Los tres problemas que más preocupan a la población de Ecuador son la pobreza, el desempleo y la inseguridad, según un estudio sobre responsabilidad social de la Fundación Esquel, realizado en las principales ciudades de este país andino.
"Son problemas que conforman el escenario social de los últimos años y cuya solución ha sido la preocupación de los gobiernos y de los organismos de cooperación", dijo a IPS Cornelio Marchán, presidente ejecutivo de la Fundación Esquel.
Sin embargo, numerosas personas consideran que para superar estos problemas es necesaria una mayor participación de la sociedad, ya que su solución no puede depender de la intervención del Estado exclusivamente, según reveló la investigación realizada en las ciudades de Quito, Guayaquil y Cuenca,.
"Este es un dato interesante que nos revela que muchos ecuatorianos están dispuestos a asumir una nueva actitud ante los problemas que tiene el país, y que la visión de un Estado paternalista es cada vez más débil", consideró Angela Venza, a cargo del programa de Responsabilidad Social de Esquel.
Uno de los objetivo de la investigación fue constatar el grado de colaboración de los ciudadanos en la solución de los problemas que más les afectan y proponer nuevas formas de participación a través del concepto de responsabilidad social.
El 61 por ciento de los consultados dijo haber colaborado de alguna manera, ya sea con instituciones de cooperación o directamente con la población de escasos recursos.
No obstante, "persiste en los ecuatorianos el concepto de la caridad, es decir de la ayuda inmediata que no representa una solución definitiva a los problemas", dijo Venza a IPS.
La responsabilidad social, intenta "recoger esa disposición que tienen los ecuatorianos por participar en la solución de sus problemas y la necesidad de concebir el desarrollo social y económico como un problema del Estado, de los empresarios y de toda la sociedad", agregó Marchán.
Todos los problemas que han manifestado los ecuatorianos en el estudio, "son un mal negocio para el país", según el presidente de Esquel, pues hay una economía estancada y un mercado reducido que no permiten la expansión de la producción.
Y para la democracia "también es un mal negocio, porque la democracia no puede funcionar con más del 50 por ciento de los ecuatorianos que viven en la pobreza", afirmó.
Durante muchos años "los ecuatorianos nos hemos puesto a analizar y criticar las condiciones de nuestro país", sostuvo Boris Cornejo, director de desarrollo de Esquel.
Con la responsabilidad social, "tendremos la oportunidad de empezar a construir una nueva ciudadanía consciente de sus derechos, pero también capaz de asumir sus responsabilidades".
Para Cornejo, la responsabilidad social "no funciona solamente para resolver problemas", pues "si los problemas se acabasen entonces ya no existiría la necesidad de ser socialmente responsables".
Si bien la pobreza es tal vez el mayor problema que enfrenta el país, "la responsabilidad social no sólo se enmarca en ese contexto, sino que va más allá".
Se trata "de construir formas y modelos de participación, como un proyecto de largo plazo, y de crear puentes entre grupos diferentes e incluso antagónicos, dentro de una sociedad escindida como es la ecuatoriana".
El programa de responsabilidad social que Esquel pretende impulsar, cuenta con algunos precedentes en el país, que se han desarrollado a través de proyectos aislados a nivel del sector empresarial y la sociedad civil.
Estas experiencias, y otras similares llevadas a cabo en otros países de América Latina, serán expuestas en la Conferencia Internacional sobre Responsabilidad Social y Ciudadanía, que se tendrá lugar en la ciudad de Guayaquil el 30 de junio.
La Conferencia, la primera de este tipo que se realiza en Ecuador, cuenta con la participación de las distintas cámaras de la producción del país y de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la International Youth Fundation y la Fundación Rockefeller.
"Es un intento por intercambiar y conocer las experiencias que se han realizado tanto en nuestro país como fuera de él", pues "creemos que la responsabilidad social, es un buen negocio para Ecuador", concluyó Marchán. (FIN/IPS/mg/ag/dv/97