La eliminación del uso del bromo centrará el debate de la IX Reunión de las Partes del Protocolo de Montreal Relativo a las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, que se inicia el lunes en la ciudad canadiense.
Eduardo López, presidente del venezolano Fondo de Inversión Industrial y Tecnológica (Fondoín), cuya única misión es cumplir los compromisos del Protocolo de Montreal, indicó a IPS que esta cita también tiene el objetivo de celebrar los 10 años del instrumento para eliminar el llamado hueco de ozono.
La idea es que los países industrializados se comprometan a eliminar el bromo como sustancia agotadora del ozono (SAO) antes del 2001 o 2002, mientras que a los países del Sur en desarrollo se les brindará un plazo de diez años adicionales.
El bromuro de metilo no tiene un sustituto universal o que tenga la misma efectividad para el control de plagas y para la preservación de las frutas y otros productos agrícolas, por lo que los exportadores del sector tienen una alta dependencia de esa SAO, explicó López.
La reunión de Montreal está precedida desde este miércoles por una fase técnica, detalló el representante venezolano antes de viajar al encuentro.
Venezuela forma parte de los países incluidos en el artículo 5 del Protocolo, que fija las reglas en favor de la capa de ozono para un grupo del Sur que consume menos de 300 gramos por habitante de SAO, un nivel comparativamente muy bajo.
Los integrados al artículo 5 tienen hasta el año 2010 para eliminar el consumo de clorofluorocarbonos (CFC), pero deben congelar la producción y consumo de ellos a los niveles promedio del período 1995-97, el 1 de julio de 1999.
Las principales sustancias destructivas de la capa de ozono son el cloro y el bromo. Se trata de sustancias muy estables, que cuando se emiten a la atmosfera flotan allí cinco años hasta que llegan a la etrastofera.
Allí, explicó López, la radiación ultravioleta rompe la molécula, libera el cloro y la sustancia se mezcla con el ozono, toma un átomo de oxígeno y entonces parte esa molécula de ozono en un átomo de oxígeno común y otro donde se mezcla cloro y oxígeno y así sigue el proceso, dañando la capa protectora.
Con el bromo el proceso es más acelerado, está en los halones y el bromuro de metilo. Su potencial de destrucción es 10 veces mayor, pero en el Protocolo original no se consideró, a diferencia de los CFC, porque para entonces no estaba detectado el papel del bromuro de metilo.
Su problema adicional es que tiene fuentes de emisión natural y antropogénicas. Estas últimas sustancias son tremendamente tóxicas y "matan cualquier cosa", explicó el también miembro del Comité Ejecutivo del Protocolo, en representación de Costa Rica. Antes lo fue el máximo período posible por Venezuela.
La producción está concentrada en Estados Unidos, Israel y China, según se cree, además de India, en este caso restringido a su propio consumo.
López explicó que las emisiones de SAO se han reducido drásticamente y que más de 90 por ciento de ellas estaban concentradas en países del Norte industrial, donde se eliminó prácticamente el uso de CFC.
Se calcula que si se pasa a actuar decididamente con el bromo, a partir del año 2001 tienda a revertirse el hueco de la capa de ozono y la capa comience a regenerarse.
Pero se duda que, por ejemplo, Estados Unidos logre estar listo para eliminar el uso de bromuro de metilo en el 2001 o un año después.
El principal daño a la capa de ozono se ha producido en el casquete del Polo Sur, porque en su vórtice circunpolar se produce el "remolino de la Antártida", que ayuda al proceso destructivo y que se forma por condiciones en parte orográficas.
La alta velocidad, aparte de que el Polo Sur es en realidad bastante más frío que el Norte, hace que las nubes se congelen llenas de SAO y cuando en primavera se descongelan se liberan esas sustancias de una sola vez.
La capa de ozono tiene el problema de ser muy delgada con una concentración de ozono que nunca llega a una cienmilésima de la atmósfera donde se encuentra. El ozono, además, es muy vulnerable a ser destruido por su gran inestabilidad.
Se estima que se trata de una capa tan delgada que si se comprimiera no superaría el grosor de una suela de zapato, pero forma, pese a su fragilidad, una barrera capaz de bloquear el paso a los tipos más letales de radiación ultravioleta, lo que la hace esencial para el equilibrio ambiental de la Tierra.
El calendario vigente hasta ahora, que deberá cambiar en cuanto al bromuro de metilo, era que los países industriales tenían que eliminar totalmente los halones en 1994, los CFC y otras dos sustancias en 1996, el bromuro en el 2010 y los HCFC (con agua) en el 2020.
Los países del Sur tiene plazo hasta el 2010 para halones y CFC, aunque deben congelar su uso en 1999, el bromuro de metilo congelarlo en el 2002 y los HCFC eliminarlos en el 2040.
El estatal Fondoín es considerado por la forma en que opera y por los resultados como modelo a nivel mundial.
La estadounidense Agencia de Protección Ambiental (EPA, como es conocida por sus siglas en inglés) eligió a López como uno de "los mejores entre los mejores" en el décimo aniversario del Protocolo.
La EPA resaltó en su valoración de Fondoín y López que los dos son una referencia mundial en materia de ozono y otras áreas ambientales y que su contribución al trabajo del Protocolo ha sido esencial desde 1989.
De América Latina, la EPA escogió también a una personalidad de Brasil y otra de México, dentro de un total general de 71 personas, en que sólo cinco son del Sur. Su selección se limitó a las personas premiadas una o más veces desde 1987.
La agencia estadounidense destacó que Venezuela ha sido el único país del Sur en desarrollo en manejar con éxito el problema de los halones y crear un "banco de halones" para su reutilización, que comenzó a ser imitado por Brasil.
Otros planes de Fondoín, apuntó la EPA, han sido después aplicados por otros países incluidos en el artículo 5 del Protocolo, como China y Filipinas, y dentro de América Latina por Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, República Dominicana y Uruguay. (FIN/IPS/eg/dg/en/97