DERECHOS HUMANOS: Malasia reabre debate Oriente-Occidente

La exhortación esta semana del primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, a revisar la Declaración Universal de los Derechos Humanos reencendió un intermitente debate entre países occidentales y asiáticos.

Mahathir realizó la propuesta arguyendo que ya es hora de revisar la declaración, formulada hace 50 años, para que refleje mejor la visión de las naciones asiáticas que en ese entonces no integraban la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Es necesaria una revisión de la declaración, formulada por superpotencias que no entendían las necesidades de los países pobres", dijo Mahathir, apoyando una sugerencia de un asesor.

Sus comentarios se volvieron objeto de debate en una conferencia de prensa celebrada esta semana por ministros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) y estados occidentales.

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) criticaron duramente la sugerencia de Mahathir, que sin embargo fue respaldada por los cancilleres de China, Indonesia y Filipinas.

Las opiniones vertidas reflejaron el debate, reencendido de tanto en tanto, entre la percepción occidental y oriental de los derechos humanos y el concepto de su universalidad.

"ASEAN y China están cansadas de escuchar las críticas de Estados Unidos", señaló Alberto Muyot, del Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Filipinas.

Los países asiáticos argumentan que los occidentales los juzgan por sus propios criterios sobre derechos humanos, que tienden a favorecer las libertades individuales y políticas sobre el derecho al desarrollo.

Los asiáticos sostienen que los derechos económicos y sociales son igualmente importantes y destacan que el bien de la comunidad debe equilibrarse con los derechos individuales.

Por otra parte, los gobiernos occidentales arguyen que la necesidad de cohesión social podría ser invocada como excusa para limitar las libertades individuales.

Otros, como el viceprimer ministro malasio Anwar Ibrahim, señalaron que no hay una definición oriental u occidental de los derechos humanos, porque éstos se aplican a todas las personas sin distinción.

El mismo debate alcanzó otro pico antes de la Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos de 1993, la cual destacó que los derechos políticos y económicos son indivisibles y constituyen dos caras de una misma moneda.

Ali Alatas, canciller de Indonesia, destacó que una revisión de la declaración no significa una alteración automática de sus principios.

"No se trata de alterar nada, sino de ver si podemos crear un equilibrio que se corresponda con la situación real", explicó Alatas.

El canciller destacó que al menos 120 países en desarrollo y recientemente independizados no participaron en la redacción de la declaración original.

Pero Estados Unidos se pronunció absolutamente en contra de cualquier modificación de la declaración, y la secretaria de Estado Madeleine Albright advirtió que Washington sería "inflexible" sobre el asunto.

Funcionarios de la UE, quienes junto a Estados Unidos y otros países occidentales criticaron la decisión de ASEAN de admitir a Birmania pese a la situación de los derechos humanos en ese país, advirtieron también que el bloque europeo es "extremadamente renuente" a apoyar cualquier revisión de la declaración.

Se trata de "una de las piedras angulares del sistema jurídico internacional", resaltó Michiel Patijin, ministro de Asuntos Exteriores de Holanda, en representación de la UE.

Por otra parte, el canciller filipino Domingo Siazon consideró excesivas las reacciones a la sugerencia de Mahathir. "La propuesta es sólo de revisión. No estamos diciendo que se debe introducir esta o aquella modificación", aclaró.

Así mismo China, cuyo trato de los derechos humanos es condenado por Estados Unidos, aprovechó la ocasión para arguir que no debería haber un único criterio para juzgar la situación de los derechos humanos en un país dado.

El canciller chino Qian Qichen acusó al Departamento de Estado estadounidense de evaluar la situación de los derechos humanos de todos los países menos del suyo propio.

Más allá de los titulares que el debate generó en la región esta semana, los analistas consideran improbable que Malasia formalice su propuesta de revisión ante la ONU, principalmente porque sabe que será rechazada de plano por Estados Unidos y la UE.

Es más factible que Malasia utilice su propuesta para lograr otras reformas en la ONU, opinó un experto en seguridad de Filipinas. (FIN/IPS/tra-en/idc-js/js/ml/hd/97

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