La ciudadanía de Yemen elegirá este domingo sus 301 parlamentarios en elecciones multipartidarias, las segundas que se celebran desde la unificación del sur y el norte del país hace siete años.
También será la primera vez que los yemeníes concurren a las urnas después de la guerra civil de 1994, tras la que el gobierno derrotó a quienes pretendían restaurar la división del país.
Pero los comicios del día 27 tendrán una importancia que trasciende las fronteras nacionales en la flamante república. Las primeras elecciones parlamentarias multipartidarias y con sufragio universal en Yemen marcaron en abril de 1993 un nuevo rumbo en la península Arábiga, que se confirmará ahora.
Entre otras cosas, las elecciones de 1993 contradijeron los argumentos esgrimidos por los regímenes del resto de la península Arábiga, célebres por sus ricos yacimientos de petróleo y gas, cuyos monarcas aseguran que la democracia de estilo occidental no se adapta a sus países.
Para que una democracia de ese tipo eche raíces, afirmaron, los electores deben saber leer y escribir y gozar de una calidad de vida mínima, mientras otros advierten que la religión musulmana excluye la posibilidad del voto femenino.
Pero los yemeníes, con un ingreso por persona de 600 dólares al año y una tasa de alfabetismo de 40 por ciento, están prontos para votar por segunda vez en cuatro años. De 4,6 millones de registrados par ejercer el sufragio, la tercera parte son mujeres, el doble, en proporción, que en las elecciones de 1993.
En 1993 emergieron tres grandes partidos, el Congreso General del Pueblo (CGP), el Grupo Reformista Yemení (Islah) y el Partido Socialista de Yemen (PSY).
Los anteriores comicios fueron supervisados por observadores internacionales. Esta vez, 9.000 funcionarios yemeníes cumplirán esa función, seleccionados y entrenados por el Supremo Comité Electoral, un cuerpo no gubernamental financiado por la Unión Europea.
La guerra civil, un síntoma del fracaso de los dos Yemen para alcanzar una unidad real, cobró 10.000 vidas solo entre abril y julio de 1994.
Muchos tenían la esperanza de que una elección parlamentaria en la cual participaran como iguales el PSY, gobernante en Yemen del Sur, y el CGP e Islah, predominantes en Yemen del Norte, contribuiría en el proceso de unificación.
El PSY ganó todos sus 56 escaños en distritos del sur. Los 123 obtenidos por el CGP y los 62 de Islah, por su parte, correspondieron al norte, cuatro veces más poblado que el sur.
La guerra civil concluyó con el triunfo de las fuerzas del presidente Ali Abdullah Saleh, líder del CGP que contó con el respaldo de Islah, y la derrota y el exilio del vicepresidente Ali Salim Al Baidh, conductor del PSY que, sin embargo, continúa siendo mayoritario en el sur.
Después de abatir a sus enemigos, Saleh tuvo la intención de gobernar con magnanimidad e intentó cooptar a figuras opositoras, entre ellas dirigentes del PSY, a quienes ofreció trabajos o vivienda y consultó sobre asuntos importantes.
Saleh promovió en enero un acuerdo electoral entre los tres principales partidos, que tuvo fruto en la alianza entre su CGP e Islah, una coalición de musulmanes y fuerzas tribales liderada por el jefe de la confederación tribal Hashid, Shaikh Abdullah Hussein Ahmar, de 78 años, presidente del parlamento.
Por más meritorio que sea ese acuerdo en cuanto a la estabilidad en Yeman, muchos lo consideran perjudicial, en el largo plazo, para la democracia, pues impide al votante tener una elección genuina.
En efecto, la lista reparte dos puestos para el CPG por cada uno de Islah, lo que corrobora la relación electoral de 1993. El PSY, que, entre otras cosas, se queja por la no devolución de sus bienes confiscados en la guerra civil, decidió no comparecer a las elecciones.
Pero alrededor de 80 socialistas se presentarán de forma independiente. Eso que complace tanto a la conducción del PSY, que obtiene una tribuna, como a Saleh, quien pretende un equilibrio de fuerzas que impida la desaparición del partido mericional.
Para Saleh, el PSY es un contrapeso valioso frente a Islah, que pretende establecer mediante enmiendas constitucionales que la "sharia" (ley islámica) es la "fuente única" de legislación en Yemen, y no la "fuente primaria" como ahora.
El CGP fue establecido en Yemen del Norte en 1981 y su programa incluía desde entonces la unificación. El partido respaldó la reelección de Saleh en 1983 y 1988. Después de la unificación en 1990, su programa postuló la democracia multipartidaria.
Desde su pasado como partido marxista-leninista único de Yemen del Sur, el PSY viró con rapidez hacia la derecha y ya era un grupo socialdemócrata en las vísperas de la unificación. Al contrario que el CGP e Islah, se opone a los sistemas tribales y defiende los derechos femeninos.
Antes de la guerra civil, las mujeres del sur eran libres de nadar en piscinas públicas o concurrir al cine o a discotecas. Eso se acabó. Y tanto tanto a hombres como a mujeres les disgusta la presencia de soldados norteños patrullando las calles de Aden, la capital del sur.
El resultado en la región meridional será lo más importante de las elecciones de este domingo en Yemen. Si la alianza oficialista obtiene la mayoría de los escaños, significará que los sureños decidieron ingresar de lleno a la política nacional.
En cambio, un eventual triunfo de los socialistas que concurren como candidatos independientes será una señal de que las tensiones entre sur y norte están lejos de haber acabado.
De cualquier manera, no hay duda de que una elección por las urnas siempre será preferible a una elección por las armas en el país más poblado de la península Arábiga. (FIN/IPS/tra- en/dh/rj/mj/ip/97