/REPETICION/ NAMIBIA: Gobierno rompe silencio en torno de violencia de género

Todos los ojos del auditorio reunido en la capital de Namibia se inundaron cuando la madre de una niña de 14 años narraba cómo su hija fue violada durante tres días por un hombre que aún hoy goza de total libertad.

En su camino de vuelta de un festejo en un restaurante de Windhoek, la niña tomó un taxi cuyo conductor, en lugar de llevarla a casa, la secuestró y la arrastró a un bosque cercano.

Tras la liberación, el padre se negó a creer su historia y sostuvo que ella había consentido el ataque, dijo la madre en un tribunal público sobre violencia contra mujeres y niños organizado por la oficial Comisión de Reforma Legal y Desarrollo (LRDC).

"Al menos podrían haber intentado encontrarlo", dijo la mujer a la presidenta de la LRDC, la abogada Bience Gawanas, quien tamibén es Defensora del Pueblo en Namibia.

Otra mujer dijo ante el tribunal conocer una mujer que "vendió" a su nieta de ocho años a cambio de licor. "La niña murió con sida el 15 de agosto. "A la abuela no le hicieron nada. Sigue su vida como si nada hubiera pasado. ¿No se debería llamarla a responsabilidad?", preguntó.

La ex directora de una escuela estatal multirracial en la capital narró cómo niños de ese instituto sufrían abuso sexual a manos de un conocido empresario, que, tras ser denunciado, compareció ante la justicia, se declaró culpable y salió en libertad en el acto tras pagar una multa de 1.250 dólares.

"La sociedad está podrida", exclamó la educadora.

"Esto es el reflejo de nuestra sociedad. No existe ley para hacer frente a casos como éstos", dijo Gawanas sobre los episodios denunciados.

La violencia contra mujeres, niños y niñas está en aumento en Namibia, de acuerdo con el primer informe nacional del Comité Internacional de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), elaborado en 1995.

"El número de violaciones denunciadas en Namibia ha estado creciendo con persistencia en los últimos años, lo que indica que se cometen más violaciones o que un mayor porcentaje llega a conocimiento de la policía", según el informe.

"Se denunciaron 352 violaciones en 1988, 384 en 1989, 419 en 1990 y 445 en 1991. Las denuncias de violación e intento de violación sumaron 564 en 1991, 583 en 1992, 611 en 1993 y 741 en 1994", agrega la CEDAW.

Laa CEDAW sobre Namibia advierte que apenas una de cada 20 violaciones se denuncia a la policía del país africano. "La cantidad de víctimas de violación en Namibia equivale a una por hora durante todo un año", según el informe de la agencia sobre Namibia.

La violación y otras formas de violencia contra las mujeres se convirtieron en prioridad para la LRDC, creada en julio de 1992. La convención ha realizado entrevistas y audiencias públicas sobre la violencia contra mujeres, niños y niñas para identificar causas y medidas a tomar.

La violencia doméstica también es generalizada, de acuerdo con una investigación efectuada por debie LeBeau, del Departamento de Sociología de la Universidad de Namibia.

Alrededor de 50 por ciento de las mujeres, niños y niñas entrevistados por LeBeau sufrieron algún tipo de violencia doméstica, pero la experta dijo que eso es apenas la punta del iceberg.

"La violencia en Namibia es difícil de medir, pues muchos creen que se trata de algo privado y secreto y, por lo tanto, la mayoría de los casos no son denunciados", explicó.

Grupos de mujeres y de defensa de los derechos humanos reclaman en Namibia una ley para acabar con la violencia contra las mujeres.

Algunas mujeres han llegado a proponer la pena de muerte o la castración para los violadores, pues en estos casos se concede libertad bajo palabra con mucha facilidad y las sentencias son leves.

La no gubernamental Solidaridad Femenina recopiló información sobre sentencias impuestas a violadores en la Alta Corte, instancia que atiende los casos más serios, entre enero de 1988 y noviembre de 1990. El promedio fue de seis años de prisión, con un cumplimiento efectivo de entre cuatro y cinco años.

En las instancias judiciales más bajas las penas eran aun menores.

El inspector de policía Blandth Nel admitió que las fuerzas de seguridad no cuentan con preparación para manejar casos de violencia contra mujeres, niños y niñas, y recordó que "los oficiales se ríen con frecuencia" cuando hablan sobre casos de abuso sexual cometido por jóvenes contra chicas.

"Los padres quedan petrificados, pero a veces ni siquiera ellos saben qué hacer", agregó Nel. (FIN/IPS/tra-en/tn/pm/mj/ip pr/97

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