EE.UU.: Clinton viaja a América del Sur alejado de la vía rápida

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, esperaba contar con un avance en el intento de lograr la autoridad de la "vía rápida" para negociar nuevos acuerdos de libre comercio con países latinoamericanos al viajar a América del Sur el domingo.

Pero una votación desalentadora en un comité clave del Congreso dejó sus posibilidades de ganar la vía rápida más lejanas que nunca.

El poderoso Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes votó 24 a 14 este miércoles para aprobar un proyecto de ley por la vía rápida negociado por el presidente del comité, el republicano Bill Archer, y altos funcionarios de gobierno. Pero el proyecto tenía el respaldo de sólo cuatro de los 16 demócratas del comité, lo cual alteró su curso en la cámara.

Analistas políticos señalaron que al menos seis votos demócratas eran necesarios para restaurar el impulso que traía la campaña de Clinton por la vía rápida.

"Estoy preocupado por si tendremos suficiente apoyo para aprobarlo en la cámara", dijo Archer después de la votación. "La causa del libre comercio está en problemas, a menos que los demócratas se porten mejor".

Al menos 45 demócratas de la cámara deberán votar por la vía rápida. Sus votos, combinados con el respaldo cierto de 75 por ciento de la mayoría republicana, permitiría el pasaje del proyecto en la cámara de 435 escaños, el campo de batalla clave donde se decidirá el futuro de la vía rápida.

Antes de la votación del miércoles, los analistas acordaron que seis miembros del comité que respaldan el proyecto de Archer se traducirían en 60 demócratas, pero sólo cuatro se alinearon con Clinton, quien con un resultado diferente habría estado en otra posición para dialogar con los presidentes de Venezuela, Brasil y Argentina.

La vía rápida le da a Clinton el poder de negociar nuevos acuerdos de comercio con otros países sin preocuparse por una enmienda del Congreso. Bajo las reglas de la vía rápida, los acuerdos de comercio deben ser aprobados dentro de 60 días de su presentación al Congreso, el cual puede votar sólo su aprobación o rechazo.

Clinton está ansioso por obtener la vía rápida para negociar, particularmente con países de América Latina y Asia, y participar en próximas negociaciones comerciales multilaterales sobre agricultura, telecomunicaciones y otros sectores en que Estados Unidos es un gran exportador.

El presidente había esperado contar con la autoridad de la vía rápida para el momento del viaje por América del Sur. Sus tres destinos fueron seleccionados precisamente debido a su importancia en las negociaciones sobre un posible Acuerdo de Libre Comercio de America (ALCA) propuesto por Clinton en la cumbre de Miami, en diciembre de 1994.

Las perspectivas de un movimiento ágil del Congreso comenzaron a perderse de vista el mes pasado, cuando Clinton no logró cumplir el plazo del 10 de septiembre para presentar la propuesta y luego aceptó dos versiones ofrecidas por la dirigencia republicana.

Bajo la versión presentada por Clinton a mediados de septiembre, las protecciones ambientales y laborales serían cubiertas por el pacto sólo si estaban "directamente dirigidas al comercio".

Además, propuso buscar "acuerdos laterales" sobre asuntos ambientales y laborales generales, similares a los alcanzados entre Canadá, Estados Unidos y México bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).

Clinton dijo que buscaría la implementación de normas ambientales y derechos laborales más amplios en foros multilaterales, como la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En un principio los republicanos aislaron el plan de Clinton, insistiendo en que prevía demasiada protección en estas áreas, pero la semana pasada el Comité de Finanzas del Senado votó para aprobar un proyecto de vía rápida cercano a la versión de Clinton, para ganar el apoyo del gobierno.

Archer introdujo entonces un proyecto de ley más severo que atenuó las protecciones laborales, de salud y ambiente incluidas en la versión del Senado quitándola de la propia ley e incluyéndola en un informe que acompañaría el proyecto.

Esto fue demasiado para el gobierno que, tras intensas conversaciones con Archer, lo persuadió a que hiciera su proyecto más compatible al del Senado. A cambio, el gobierno acordó reunir el apoyo demócrata, el cual faltó a la hora de la votación. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/lp/ip/97

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