Un grupo de 740 jóvenes estadounidenses participan en el XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en la capital de Cuba, a pesar de la prohibición expresa de Washington de viajar a este país caribeño.
La delegación estadounidense es la más numerosa que ha viajado a Cuba desde el triunfo de la Revolución en 1959.
"Queremos enviar el mensaje de que Cuba no está aislada", dijo el pastor estadounidense Lucius Walker, que viajó como invitado en representación de la entidad Pastores por la Paz.
A ocho años del último encuentro de este tipo, realizado en Corea del Norte, el XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes fue inaugurado con una marcha por la solidaridad y contó con la presencia del presidente Fidel Castro.
Unos 10.000 jóvenes extranjeros de 117 países se encontraban en la isla, cuando la secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Victoria Velázquez, dijo "Cuba los abraza nuevamente y lo hará siempre".
La consigna "Por la solidaridad internacionalista, la paz y la amistad", fue seguida de otras más populares en la isla, directamente enfiladas contra Estados Unidos.
Varios miles de personas concentradas junto a la escalinata de la Universidad de La Habana, en el mismo centro de La Habana, corearon "Hasta siempre comandante", la canción de Carlos Puebla dedicada al guerrillero cubano-argentino Ernesto Che Guevara.
Aunque Castro no hizo uso de la palabra, su presencia generó entusiasmo entre sus seguidores y aumentó el nivel de un programa concebido con la sencillez de un tradicional concierto de trovadores.
El Festival, que se extenderá hasta el 5 de agosto, parece desenterrar el movimiento de estos festivales que surgieron al término de la segunda guerra mundial y decayeron tras la caída del bloque socialista.
"El mundo de hoy no es el mismo que vivieron nuestros padres", dijo Velázquez. "El imperialismo es cada vez más inhumano, los ricos son cada día más ricos y los pobres cada día más pobres".
El namibio Yona Kacheta, quien intervino en nombre del comité coordinador internacional, afirmó que Cuba se arriesgó a servir de sede al encuentro pese a las grandes dificultades que vive la isla por el bloqueo "inmoral" de Estados Unidos.
La idea de realizar el XIV festival en La Habana surgió a partir de una intervención de Castro, en agosto de 1995, durante un festival internacional de solidaridad titulado "Cuba vive".
"De la forma en que se organizó este festival, se puede organizar uno mundial, no hace falta dinero, lo que hace falta es vergüenza, generosidad, buena voluntad", dijo el presidente cubano.
Los organizadores de la cita aseguran que su organización no significó gastos para el Estado cubano y que su realización no afectará los servicios a la población del país caribeño, que vive una fuerte crisis económica desde 1990.
Los delegados extranjeros pagaron 250 dólares por su estadía hasta el 5 de agosto, recibieron rebajas de 70 por ciento en los boletos de Cubana de Aviación y se hospedan en casas de familias.
"Vivimos momentos lindos cuando el festival de La Habana de 1978", dijo la documentalista estadounidense Estela Bravo y aseguró estar feliz de poder participar nuevamente en un festival después de pensar que "iban a morir'.'
Bravo, quien reside en Cuba desde 1963, conoció a su esposo, el argentino Ernesto Bravo, durante la cita de Bucarest, a la que asistió con otros 22 compatriotas, a pesar de que su pasaporte era "no válido" para viajar a Europa oriental y la Unión Soviética.
Directora de documentales como "El Santo Padre y la Gloria", sobre la visita del papa Juan Pablo II a Chile, y de una serie sobre el fenómeno migratorio cubano, Bravo será una de los creadores homenajeados durante el foro juvenil.
"Ahora el Departamento de Estado (de Estados Unidos) ha negado a los jóvenes de mi país el derecho a venir al Festival de La Habana, una acción anticonstitucional. Pero estamos llegando al fin de siglo y la situación es diferente", aseveró la cineasta. (FIN/IPS/da/ag/ip-pr/97
