Estados Unidos reconoció los esfuerzos de Chile en el combate al narcotráfico, pero advirtió que el país es usado crecientemente como puente para el traslado de drogas y plaza de lavado de dineros de esta actividad ilícita.
El informe anual del Departamento de Estado sobre la lucha al narcotráfico en el mundo fue difundido este viernes en Washington, mientras el presidente de Chile, Eduardo Frei, finalizaba en Houston una visita de cuatro días a Estados Unidos.
Los tópicos más relevantes del informe fueron la condena o descertificación por segundo año consecutivo de Colombia y la aprobación a la política antidrogas de México, pese a las denuncias sobre corrupción gubernamental ligada al narcotráfico.
El Departamento de Estado considera a Chile como un país que hace serios esfuerzos por reprimir la producción y el tráfico de narcóticos, pero que no tiene las herramientas suficientes ante la magnitud que adquiere este fenómeno delictual.
El informe estadounidense ratifica las inquietudes de círculos gubernamentales, políticos y policiales en cuanto al incremento del traslado por el territorio chileno de drogas fabricadas en países vecinos con destino a América del Norte y Europa.
Del mismo modo, Estados Unidos se suma a la preocupación por el potencial de Chile como centro de lavado de dineros del narcotráfico "debido a la fortaleza de su economía y de su sistema bancario".
La ley antidrogas expedida en 1995 permitió al Consejo de Defensa del Estado entablar alrededor de veinte causas judiciales por supuestos lavados de dineros, gracias a las normas que permiten sortear en estos casos el secreto bancario.
El Departamento de Estado valoró el avance que representa esta ley, pero advirtió que Chile no cuenta con suficientes medios para controlar tanto el traslado de drogas como el contrabando de precursores químicos para la elaboración de narcóticos en Bolivia y Perú.
En 1996 las autoridades chilenas incautaron 248 kilos de cocaína, 855 kilos de pasta base y 405 kilos de marihuana, cifras que muestran tanto el aumento del narcotráfico como la prioridad dada por el país a la lucha antinarcóticos, según el informe.
El documento anual señaló que se registran en Chile algunas evidencias de corrupción ligada al narcotráfico en niveles bajos de la policía y las estructuras judiciales, pero que estas influencias no parecen haber llegado a los estratos superiores.
El uso de Chile como puente para envíos de drogas con destino a los estados Unidos y Europa se produciría sobre todo con embarques procedentes de Bolivia, país con el cual habría también un permanente contrabando de precursores.
Tanto lo escabroso y extenso de la frontera entre los dos países, como la existencia de tratados de libre tránsito para mercancías procedentes de Bolivia, son factores que impiden a Chile un mayor control del narcotráfico, según el Departamento de Estado. (FIN/IPS/ggr/dg/ip/97
