La economía cubana podría crecer cuatro por ciento este año pero esa tímida recuperación no tendría un impacto inmediato en el nivel de vida de la población, afirmaron fuentes especializadas.
Estimaciones del Centro de Estudios de la Economía Cubana aseguran que la economía nacional tendría que crecer a un ritmo sostenido de 10 por ciento anual para que sus habitantes sintieran los cambios.
Sobrevivir sigue siendo la mayor preocupación de los cubanos en el séptimo año de la crisis que afectó todos los sectores de la vida del país y provocó un decrecimiento del producto interno bruto (PIB) de 34,8 entre 1989 y 1993.
Expertos locales atribuyen la crisis a la combinación de los efectos de errores internos en la dirección económica, de la pérdida de los socios comerciales del antiguo bloque socialista y del bloqueo estadounidense.
"La economía puede crecer, pero el problema es el efecto retroactivo de la crisis", dijo un investigador de temas económicos y recalcó que el consumidor local tiene una sensación de que "las cosas están peor".
Cuba mostró los primeros signos de reanimación en 1994 con un ligero crecimiento de 0,5 por ciento del PIB, que un año después aumentó 2,5 y logró dispararse hasta 7,8 por ciento en 1996, indicador que pareció confirmar la tendencia recuperativa.
El ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, reveló que el crecimiento se produjo en lo fundamental por el despegue del sector azucarero, que pasó de 3,3 millones de toneladas en 1995 a 4,4 millones el año pasado.
Pero el azúcar dio un nuevo paso atrás este año al cerrar con unos 4,2 millones de toneladas, cuando el gobierno prevía una zafra de 4,5 millones.
La cifra oficial del cierre de la zafra azucarera se mantiene en silencio y se espera se haga pública este sábado 26 cuando el presidente Fidel Castro realice su usual intervención por el Día de la Rebeldía Nacional.
Las fiestas por el 26 de julio se realizan cada año en homenaje al asalto al cuartel Moncada, en 1953, considerado el punto de partida de la lucha que desembocó en el arribó al poder de Castro el 1 de enero de 1959
Expertos pronostican que, con el revés de la zafra azucarera la economía pudo haber crecido dos por ciento el primer semestre y que solo así podría alcanzarse cuatro por ciento de crecimiento del PIB al cierre del año.
Los indicadores empezaron a registrar una recuperación pasados los cuatro primeros meses del año, período en que la actividad aumentó 1,5 por ciento, contra ocho por ciento en igual período de 1996.
Las expectativas de crecimiento se sustentan en el aumento del turismo, el níquel, el tabaco, sectores productivos de la industria básica y ligera. Al mismo tiempo, se podrían reportar retrocesos en renglones de alimentos.
Cuba espera atraer 1.197.000 turistas este año, sobrepasar las 65.000 toneladas de níquel y colocar en el mercado internacional un millón de los exclusivos puros habanos.
El quincenario Bohemia aseguró este mes que las autoridades estudian fórmulas para flexibilizar y hacer más atractiva la legislación vigente sobre inversiones extranjeras.
La medida sería una especie de "antídoto" cubano contra la ley estadounidense Helms-Burton, que desde su aprobación, en marzo de 1996, logró frenar el flujo de capital foráneo necesario para garantizar el despegue económico.
El Ministerio de Inversión Extranjera y Colaboración Económica afirma que en Cuba existen 260 asociaciones económicas con inversionistas extranjeros pero los especialistas prevían que esos negocios ascendieran a 300 al final de 1996.
La Helms-Burton endurece el bloqueo económico a la isla y establece sanciones contra firmas de terceros países que negocien con antiguas propiedades estadounidenses confiscadas por el gobierno de Castro en la década del 60.
Un nuevo matiz apareció el día 23 cuando el gobierno de Estados Unidos decidió cerrar una investigación sobre la actividad de la telefónica italiana Stet en Cuba luego de que esa firma llegara a un acuerdo con la estadounidense ITT.
Stet se comprometió a pagar a la ITT una compensación por el uso de sus antiguas propiedades en Cuba.
Independientemente de los avances en determinadas ramas, expertos y autoridades parecen coincidir en que el crecimiento es aún insuficiente comparado con la caída que sufrió la economía durante los primeros cuatro años de la década.
Cálculos especializados aseguran que la población de la isla, que supera los 11 millones de personas, tendrá que esperar unos diez años antes de recuperar los niveles de vida reportados al final de la pasada década.
"Es difícil que el crecimiento se mantenga en porcentajes altos. Lo más probable es que tras verificarse el despegue, la economía siga creciendo pero en niveles bajos, alrededor de tres, máximo cuatro por ciento", dijo un economista. (FIN/IPS/da/dg/if/97