La Unión Europea tiene previsto comenzar en 1998 negociaciones para incorporar a Chipre, aunque la población turca de la isla del Mediterráneo considera la medida una forma de obligarla a transar con la rival comunidad griega.
La brecha entre grecochipriotas y el enclave turco en el norte de Chipre se mantiene en pie desde que la isla se dividió tras una invasión de Turquía en 1974, con el propósito de evitar una supuesta toma del poder de Grecia.
La Unión Europea (UE) espera que la tentación de ingresar al bloque, posibilidad que se le niega hace tiempo a Turquía, consiga que los turcochipriotas se reúnan con la población griega para incorporarse a la UE como una sola entidad. Pero la parte turca rechaza esta posibilidad.
La alternativa sería reconocer la partición de Chipre en dos estados. El tercio turco de la isla, cuya población se fortaleció con la inmigración de Turquía, se declaró independiente, aunque sólo Ankara lo reconoce oficialmente y es rechazado por la comunidad griega.
Los dirigentes turcos se retiraron este año de las negociaciones de reunificación con la parte griega, en protesta por los planes de la UE. La Unión sostiene que admitirá el ingreso sólo del lado griego si Chipre permanece dividida, pero los países europeos no tienen una posición tan clara.
Alemania considera una fórmula en que la parte turca de Chipre y Turquía ingresen a la UE como premio a la paz. Italia sugirió el reconocimiento de dos estados chipriotas mientras Gran Bretaña, como Estados Unidos, pretende la reunificación de la isla.
La política económica y política de la UE ejerce gran presión sobre el enclave turco. Una decisión de 1994 de la Corte de Justicia europea impide a los países de la Unión adquirir alimentos de la zona turca de Chipre, lo que redujo a la mitad la producción de papas y frutas.
Las restricciones aéreas que obligan a los vuelos a pasar por Turquía hacen inaccesibles los lugares turísticos turcochipriotas ya que impiden la competitividad de los precios de los viajes.
La población turcochipriota no tiene acceso a la financiación internacional y subsiste prácticamente con un préstamo anual de 250 millones de dólares de Ankara.
La UE negó en reiteradas ocasiones el ingreso de Turquía al grupo, por lo que muchos turcochipriotas piensan que Bruselas no les dará un trato justo y señalan como evidencia el interés de Europa de iniciar negociaciones para la incorporación de Chipre, sin tener en cuenta las objeciones turcas.
"Las negociaciones con Chipre comenzarán sin importar el ambiente en la zona", declaró el canciller de Luxemburgo, Jacques Poos, actual titular de la presidencia rotativa europea. "La Unión Europea mantendrá su compromiso".
La zona griega de Chipre, por su parte, ofreció a los turcochipriotas integrar el equipo de negociación con la UE. "La invitación se mantiene en pie, aunque la primera reacción del líder turcochipriota Rauf Denktas fue negativa", dijo a la prensa el canciller grecochipriota Ioannis Cassoulides.
En un discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, el líder grecochipriota Glafkos Clerides dijo la semana pasada que griegos y turcos "deben convivir en Chipre durante los próximos siglos".
Ambos grupos deben vivir como amigos y ciudadanos de una república federal con dos comunidades y dos zonas, respetando el origen étnico de cada uno, sus tradiciones, culturas, religiones e igualdad política, afirmó.
"También debemos ser ciudadanos de la Unión Europea, lo que nos dará mayor seguridad y prosperidad, tanto para nuestras respectivas comunidades como para Chipre, nuestro país", añadió.
Grupos turcochipriotas están dispuestos a considerar la incorporación a la UE en una confederación con la parte griega.
El Partido Republicano Turco, que el mes pasado consiguió casi un cuarto de los sufragios en los comicios parlamentarios del norte, quiere una menor dependencia de Turquía. Su líder, Mehmet Talat, sostiene que Ankara intenta utilizar a los turcochipriotas como peones en su propio juego para ingresar a la UE.
Pero el presidente turcochipriota, Rauf Denktash, y el primer ministro, Dervish Eroglu, afirman que las políticas europeas que los aíslan no les brindan otra alternativa que mantenerse junto a Ankara.
El presidente del parlamento turco de Chipre, Hakki Atun, señaló que el discurso de Clerides en la ONU no se aplicaba a la "comunidad turca de la isla, ya que la administración griega de Chipre le negó sus derechos".
Los turcochipriotas mencionan un informe de Christian Heinze, experto alemán de derecho internacional, que afirma que ambas partes de la isla tuvieron administraciones electas por separado desde 1963 y que el gobierno grecochipriota nunca mantuvo la soberanía sobre toda la isla.
Otros expertos señalan el artículo 1 del Tratado de Garantías de 1960, que estipula que Chipre "no participará, totalmente o en parte, de unión política o económica con estado alguno".
El 20 de julio y el 6 de agosto, Turquía y los turcochipriotas firmaron acuerdos para establecer un Consejo de Asociación para desarrollar la integración de la parte turca de Chipre en Turquía, en gran medida como respuesta directa al anuncio de la UE de que comenzará negociaciones de incorporación al bloque con los grecochipriotas.
Sin embargo, Gran Bretaña advirtió a Turquía en contra de la medida.
"La parte turca puede declarar lo que quiera pero no tiene derecho a decirle a la UE, de la cual no es miembro, cómo manejar sus asuntos", advirtió Sir David Hannay, enviado especial del gobierno de Gran Bretaña ante Chipre, durante las negociaciones fallidas en Glion, Suiza.
"La UE hará sólo una cosa, iniciar las negociaciones con Chipre", añadió Hannay. Gran Bretaña será titular de la presidencia de la UE cuando comiencen las negociaciones con Chipre, y arguye que el ingreso de la isla al bloque fortalecerá también a la parte del norte.
Otro problema radica en el plan grecochipriota de desplegar en 1998 misiles antiaéreos SS-300, de fabricación rusa, los cuales según la parte turca pueden convertirse para utilizar contra objetivos terrestres.
Los griegos afirman que los misiles son defensivos pero los turcos advierten que amenazan su espacio aéreo y su territorio y que tomarán las medidas necesarias para impedir su instalación.
"No nos mantendremos atados de manos para permitir que la Fuerza Aérea de Turquía bombardee nuestros pueblos como lo hizo en el pasado, sin la capacidad de poder defendernos", dijo Clerides a la Asamblea de la ONU.
Clerides afirma que sugirió a Denktash una declaración de ambos de renuncia al empleo de la fuerza y el comienzo de un proceso mutuo de reducción de fuerzas militares en la isla. Turquía tiene 35.000 soldados basados en Chipre. (FIN/IPS/tra-en/mom/rj/aq-lp/ip/97