Activistas de seis países de Asia emitieron este mes en la capital de Sri Lanka una serie de recomendaciones a los gobiernos para mejorar la situación de los millones de trabajadores migrantes originarios de la región.
Se trata de elaborar o poner en práctica normas que permitan asegurar el respeto de los derechos de los expatriados en el país de destino y las condiciones de vida de sus familiares que permanezcan en el país de origen.
La conferencia internacional celebrada entre los días 7 y 8, titulada "El papel de los sindicatos y las organizaciones no gubernamentales en la protección de los trabajadores migrantes", fue organizada por el Instituto de Sindicatos Libres Asiático- Estadounidense.
Participaron representantes de organizaciones no gubernamentales de Bangladesh, Filipinas, India, Indonesia, Pakistán y Sri Lanka, de donde proceden millones de trabajadores migrantes, así como de Hong Kong y Malasia, puntos de destino frecuente de los expatriados.
En la instancia se informó que Sri Lanka debate una reglamentación de los contratos a trabajadores migrantes similar a la ya vigente en Filipinas, que establece la firma obligatoria en cada caso de compromisos por parte de funcionarios del país de origen y el de destino.
También se informó que Indonesia considera reglamentar la migración de sus trabajadores, de modo que las empresas contratistas paguen pasajes aéreos de ida y vuelta, alimentos, beneficios médicos y permisos de trabajo, además de cumplir con las leyes laborales del país de destino.
Los activistas reunidos en Colombo tuvieron el objetivo de diseñar una estrategia común para ayudar a los trabajadores migrantes y sus familias, que, a pesar de que aportan con su labor millones de dólares a las arcas de sus países de origen, cuentan con poca o ninguna atención estatal a su bienestar.
En la conferencia también se ratificó la necesidad de atender la salud mental de los migrantes y se alertó sobre la responsabilidad de los familiares a cargo de los niños mientras uno o ambos padres están fuera del país de origen.
Además, se reclamó a los sindicatos la creación de oficinas especiales para atender las necesidades de los migrantes y les informe sobre las características del país de destino, sus leyes y las condiciones de trabajo.
También se exhortó a los gobiernos a recurrir a varias leyes vigentes en Filipinas y a los sistemas de seguridad social de Hong Kong, donde los trabajadores expatriados, en especial las del servicio doméstico, crearon sus propias organizaciones en defensa de sus derechos.
Entre las recomendaciones a los gobiernos se incluyó la instalación de comisiones permanentes y servicios de apoyo a las familias de trabajadores migrantes con participación de sindicatos y organizaciones no gubernamentales.
Además, se consideraron problemas relacionados con los derechos humanos, como la explotación forzosa a manos de redes de proxenetas, la esclavitud, el no pago de salarios, el incumplimiento de contratos, el acoso y el abuso físico.
La mayoría de los trabajadores migrantes originarios de los países que participaron en el foro se dirigen a Medio Oriente.
El gobierno de Sri Lanka considera una norma que establece que el contrato de trabajo previo a la migración deberá ser firmado por el trabajador, el patrón, la agencia de reclutamiento, la misión de Sri Lanka en el país de destino y la estatal Oficina de Empleos en el Extranjero.
De ese modo, según las autoridades, varias instituciones se controlarían unas a otras en beneficio de los trabajadores.
El presidente de la Federación de Agencias de Empleo en el Exterior de Sri Lanka, Suraj Dandeniya, dijo a IPS que la ley fue elaborada sin su participación, y acusó al gobierno de prestar escasa atención a las agencias de reclutamiento que encuentran trabajo a entre 300.000 y 400.000 srilankeses al año. (FIN/IPS/tra- en/fs/an/mj/lb pr/97