ARGENTINA: Fin del embargo de EEUU a carne fresca tentará a Asia

Tras 65 años de embargo sanitario por el mal de la aftosa, Estados Unidos recibirá este martes el primer envío de carne fresca argentina, la parada inaugural de un recorrido comercial que debería conducir al codiciado sudeste asiático.

La secretaría de Agricultura de Argentina escoltó el simbólico embarque de 320 kilogramos, parte de un envío de 20.000 toneladas que Estados Unidos había autorizado hace tres años en el marco de la Ronda Uruguay del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, remplazado por la Organización Mundial de Comercio).

Las gestiones se demoraron y recién ahora, tres meses después del informe de la Oficina Internacional de Epizootias que declaró a Argentina "libre de aftosa con vacunación", se produjo el primer embarque destinado a una degustación en la embajada argentina en Washington.

En diálogo con IPS, el ganadero Enrique de León Belloc consideró que el envío "es muy importante" porque no sólo abre el mercado estadounidense de más de 260 millones de consumidores, sino que despeja el acceso al asiático, que exige el mismo nivel de calidad.

Las 20.000 toneladas de carne fresca para Estados Unidos representan apenas cuatro por ciento de las exportaciones anuales de Argentina, pero simbolizan la caída de la compuerta de un dique. El flujo comercial llegará ahora a Asia sin mayores inconvenientes.

Sólo los países del sudeste asiático consumen actualmente 25 por ciento de toda la carne que se comercializa en el mundo, pero la aftosa había dejado fuera de juego a Argentina, que en 1971 era el primer exportador mundial de ese producto.

La calidad de las pasturas en la Pampa, la región central del país, ofrecían al ganado vacuno un alimento único. Pero la enfermedad neutralizó esa ventaja natural y el negocio comenzó a declinar. Los productores solo podían exportar carne cocida o enlatada.

El sitio que Argentina ocupaba entonces como proveedor fue siendo de a poco llenado por Australia, Nueva Zelandia y Estados Unidos. La aftosa hizo que la producción se replegara al mercado interno durante el auge económico del sudeste asiático.

En los últimos años, la intensa campaña sanitaria logró controlar el mal, pero la Secretaría de Agricultura se resiste a abandonar la vacuna por miedo a un rebrote del virus. La categoría sanitaria, que incluye la vacuna, es resistida por Japón, que demanda carnes de alta calidad.

El mercado japonés requiere los cortes de carne más caros. Por eso, tentar al consumidor de ese país es el bocado más jugoso del negocio.

Por ahora, los productores argentinos lograron ingresar a Hong Kong, Vietnam y Singapur y con la apertura del mercado estadounidense esperan pasar ahora a China, Tailandia y Malasia, y luego Japón y Corea del Sur. "Se trata de mercados potenciales muy importantes", remarcó De León.

Sólo Vietnam, que tiene 70 millones de habitantes, duplicó su consumo de carne vacuna en la última década. Japón, Corea, Taiwán e Indonesia suman 380 millones de consumidores. (FIN/IPS/mv/dg/if/97

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