones atrasadas por parte de algunos grandes contribuyentes, dijo el diplomático.
"Las soluciones viables a los problemas financieros surgirán solo cuando los países miembros adopten acciones concretas para saldar sus deudas y paguen sin condicionamientos y con puntualidad sus futuras contribuciones", declaró Mwakwago.
Los países en desarrollo creen que la actual crisis financiera podrá ser resuelta solo si los estados miembros muestran una firme voluntad política de cumplir las obligaciones establecidas en la Carta de la ONU, añadió.
El Grupo de los 77 reafirmó su posición de que la crisis no se vincula con la escala de aportes.
"Cualquier revisión de la metodología actual no resolverá la crítica situación financiera, pues mantendrá incambiada la cantidad de dinero disponible y no garantizará el pago de aportes a tiempo en el futuro", explicó Mwakwago.
El embajador Hisashi Owada, de Japón, dijo que su país estaba pronto para participar en la discusión.
La participación del producto nacional bruto en la economía mundial asciende a 17 por ciento, pero algunos diplomáticos proponen una escala que situaría sus aportes a la ONU en más de 20 por ciento de su presupuesto, lo que supondría un problema en materia de equidad, sostuvo.
Japón propone que se incorpore el principio de "responsabilidad de pago" al tradicional de "capacidad", dijo Owada.
Este concepto debería aplicarse a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia), debido a sus responsabilidades especiales en el marco de la Carta de la ONU.
"Las responsabilidades financieras no deberían exceder las responsabilidades" de un país dentro de la organización, según Owada. (FIN/IPS/tra-en/td/mj/ip/97