ZAIRE: Kabila tomó el poder y comienza un periodo de transición

El líder rebelde Laurent Kabila tomó hoy el poder en Zaire, mientras el derrocado presidente Mobutu Sese Seko emprendía el camino del exilio, luego de 32 años de dictadura.

Kabila se proclamó jefe de Estado en su base en Lubambashi, al tiempo que sus tropas entraban en Kinshasa, 24 horas después de la huida de Mobutu de la capital.

El líder rebelde aseguró que ha sido reconocido como presidente por los generales del ejército y, en su primer decreto, cambió el nombre de Zaire, impuesto por Mobutu, por República Democrática del Congo, la denominación original del país.

Kabila y su Alianza de Fuerzas Democrática para la Liberación de Congo-Zaire (AFDL) se enfrentan a lo que podría ser su peor batalla: una transición que no será sencilla.

La transición debería culminar en elecciones, en un país que no tiene tradición democrática ni la estructura necesaria para celebrar los comicios. La última elección presidencial se remonta a 1984, y fue celebrada en régimen de partido único.

La oposición desarmada pretenderá un papel importante en la transición ahora abierta, las víctimas de violaciones a los derechos humanos exigirán compensaciones, y resulta impredecible la actitud futura de los soldados que desertaron del ejército para unirse a la AFDL.

Así mismo, es probable que Kabila reciba la presión de la comunidad internacional para que proceda a una rápida democratización.

Uno de los mayores desafíos del nuevo jefe de Estado es atender las expectativa de la población que, pese a la riqueza natural del país, vive en la miseria, y ve el triunfo de Kabila como la respuesta para salir de la pobreza.

Casi tres cuartas partes de los 48 millones de habitantes de Zaire no cuentan con asistencia básica de salud, sólo 27 por ciento tienen agua potable y 14 por ciento de los niños mueren antes de cumplir cinco años, de acuerdo con estadísticas de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La infraestructura también es deficiente. El país tiene una superficie de 2,34 millones de kilómetros cuadrados, y sólo 2.800 de los 146.500 kilómetros de carreteras están pavimentados.

En el terreno político, las naciones del Norte industrial desean que las elecciones se realicen a la brevedad.

En marzo, Kabila declaró que, luego de la caída de Mobutu, se instalaría durante un año un gobierno de transición con la participación de todos los opositores.

Sin embargo, existen indicios de que la transición podría durar más del plazo previsto.

Algunos grupos señalan que las elecciones deben celebrarse sólo después de una reforma de la constitución para crear un sistema federal.

La medida aplacaría a provincias como Shaba, que intentó independizarse en el pasado, y a Kasai, que consiguió cierto grado de autonomía en los últimos años.

La vida de Mobutu y la ruina a la que condujo a Zaire están bien documentadas, pero poco se sabe del hombre que puso fin a la dictadura.

Kabila nació hace 58 años en Katanga (actualmente Shaba) en el sur del país. Estudió filosofía política Francia y volvió a Zaire poco después de su independencia de Bélgica en 1960.

Ingresó a la política y se convirtió en legislador de la asamblea de Katanga del Norte.

Pero pasó a la clandestinidad cuando el primer primer ministro Patrice Lumumba, padre de la independencia del país, fue asesinado por un gurpo de conspiradores que habrían contado con el apoyo de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos).

Tras la muerte de Lumumba, Kabila ingresó al movimiento rebelde lumumbista, el Consejo de Liberación Nacional (CNL) de Congo-Zaire y, en 1964, lanzó una rebelión en las tierras bajas de Ruzizi, en el este del país.

Huyó del país a mediados de los años 60 cuando su movimiento fue derrotado por el ejército, que tuvo el apoyo de aviones de guerra de Estados Unidos y de mercenarios belgas.

En 1967 fue cofundador de un grupo nuevo, el Partido Revolucionario del Pueblo (PRP), que operó en Kivu, la zona oriental donde la AFDL comenzó su lucha en octubre de 1996.

El PRP fue derrotado en 1977 y Kabila huyó a Tanzania, desde donde organizó incursiones guerrilleras contra las fuerzas de Mobutu hasta 1988, antes de alejarse de la vista del público hasta el año pasado.

Kabila es la reencarnación política de Lumumba, según asegura Solomon Nkiwane, un analista político de la Universidad de Zimbabwe.

"Kabila fue socio de Patrice Lumumba y mantuvo su compromiso, apoyando el nacionalismo congolés", señaló Nkiwane este mes, en un debate televisual.

"Muchos no creían que aún existieran líderes con las ideas y el empuje de Patrice Lumumba y, por lo tanto, (Kabila) es una persona muy importante, al menos entre quienes creyeron en Lumumba y el nacionalismo africano en general", dijo Nkiwane.

Lumumba "fue asesinado por la CIA, aunque no directamente, sino a través de sus socios" zaireños, sostuvo Tafataona Mahoso, del centro Politécnico de Harare, en Zimbabwe.

Estados Unidos no parece hostil ante Kabila. Washington, que respaldó a Mobutu durante la guerra fría como una barrera para la amenaza marxista, comprendió que el dictador ya no le era útil.

Francia, que fue aliada incondicional de Mobutu, y los intereses económicos franceses, podrían ser las principales víctimas del ocaso del dictador.

Mientras se informaba que Washington ejercía una discreta presión para que Mobutu dejara el poder, y que la AFDL conquistaba victoria tras victoria, los intereses económicos estadounidenses comenzaron a cortejar abiertamente al líder rebelde.

En primer lugar estaba la compañía minera American Mineral Fields, que firmó con la AFDL un contrato por 1.000 millones de dólares para operar una mina de cobre y cobalto en Kolwezi, Shaba.

El comisionado de Finanzas de la AFDL, Mawampanga Nanga, es partidario de la liberalización económica, según el diario sudafricano Financial Mail. Empresas mineras de Sudáfrica también enviaron representantes para negociar con los rebeldes.

Kabila simpatizaba con el maoísmo en los años 60 y 70, y tuvo el respaldo que la Unión Soviética y China.

Pero esos antecedentes son relativizados ahora por empresarios sudafricanos que pretenden proteger sus inversiones en Zaire y por las empresas estadounidenses que intentan explotar las riquezas minerales del país.

Zaire produce 60 por ciento del cobalto del mundo y también cuenta con grandes yacimientos de cobre, estaño, uranio, plata, tungsteno, manganeso, oro, cinc, bauxita, diamantes y otros minerales.

Así mismo, su potencial de energía hidroeléctrica está calculado en 100.000 megavatios. (FIN/IPS/tra-en/kb/pm/aq- ff/ip/97

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