Ante el éxito obtenido en 1996 en la reducción de la producción y el tráfico de cocaína, las autoridades antidrogas de Estados Unidos se enfrentan ahora a la creciente popularidad de la heroína en el país y el exterior.
El Departamento de Estado cree que el consumo de heroína, un derivado del opio, estimula el comercio de la droga en el mundo.
Las autoridades están preocupadas por el aumento de la producción en Birmania y Laos y por la tolerancia de las fuerzas de Talibán ante el tráfico de opio y heroína en Afganistán.
La heroína colombiana y mexicana también aumentó su presencia en Estados Unidos.
Los traficantes solían limitar su línea de productos a la cocaína y el crack, según el Informe de la Estrategia Internacional para el Control de los Narcóticos, un documento anual divulgado este viernes.
Estados Unidos estima que 32 países son importantes actores en el tráfico internacional de drogas. El informe anual presenta a las naciones que cooperan en la lucha antidroga, según el gobierno de Estados Unidos.
En 1996, nueve países no mantuvieron la "certificación" estadounidense como aliados en la lucha contra las drogas: Afganistán, Belice, Birmania, Colombia, Irán, Líbano, Nigeria, Pakistán y Siria.
Por ley, el presidente estadounidense Bill Clinton puede sancionar a los países que no mantuvieron su "certificación", en función de los intereses de la seguridad nacional de Estados Unidos.
Las sanciones eventuales incluyen la eliminación de la ayuda exterior, la negativa a conceder préstamos a dichos países por los organismos multilaterales de desarrollo, como el Banco Mundial, y la eliminación de los beneficios comerciales a sus exportaciones.
Este año, Clinton no sancionó a Belice, Líbano y Pakistán y sugirió que si Colombia toma medidas específicas para combatir el tráfico podría obtener la "certificación". Los beneficios comerciales de Colombia tampoco se verán afectados, a diferencia de otros países.
Clinton brindó la certificación plena a México a pesar de la oposición del Congreso. El ambiente político estadounidense se escandalizó con las denuncias de corrupción relacionada con las drogas en México.
En febrero, las autoridades mexicanas arrestaron al general Jesús Gutiérrez Rebollo, máxima autoridad antidroga del país, acusado de trabajar para uno de los jefes nacionales del narcotráfico.
Pero Washington decidió que la descertificación de México sería perjudicial para la política exterior y la cooperación bilateral.
El informe de 642 páginas menciona en el lado positivo de la balanza el desbaratamiento de las rutas del tráfico en América Central y México; el aumento de la droga confiscada en México y la prohibición de los cargamentos aéreos en la zona de los Andes.
También destaca la reducción de la producción cocalera en Perú y Bolivia, mediante la erradicación de las plantaciones e incentivos económicos a los campesinos.
A pesar de que existió un aumento de 32 por ciento en el cultivo de coca en Colombia, en la zona de los Andes, con la mayor producción mundial, se redujo dos por ciento.
Otros avances fueron la deportación del jefe del cartel del golfo de México, Juan García Abrego, hacia Estados Unidos; un nuevo tratado de extradición con Bolivia; y acuerdos con estados del Caribe oriental para permitir a la Guardia Costera de Estados Unidos ingresar a sus aguas en búsqueda de posibles traficantes.
Sin embargo, la creciente popularidad de la heroína y su mayor disponibilidad en Estados Unidos y el mundo en general contrarrestaron los avances.
"La línea entre los países consumidores de cocaína y heroína se desvanece", según el informe. La heroína se comercializa cada vez más por bandas colombianas en la costa oriental estadounidense, mientras que los traficantes nigerianos también ingresaron al mercado de la cocaína.
El informe afirma que, históricamente, los consumidores de drogas alternaban entre los estimulantes como la cocaína y los depresivos como la heroína, pero en la actualidad se percibe un mayor consumo de ambas.
A pesar del aumento en el consumo de la heroína, el informe establece que la prioridad de Estados Unidos en la lucha contra las drogas sigue siendo "detener el tráfico de cocaína".
Pero Estados Unidos no es el único mercado, según el informe. Los traficantes colombianos y nigerianos envían cientos de toneladas a Europa. La droga también ingresó a Africa del sur y América Latina, donde el crack tiene una creciente aceptación.
La eliminación de los cargamentos de cocaína mejoró en Perú, América Central (especialmente Honduras) y México, donde los traficantes tuvieron que cambiar su medio de transporte preferido de aviones de carga a barcos.
Belice no mantuvo su certificación debido a la "corrupción de alto nivel en el gobierno", afirma Robert Gelbard, la mayor autoridad antidroga del Departamento de Estado. No obstante, Clinton no sancionó al país.
Más de dos millones de adictos a la cocaína en Estados Unidos comenzaron a utilizar la heroína para aliviar la "caída" que surge después de la euforia que produce el crack. La pureza de la heroína colombiana permite que sea inhalada como la cocaína, lo que elimina el riesgo de contraer el SIDA.
Se estima que la producción mundial de opio en 1996 establecerá un nuevo record de casi 4.300 toneladas. Birmania produce casi dos terceras partes del total. Supuestamente, el gobierno militar se beneficia del tráfico.
El informe afirma que la mayor parte de la heroína obtenida del opio de Asia sudoriental se envía a Estados Unidos.
La heroína refinada del opio de Asia sudoccidental es despachada hacia Europa vía Turquía y los Balcanes, mientras que la que se destina a los consumidores rusos llega por Asia Central. (FIN/IPS/tra-en/jl/yjc/aq-dg/ip/97