Trabajadores públicos de Sudáfrica que protestaron hoy con la mayor huelga desde la llegada al poder del presidente Nelson Mandela, hace tres años, amenazaron repetir la medida si el gobierno no responde a sus demandas salariales.
Cientos de miles de funcionarios del Estado salieron este viernes a las calles en Pretoria, Ciudad del Cabo, Durban y Bloemfontein, para presionar por demandas de un aumento salarial de nueve por ciento en los salarios de este año. El gobierno ofreció un aumento de 7,5 por ciento.
Los líderes sindicales amenazaron con otra huelga. "Quizás esta sea la única forma de que el gobierno nos tome en serio", dijo Busi Nhlapo, de la Unión Nacional de Trabajadores Aliados de la Educación y la Salud (NEHAWU).
Unos 365.000 empleados públicos son miembros de los cuatro sindicatos que participaron en la marcha, NEHAWU, la Unión de Maestros Demócratas Sudafricanos, y la Unión de Policías y Derechos Civiles en las Prisiones y el Instituto de Empleados Públicos.
Los sindicatos están afiliados al Congreso de Uniones Sindicales Sudafricanas (COSATU), que agrupa a dos millones de trabajadores.
El gobierno de Mandela se divide entre dos lealtades, la disciplina fiscal y las demandas de mayor gasto social de la masa de sus votantes, los trabajadores.
En junio del año pasado, el gobierno adoptó la estrategia de crecimiento, empleo y redistribución (GEAR), la cual obliga al Estado a mantener el gasto al mínimo.
El gobierno de Mandela ya recibió la aprobación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial por su estricta adhesión a las políticas macroeconómicas prudentes.
Sudáfrica logró sostener un déficit de 5,1 por ciento del presupuesto durante el año fiscal 1996/7, e intenta reducirlo a cuatro por ciento este año.
No obstante, el sector sindical sigue siendo una piedra en el zapato de la estrategia económica, a la cual no respalda por completo. Hace pocas semanas, los cuatro sindicatos declararon la guerra al gobierno e hicieron un llamado a la acción masiva.
Mientras, plantean una huelga de 48 horas para comienzos de agosto. Enfermeros, policías, funcionarios de prisiones y maestros participaron en las marchas nacionales de este viernes.
El sector sindical, representado por COSATU, fue uno de los dos grupos que participaron en una alianza tripartita con el Congreso Nacional Africano (CNA) en las elecciones generales de 1994. El otro es el Partido Comunista Sudafricano.
Los sindicatos afirman que, con el CNA en el poder, esperan que el gobierno, como el mayor empleador, dé el ejemplo a otros empleadores, pero este no es el caso.
Los trabajadores acusan al gobierno de no cumplir un pacto firmado el año pasado para asegurar aumentos salariales que superen la inflación durante un período de tres años. La inflación se ubica en 9,5 por ciento.
"Nuestro gobierno no negoció con nosotros de buena fe", dijo Zwelinzima Vavi, asistente de la secretaría general de COSATU.
El gobierno sostiene que no tiene dinero. Este año asignó 1.450 millones de dólares para aumentos salariales. Si cumple con las demandas de los empleados públicos, debería entregar 2.450 millones de dólares.
Los manifestantes también hicieron un llamado a congelar los salarios de los altos funcionarios en servicios públicos, una renegociación de grados, la implementación de una política de desarrollo de recursos humanos y un acuerdo sobre la definición del "tamaño real de los servicios públicos".
Sudáfrica está en proceso de reducción de los empleados públicos como parte del plan de recorte presupuestal.
El año pasado, los salarios reales promedio en el país aumentaron alrededor de 10 por ciento, superando un índice inflacionario de 6,5 por ciento, según el Boletín de Trabajo Sudafricano.
Fue el tercer año consecutivo en que se registró un incremento de los salarios reales. No obstante, los sindicatos temen que tarde o temprano se hará sentir el impacto de la política GEAR sobre el gasto social.
La estrategia GEAR planifica un crecimiento económico de seis por ciento anual, mientras el promedio actual es tres por ciento, y la creación de 400.000 empleos anuales antes del 2000. El año pasado sólo logró crear 11.000 puestos de trabajo en el sector no agrícola. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/lp/lb-ip/97