ITALIA: Neocomunistas provocan caída de gobierno

Los neocomunistas italianos provocaron hoy la caída del primer gobierno de centroizquierda de la posguerra en este país europeo.

Los neocomunistas se opusieron a la ley de presupuesto del gobierno de 1998 porque recortaba beneficios sociales, sobre todo en materia de jubilación.

El gobierno conducido por el economista Romano Prodi. que había asumido hace 17 meses, estaba integrado por los ex comunistas del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), Verdes y grupos surgidos de lex Democracia Cristiana.

El Partido de Refundación Comunista (PRC) no integraba el gobierno, pero lo apoyaba de manera crítica en el parlamento con sus 34 diputados.

El PRF criticó también al Ejecutivo porque no aseguraba la creación de nuevos puestos de trabajo ni la reducción de la jornada laboral.

Cuando la inmensa mayoría de los analistas políticos estimaban que la crisis se resolvería, el secretario del PRC, Fausto Bertinotti, mantuvo su oposición a la ley de presupuesto.

Lo confirmó al término de la intervención de Prodi ante la Cámara de Diputados, en el segundo día del debate parlamentario sobre la crisis política abierta por los neocomunistas.

Según Prodi, en su intervención había acogido parte importante de las exigencias planteadas por el PRC.

Señaló que el gobierno aceptaba, en acuerdo con los otros países europeos, de reducir, de aquí al año 2000, el horario de trabajo semanal de las actuales 40 horas a 35.

Aseguró que se crearían nuevos puestos de trabajo y no se tocarían las jubilaciones de los trabajadores, sino las más privilegiadas.

Prodi anunció en la Cámara de Diputados su dimisión, ante lo cual se evitó la votación que le habría sido contraria.

Tras ello dirigió al Palacio Presidencial para presentar su renuncia al presidente Oscar Luigi Scalfaro.

Scalfaro iniciará ahora las consultas políticas con los partidos para saber si existe la posibilidad de constituir un nuevo gobierno.

En caso contrario, como se presume, deberá disolver la Cámara de Diputados y el Senado y convocar a nuevas elecciones.

Las últimas se efectuaron el 21 de abril de 1996. En ellas triunfó por primera vez una coalición de centroizquierda.

El gobierno encabezado por Prodi llevó adelante durante una política de rigor económico. La meta que se había propuesto era el cumplimiento de los parámetros comunitarios para formar parte de la Unión Económica Monetaria (UEM).

Había bajado el déficit fiscal de siete a tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), una de las exigencias principales para ingresar a la UEM.

La caída del gobierno podría alejar a Italia de ese objetivo, al abrirse una crisis de difícil solución.

Para las nuevas elecciones, la coalición de centroizquierda anunció que no hará pacto electoral alguno con los neocomunistas.

Una parte importante de los 34 diputados obtenidos por el PRC obedeció a ese acuerdo.

Al mismo tiempo, sin los neocomunistas, la coalición de centroizquierda podría ser derrotada en los próximos comicios, con lo cual volvería la derecha al gobierno.

La coalición opositora que dirige el magnate de la televisión privada Silvio Berlusconi, que sufre una crisis interna, tampoco ve sin embargo con buenos ojos los próximos comicios porque teme, a pesar de todo, una nueva victoria de la alianza de centroizquierda.

Si ganara la coalición de centroizquierda, sin los neocomunistas, podría formar un gobierno más estable que el actual.

Berlusconi propuso estem ismo jueves la formación de un gobierno amplio que de garantías a los dos grandes bloques políticos, para "llevar Italia a Europa".

El vicepresidente del gobierno, Walter Veltroni, del PDS, dijo en cambio que el único camino son las elecciones.

Señaló que se trataba de una ruptura "histórica e incurable" de la izquierda italiana.

Recordó que un grupo parlamentario de la derecha le había dicho a Bertinotti, cuando se dirigía a la Cámara de Diputados, sin saber aún si confirmaría su posición: "Fausto, haznos soñar».

La derecha estaba segura que se trataba de un "bluff" de los neocomunistas y pensaba que al final no llegarían hasta las últimas consecuencias.

Incluso un alto dirigente de la derecha aseguró que estaba dispuesto a cambiar de sexo si caía el gobierno.

Una delegación de la Federación Metalmecánica, la más importante de los sindicatos italianos, pidió también a Bertinotti que no provocara la crisis.

Prodi continuará como jefe de gobierno dhasta que se supere la crisis. (FIN/IPS/jp/dg/ip/97)

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