HONDURAS: Garífunas, una cultura con 200 años de tradición

Procedentes de la caribeña isla de San Vicente, los garífunas o negros llegaron a Honduras hace 200 años para afianzar una cultura y tradición que hoy recuerdan al conmemorar su bicentenario.

Al ritmo de la punta garífuna, una danza propia de sus ancestros, el rugir de los tambores y el sonido que produce el caracol, la comunidad negra festejó este sábado la llegada de sus ancestros a Honduras el 12 de abril de 1797, cuando lograron escapar de una embarcación que transportaba esclavos.

Descendientes de las etnias africanas efik, ibo, fons, ashanti, toruba y congo, los garífunas se instalaron en la costa atlántica y caribe de Honduras, diseminados en 54 comunidades que forman una población de casi 100.000 personas.

Evocando a sus dioses Babá y Chugú, protectores de los males y enfermedades, los negros presentaron al presidente Carlos Reina una serie de demandas de titulación de tierras, participación política, infraestructura y salud.

"Sus peticiones son justas y están siendo tomadas en cuenta, pero tengan paciencia, porque nada se hace a la carrera", señaló el jefe de Estado.

"Soy consciente que desde su arribo a este país procedentes de la isla de San Vicente la vida no ha sido fácil para ustedes. Ha habido mucha discriminación y marginamiento, pero ha sido precisamente mi gobierno quien más les ha ayudado, lo seguirá haciendo, pero no vamos a resolver todo en un solo día", dijo.

A Punta Gorda, el primer suelo hondureño que pisaron los negros, llegó también el primer ministro de San Vicente y Granadinas, James Mitchell, quien dijo sentirse halagado de estar en un "acontecimiento tan importante para los negros" como él.

Según Mitchell, el hecho de que la comunidad negra se encuentre diseminada en las regiones caribeñas de varios países, se debe a que "todavía guarda la esperanza de reencontarse un día con sus raíces africanas".

Rigoberta Menchú, líder indígena guatemalteca y premio Nóbel de Paz, envió un mensaje a los negros en el que los exhorta a mantener sus costumbres y tradiciones, luchar por sus demandas y crear un frente común contra la discriminación indígena.

En Honduras, si bien los garífunas no son parte de las etnias autóctonas, se les considera como tales, ante su aporte cultural a la sociedad.

Sus ritos y bailes han sido protagonistas de éxitos internacionales como el baile de la punta, caracterizado por el movimiento de pies y caderas que sirve para transmitir la fuerza y expresión del pueblo negro.

La punta es un baile religioso con el cual los garífunas recuerdan a sus muertos y festejan las fiestas pascuales y hasta el nacimiento de un nuevo ser.

"Si bien nuestros aportes a la cultura hondureña han sido valiosos, aún vivimos la discriminación propia de las minorías, al no atenderse nuestros reclamos", señaló Céleo Alvarez Casildo, dirigente garífuna.

Uno de los problemas más fuertes que enfrentn esa comunidad en la actualidad es el despojo de sus tierras, ubicadas en puntos envidiables para el turismo y objeto de fuertes disputas con los terratenientes.

Casildo dijo que en función de un proyecto mixto (estatal y privado) para el cual se movilizarían unos 18.000 millones de dólares en 20 años, los negros están siendo "despojados" de sus tierras, sin que "alguien quiera oír" sus reclamos.

El Plan de Transformación Nacional es promovido por el acaudalado empresario Miguel Facussé con el aval del gobierno. Las denuncias de despojos ilegales de propiedades por parte del inversionista son cada vez más fuertes.

Los garífunas evocaron en los festejos de su bicentenario a sus dioses para que no les quiten sus tierras y dejen de seguir siendo los "louvabagu", el otro lado lejano de la población de onduras. (FIN/IPS/tm/dg/ip-pr/97)

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